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Gonzalo Martínez de Bizcargui

Biografía

Martínez de Bizcargui, Gonzalo. Azcoitia (Guipúzcoa), s. m. s. XV – p. m. s. XVI. Teórico y compositor.

Se puede afirmar que procedía de Azcoitia ya que en su testamento él mismo se nombraba como “clérigo beneficiado” de la iglesia de Santa María de dicha villa, y afirmaba que al recibir el cargo habitaba en su propia casa, en uno de los barrios de Azcoitia; por otra parte, nombró en dos ocasiones a su hermano Millán de Bizcargui y a un Francisco de Bizcargui, ambos, habitantes asimismo de la mencionada villa. De hecho, en Azcoitia existe una casa noble que llaman la casa de los Bizcargui y que da nombre al barrio.

Ismael Fernández de la Cuesta plantea la hipótesis de que Bizcargui pertenecía a familia noble, pues cree que Francisco de Salinas se refería a él cuando escribió en su tratado (libro VI, cap. XI: 329): “Así oí cantar, cuando era todavía un niño, en Burgos, a Gonzalo Franco, un gentilhombre que brilló no menos por sus dotes musicales que por la nobleza de su condición y nacimiento”. Existe una base sólida para tal suposición: Salinas nació en Burgos en 1513 y Bizcargui vivió en la misma ciudad hasta al menos 1519; así pues, la coincidencia entre ambos músicos es plausible; en opinión de José López Calo, el único cantor de nombre Gonzalo que por esos años se conoce en Burgos es Bizcargui; por su parte, Kastner, en el “Nachwort” a la edición facsímil del De Musica de Salinas (Bärenreiter, 1958), llega a considerar a éste discípulo de Bizcargui, pero tal suposición se debe a que Kastner creía que Bizcargui era maestro de capilla, aunque él sólo afirma que era “cantor de la catedral”.

Al margen de estas cuestiones y suposiciones, Bizcargui no llegó a ejercer como maestro de capilla de la catedral de Burgos y ni siquiera se ha conservado documento alguno que apoye la posibilidad de que actuara en calidad de cantor de su capilla. Según López Calo “es más que probable que haya cantado en ella, como cantor o ex cantor, de la capilla del obispo, pero su nombre no aparece en las nóminas de cantores de la catedral ni en ningún otro documento referente a su capilla de música”. Tres fuentes documentales sostienen su intervención como cantor de la capilla del obispo: en primer lugar, las referencias de Francisco Tovar y del propio Bizcargui; Tovar en su Libro de música práctica (Barcelona, 1510) cita a Bizcargui como “criado del obispo de Burgos” y en otro fragmento menciona a “Martín de Bizcargui, que es habitante en Burgos, que fue criado del obispo de la mesma cibdad”. Por su parte, Bizcargui dedica su edición del Arte de canto llano (1511) “al muy magnífico et reverendo señor don fray Pascual, obispo de Burgos, mi señor” y en la dedicatoria se confiesa “menor e indigno criado suyo”. Una segunda fuente viene dada por los libros de la capellanía de la Visitación de la catedral de Burgos, en los que figura Bizcargui desde 1507 como capellán y mayordomo: la capilla de la Visitación era completamente autónoma de la catedral y del Cabildo. La tercera y última fuente es el testamento, rubricado el 25 de marzo de 1528, en el que ruega ser enterrado en la iglesia de Nuestra Señora, “en la huesa que está señalada para el enterrorio de los clérigos della”.

Las obras teóricas de Martínez de Bizcargui fueron las que cimentaron el prestigio del teórico vasco. Son dos fundamentalmente: la primera lleva el extenso título de Arte de canto llano et contrapunto et canto de organo, con proporciones et modos, brevemente compuesta por Gonzalo Martínez de Bizcargui, endreçada al muy magnífico et reverendo señor don fray Pascual, obispo de Burgos, mi señor; colofón: “Esta presente arte de canto llano, nuevamente corrigida et añadida ciertas consonancias, signos et mutanças por el mesmo Gonzalo Martínez de Bizcargui, fue empresa en la muy noble y leal cibdad de Burgos por Fadrique Alemán de Basilea, a iij días de abril, año de nuestro Salvador Jesu Cristo de mil y d, y xj años”.

