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José Ordax Avecilla

Biografía

Ordax Avecilla, José. Valderas (Léon), 23.II.1813 – Biscarrues (Huesca), 3.VII.1856. Abogado, periodista y político demócrata.

Hijo de Manuel Ordax y de Librada Avecilla. Su padre, titular del mayorazgo de Valdefuentes (León), fue un liberal perseguido en 1823, que perdió su casa y la mayor parte de sus bienes tras ser encarcelado bajo acusación de conducta criminal; un proceso del que resultaría absuelto pero que, sin duda, aceleró su temprana muerte ocurrida en 1828. Ésta sería la primera influencia en la trayectoria vital y política del joven José Ordax; la segunda procede de su formación religiosa en los Seminarios Conciliares de Valderas y León, aunque de este último fue expulsado por relatar sin descanso “las persecuciones” y el final trágico de su padre, plática que, al parecer, completaba con la recitación y comentarios de la Constitución de 1812. Corría el año 1828 o 1829 y Ordax no contaba más de quince años.

La impronta religiosa de Ordax se advierte ya en sus escritos periodísticos de 1841, cuando fundamenta la defensa de la democracia —en El Regenerador, periódico editado en Madrid por su amigo y biógrafo Miguel Useleti de Ponte y cuyos 17 primeros números dirigió Ordax— como derivada del mandato de igualdad prescrito por la religión cristiana. En 1855, durante la discusión parlamentaria de la Constitución non nata, volvería sobre este tipo de argumentos (ahora directamente inspirados en el catolicismo social de Lammenais), al postular un liberalismo democrático y popular como mandato de origen divino y la legitimación del “bien individual como fundamento del bien colectivo, del bien social”. Bajo esta influencia y la del fourierismo, formuló también sus preocupaciones sobre derechos obreros e instrucción pública, en periódicos de existencia fugaz como El Argos (1842) y La Atracción (1847), que dieron cabida a las propuestas del socialismo utópico.

Había comenzado sus estudios de Derecho por libre en 1830 y los interrumpió —por falta de medios para costear la matrícula de cuarto curso en la Universidad de Valladolid— en 1833; en esa fecha se enroló en la milicia nacional, creada tras la muerte de Fernando VII y el comienzo de la sublevación carlista, a la vez que iniciaba una carrera militar en los Voluntarios de Castilla, que culminaría como fiscal del Consejo de Guerra Permanente (Burgos, 1939), lo que indica que se habría titulado en Derecho anteriormente. A esta época pertenece también el primer opúsculo político que se conoce con su firma, El prisma de la razón aplicado a los partidos y a la guerra actual, con el que alcanzó prestigio entre las filas del progresismo. Participó en la revolución de 1840 desde Valladolid, a cuya Junta Provisional perteneció, con el folleto titulado Salve al 1.º de Setiembre, aunque un año más tarde criticaría tanto la elevación de Espartero a la más alta magistratura del Estado —en el folleto La razón y la Regencia— como la propuesta de la regencia colegiada. Y es que en ese mismo año de 1841, José Ordax Avecilla ya se identificaba con las posiciones más avanzadas del liberalismo progresista y colaboraba con escritores y periódicos próximos al republicanismo. Con todo, en 1843 apoyó a Espartero frente a la coalición moderados-progresistas y sufrió por ello persecución desde finales de ese mismo año. Perdido el empleo que disfrutaba en la Biblioteca Nacional desde 1840, se dedicó al ejercicio de la abogacía y el periodismo en Madrid.

Con la defensa de los jóvenes poetas firmantes del folleto Proscritos y encarcelados (1845) y su posterior absolución, alcanzó prestigio como abogado y fama de hábil defensor de la libertad de prensa. En 1846 fue elegido diputado por el distrito de Valencia de Don Juan (León), acta que mantuvo hasta 1850. Su figura de parlamentario y político nacional se manifiesta a partir de la legislatura abierta en diciembre de 1848, cuando fue designado por el grupo progresista, con otros cuatro de sus miembros (Cortina, Madoz, González y Cabello), para redactar un texto programático de contestación al discurso de la Corona. De dicha comisión salieron dos dictámenes, el de los cuatro diputados mencionados y el elaborado por Ordax Avecilla. Este último texto se convertiría —con la posterior intervención de Puig, Rivero y Aguilar— en el Manifiesto del Partido Democrático, dado a conocer el 6 de abril de 1849, en el que se explicitan varios puntos programáticos que lo distancian del progresismo estricto: primero, la inclusión, en la declaración de derechos ciudadanos, de los de reunión, asociación e instrucción gratuita, más la libertad de conciencia; en segundo lugar se contempla la transformación del régimen político, mediante una concepción de la soberanía nacional que implicaría el ejercicio del sufragio universal y el carácter electivo de todos los niveles de gobierno. Por último, el programa demócrata introducía como propuesta más novedosa la intervención del Estado para corregir desigualdades sociales en materias tales como la instrucción pública, la fiscalidad y la asistencia social.

Posteriormente, siguió publicitando su pensamiento liberal democrático y el de las diferentes corrientes de izquierda en publicaciones dirigidas por él mismo, como La Asociación (1850) o La Creencia —que sucedió al anterior—, periódicos de existencia efímera, pero que lograron —sobre todo el primero— una tirada significativa, muy superior a la de los homólogos ideológicos que le habían precedido. Pero el pensamiento y práctica política de Ordax Avecilla no fueron lineales: con ocasión de las elecciones de 1850, intentó sin mucho éxito reunir a la fragmentada familia progresista y sólo un año más tarde (1851) apoyó el manifiesto electoral de los progresistas históricos, frente al de la minoría demócrata. Estos hechos no fueron ajenos a la difícil situación general de la oposición en aquellas convocatorias —en la primera de ellas Ordax publicó un manifiesto en el que pedía a sus electores que no le votaran para evitar males mayores— y a la aún más particular del progresismo leonés que únicamente logró organizarse en la capital para la lucha electoral de 1851, momento en el que dicho partido optó por un proyecto de “orden público [hermanado con] la prudente libertad a la que puede aspirar la Nación en esta época”, así como por la defensa de la “Soberanía Nacional sin exageración de sus legítimas consecuencias”. En tales circunstancias, Ordax Avecilla tampoco intentó entonces renovar su acta de diputado. Su actividad política continuó en Madrid y en la órbita de la izquierda demócrata. En 1853 escribió La política en España, prospecto en el que vuelve sobre la defensa de la propuesta democrática, y en febrero de 1854 fue encarcelado en Saladero —donde permaneció confinado hasta junio—, tras su detención junto con un grupo que constituía el comité del Partido Demócrata, cuando celebraban una reunión en casa de Becerra.

El triunfo de la Revolución de julio de 1854 devolvió a Ordax Avecilla a su distrito leonés de Valencia de Don Juan, donde fue elegido de nuevo diputado (con 11.855 votos) para formar parte de las Cortes Constituyentes que se abrieron en noviembre de ese mismo año. El programa que defendió en esta su última batalla electoral fue enteramente demócrata, por lo que sus actuaciones en la Cámara se mantuvieron alineadas con el grupo de veintiún diputados que constituían dicha tendencia. Nada más comenzar el período de sesiones, Ordax intervino, en nombre de ese reducido 13 por ciento de la Cámara, para defender la proposición que obligó a discutir y a votar la cuestión de la forma de gobierno. Los progresistas “puros” habían intentado excluir dicha cuestión del debate sobre las bases de la nueva Constitución, proponiendo una fórmula que proclamaba la Monarquía como forma de gobierno y la excluía de las discusiones constitucionales. Ordax Avecilla defendió entonces las posiciones demócratas, partiendo de la omnipotencia de la Asamblea Constituyente en el juego de poderes y cuestionando a la Monarquía como institución. Tal planteamiento provocó una viva discusión con Olózaga en la que este último fijó la distancia que separaba entonces a los dos parlamentarios y sus respectivos grupos: definió a los progresistas como “liberales y monárquicos” opuestos a demócratas y republicanos, y contestó a Ordax que en ese día “ha venido a ponerse frente a frente […] democracia [contra] liberalismo”. Este tipo de enfrentamientos, que acabarían por alejar definitivamente a la izquierda demócrata de la mayoría parlamentaria progresista, se repitieron en la discusión sobre la contestación al discurso de la Corona, ocasión en la que el enfrentamiento dialéctico se produjo entre Modesto Lafuente —también diputado por León en aquella legislatura— y José Ordax, que pidió fijar políticas acordes con las aspiraciones populares que habían hecho necesaria la revolución y la formación de dichas Cortes.

La actividad parlamentaria de Ordás Avecilla se interrumpió definitivamente en junio de 1856, cuando se dirigía a tomar las aguas de Panticosa, en compañía de su mujer María Concepción Urrengoechea, para superar una crisis de tuberculosis. Murió en ese trayecto, sólo unos días antes de que O’Donnell se convirtiera en el restaurador y hombre fuerte del régimen que había colaborado a destruir dos años antes.

 

Obras de ~: El prisma de la razón aplicado a los partidos y a la guerra actual, Burgos, Imprenta de A. y P., 1839; La razón y la Regencia, Madrid, Imprenta Sanchiz, 1841; Examen críticofilosófico: Revolución de Mayo de 1843, Madrid, Compañía Tipográfica, 1843; La política en España: pasado presente y porvenir, Madrid, Imprenta de Don Antonio Ignacio Cervera, 1853; Manifiesto a los electores del distrito de Valencia de Don Juan (en Archivo Histórico Provincial de León, Fondos Bravo Guarida).

 

Bibl.: Ordax, Lugo, Tipografía de A. Villamaría, s. f.; Asamblea Constituyente de 1854: biografías de todos los diputados y todos los hombres célebres que han tomado parte en el alzamiento Nacional, Madrid, Imprenta de Julián Peña, 1854-1855, 2 vols.; F. Garrido, La España contemporánea: sus progresos morales y materiales en el siglo xix, Barcelona, Ed. Salvador Mañero, 1865-1867, 2 vols., 1867; E. Rodríguez-Solís, Historia del Partido Republicano Español (de sus protagonistas de sus tribunos, de sus héroes y de sus mártires), vol. II, Madrid, Imprenta de Fernando Cao y Domingo del Val, 1893; A. Eiras Roel, El Partido Demócrata Español (1849-1868), Madrid, Rialp, 1961; M. C. Seoane, Historia del Periodismo en España, vol. II, Madrid, Alianza Editorial, 1983; I. Casanova Aguilar, “Las Constituyentes de 1854. Origen y fisonomía general”, en Revista de Estudios Políticos, 37 (1984); M. Artola, Partidos y Programas, vols. I y II, Madrid, Alianza Editorial, 1991; J. Vilches, Progreso y libertad. El partido progresista en la revolución liberal española, Madrid, Alianza Editorial, 2001; H. Álvarez Vega, D. Martínez Pérez y T. Sarmiento García, “Abogado, periodista y demócrata leonés: José Ordax Avecilla entre la reforma y la revolución”, en Ideas reformistas y reformadores en la España del siglo xix. Los Sierra Pambley y su tiempo, Madrid, Biblioteca Nueva, 2008, pags. 159-176.

 

Elena Aguado Cabezas

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