La segunda obra se titula Intonationes nuevamente corrigidas por el mesmo Gonzalo Martínez de Bizcargui, según uso de los modernos, que hoy cantan e intonan en la yglesia romana; colofón: “Las intonaciones son muy necesarias a cualquier eclesiástico, especialmente las glorias de los oficios et las intonaciones de los psalmos de todos ocho tonos, et se han de saber de cor. Los mediares de las glorias de los oficios algunos dellos intonan et median a su voluntad, et no segun deuen intonar por arte. Así mesmo en los seculorum de las antiphonas en los mas dellos en los ocho tonos no guardan signo ni solfa verdadera, por el mal uso que tienen. Deuen mirar en este intonario et intonar como por él se muestra, pues es lo cierto y verdadero, Fueron impresas en la ciudad de Burgos por Fadrique Alemán a 15 días de setiembre, año de 1515”.

En cuanto a la obra práctica, sólo se conoce una composición musical de Bizcargui: una Salve Regina a cuatro voces, que se conserva en el Libro de Polifonía n.º 1 de la catedral de Burgos.

Las polémicas que provocaron las tesis de Bizcargui se deben en su mayor parte a sus ideas avanzadas. Ya desde las primeras ediciones se suscitaron reacciones encontradas por dos motivos: en primer lugar porque defendía que no había semitonos cantables e incantables, sino que todos eran cantables, y en segundo lugar, porque sostenía que había sonidos inferiores al semitono que el oído podía percibir, ya que para él sólo el oído era el juez supremo en cuestiones musicales.

A las críticas adversas respondió en la edición de 1511, tildando a sus adversarios de ignorantes. En la “Regla para saber las mutanzas” escribe: “Algunos dicen que en bfami no hay mutanza ninguna por razón que el fa es tono y el mi semitono, y entre tono et semitono no se puede hacer mutanza ninguna; so enmienda de los que así afirman y enseñan no bien saben discerner qué cosa es tono ni semitono...”. En la “Regla para saber cuándo habemos de cantar por bemol” escribe: “aquí es opinión de algunos que al quinto y sexto tono se deben dar las cláusulas por bemol et no por becuadro. Hablando con reverencia, no es de aceptar tal opinión”.

Entre las varias frases en que aboga por el oído como juez de la música, frente a la teoría pura, véanse estas dos: “En el capítulo De parvissimis sonis y en otras partes trata [=trato] largamente de las consonancias, especialmente de los intervalos que son menos de semitono menor et cómo la distinción no sea destas consonancias tan necesaria a los que aprenden a cantar no relatamos más dellas de cuanto en el dicho capítulo dice lo que es cada una dellas por sí; tampoco en el órgano se puede dar esperiencia dellas; en la vihuela y en otros instrumentos, sí”; y en ese capítulo “De parvissimis semitonii intervallis” escribe: “So emienda et corrección de los dichos doctores et de todos los otros que hoy son que de la música sienten y gustan, hallamos ser contrario a nuestros oídos por la prática, que es la esperiencia de la cuerda”. Los ataques y opiniones contrarias a las defendidas por Bizcargui no tardaron en llegar: así por ejemplo, el racionero de la catedral de Toledo, Juan de Espinosa, publicó en 1514 en Toledo unas “Retractationes de los errores y falsedades que escriuió Gonzalo Martinez de Bizcargui en su Arte de canto llano”, donde fue refutando las tesis de Bizcargui, a quien acusaba “de enseñar e poner en escripto herejías formales en música, contradiciendo a Boecio e a todos cuantos autores antes dellos et en su tiempo han escripto desta mathemática”.

A lo cual Bizcargui respondió: “Porque ninguno pretenda ignorancia, un Joannes de Spinosa presumió de nos contradecir ciertos capítulos de la nuestra Arte primera, et respondimos en esta presente Arte a sus injustas et no rectas contradictiones en el año de mil y quinientos y quince, que antes no vino a nuestra memoria. Asimismo respondimos en especial en un pliego de papel en que se imprimieron mil pliegos, y todos mil es uno, de manera que él quedó bien satisfecho. E a los que ternán deseo de lo ver se dará juntamente con esta nuestra arte, para que por ella, y por él, vean la justa y verdadera causa que defiendo”.

Pero no sólo mantuvo polémicas con Espinosa, también con Francisco Tovar, quien en su Libro de Musica práctica... (Barcelona, 1510), escribe en el capítulo 28, “De la habitación y conocimiento del semitono menor”: “Como dice el insipiente Martín de Bizcargui, que es habitante en Burgos, que fue criado del obispo de la mesma cibdad, que en un tratadillo suyo que hizo con mil falsedades, inorando las partes de la verdad, quiso reprehender a Boecio y a Guillennius de Podio”.

Ya fallecido Bizcargui, Juan Bermudo escribió en su obra Declaración de instrumentos musicales (Osuna, 1555): “Si pensáis que basta haber leído a Bizcargui y a otros bárbaros para ser téoricos, es engaño”.

 

Obras de ~: Salve Regina (en: J. López-Calo, La música en la catedral de Burgos, vol. X, Burgos, Caja de Ahorros del Círculo Católico, 1999).

Escritos: Arte de canto llano et contrapunto et canto de organo, con proporciones et modos, brevemente compuesta por Gonzalo Martínez de Bizcargui, endreçada al muy magnífico et reverendo señor don fray Pascual, obispo de Burgos, mi señor, Burgos, Fadrique Alemán, 1509 (ed. facs. Viejos Libros de Música, n.º 8, Madrid, Joyas Bibliográficas, 1976); Intonationes nuevamente corrigidas por el mesmo Gonzalo Martínez de Bizcargui, según uso de los modernos, que hoy cantan e intonan en la yglesia romana, Burgos, Fadrique Alemán, 1515 (ed. facs. Viejos Libros de Música, n.º 15, Madrid, Joyas Bibliográficas, 1980).

 

Bibl.: J. A. de Donostia, Música y músicos en el País Vasco, San Sebastián, Biblioteca Vascongada de los Amigos del País, 1951; R. Stevenson, Spanish Music in the Age of Columbus, La Haya, Martinus Nijhoff, 1960; A. Davidsson, Bibliographie der Musiktheoretischen Drücke des 16. Jahrhunderts, Baden-Baden, 1962 (Bibliotheca Bibliographica Aureliana. IX); F. J. León Tello, Estudios de historia de la teoría musical, Madrid, CSIC, 1962; I. Fernández de la Cuesta, Los tratados de canto llano de Gonzalo Martínez de Bizcargui, Madrid, Joyas Bibliográficas, 1978; C. Romero de Lecea, “Las más antiguas imprentas musicales hispanas. Los tres tratados de canto llano de Spañón, Martínez de Bizcargui y Molina”, en Viejos Libros de Música, Madrid, Joyas Bibliográficas, 1978; M. Alonso, Cuatro tratados de principios de canto llano, los de Espinosa, Aguilar, Escobar y el Anónimo, Madrid, Joyas Bibliográficas, 1983; M. C. Rodríguez Suso, “Gonzalo Martínez de Bizcargui y la música práctica”, en Cuadernos de Sección. Música, 6 (1993), págs. 25-42; J. López-Calo, La música en la catedral de Burgos, vol. X, Burgos, Caja de Ahorros del Círculo Católico, 1999; “Martínez de Bizcargui, Gonzalo”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, vol. VII, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2000, págs. 275-279.

 

Paulino Capdepón Verdú

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