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Nicolás Mahy Martín

Biografía

Mahy Martín, Nicolás. Madrid, 10.IX.1757 – La Habana (Cuba), 22.VII.1822. Militar de la Guerra de la Independencia.

Fueron sus padres el brigadier Nicolás Mahy Chenu, ayudante de la Compañía Flamenca de las Reales Guardias de Corps, y Francisca Martín Romo.

Ingresó en el Ejército en 1770 como guardia supernumerario de la Compañía Flamenca de Reales Guardias de Corps, concediéndosele en 1773 la gracia de cadete en el mismo Cuerpo, en el que se mantendría destinado durante treinta y dos años y llegaría a alcanzar los empleos de brigadier en 1788, exento en 1791, y brigadier de Caballería en diciembre de 1798.

En 1794 se halló en la campaña de Francia y en mayo de 1803 fue nombrado comandante militar y político de la provincia de Tuy.

Un mes después de estallar la Guerra de la Independencia fue ascendido a mariscal de campo, encomendándosele en septiembre el mando de la División de Reserva del Ejército de Galicia, o de la Izquierda, cuyo general en jefe era Joaquín Blake.

Al frente de su división combatió en la provincia de Vizcaya en Zornoza, Bilbao y Orrantia, hallándose más tarde en la batalla de Espinosa de los Monteros (Burgos) y en la retirada de León, bajo el mando del general marqués de la Romana, que había sucedido al general Blake.

En abril de 1809 se hizo cargo del mando interino del ejército de Galicia, obligando a los franceses a evacuar las provincias gallegas tras las acciones de Lugo, Santiago y Puente de Sampayo (Pontevedra), por lo que se le concedería al mes siguiente el ascenso a teniente general.

En mayo de 1809 fue nombrado comandante general interino del ejército de Asturias, consiguiendo desalojar al enemigo que ocupaba las montañas de la provincia de Cantabria e impedir que penetrase en el principado.

Se vio obligado en enero de 1810 a entregar el mando de dicho ejército y a trasladarse a La Coruña, debido a su mal estado de salud, siendo en el mes de mayo nombrado comandante general del Ejército y principado de Asturias y costas de Cantabria; dos meses después, compaginó este cargo con el de gobernador y capitán general del Ejército y reino de Galicia, consiguiendo recuperar Puebla de Sanabria (Zamora) y sorprender al enemigo en León, Órbigo y La Bañeza, haciéndole numerosos prisioneros.

En enero de 1811 se le encomendó el mando del 3.er ejército, que se hallaba en Murcia, embarcando en Ferrol hacia Cádiz y trasladándose de allí a Alicante, ciudad que tuvo que abandonar con sus tropas para evitar el contagio de la epidemia de peste que la asolaba.

En el mes de octubre recibió la orden de socorrer al reino de Valencia, partiendo el día 5 al mando de cuatro mil infantes, ochocientos jinetes y cuatro piezas de artillería, formando con ella la reserva del ejército que se enfrentó a los franceses en Murviedro (Valencia), ocupando seguidamente la línea de Cuarte-Manises- San Onofre, rechazando a cuatro mil franceses que trataban de forzar el puente de Cuarte.

Cuando en el mes de diciembre Suchet puso cerco a Valencia, estuvo a punto de caer en poder del enemigo junto con su estado mayor en Chirivella, consiguiendo huir campo a través.

Estando cercado en Valencia el general Blake, reunió en la margen derecha del Júcar al resto de las tropas de los generales Creagh, Villacampa y Obispo, con el fin de auxiliar a la plaza, pero el enemigo le obligó a replegarse a Alcoy en la noche del 28 al 29, retirándose posteriormente hacia Alicante, impidiendo que esta plaza y la de Cartagena cayesen en poder de los franceses, y permitiendo con ello el desembarco de tropas españolas e inglesas.

En el mes de febrero de 1812 dimitió del mando del 3.er ejército, que entregó al general José O’Donnell, trasladándose a Cádiz, donde se puso a las inmediatas órdenes del Gobierno, pasando a la situación de cuartel y siendo nombrado vocal de la Junta Consultiva de Grados Superiores del Ejército.

En el mes de septiembre de 1812 fue reprendido por haber abierto una causa a un comisario de guerra, y al dársele publicidad a este castigo, que creía inmerecido, consideró que su honor había sido dañado, por lo que reclamó en numerosas ocasiones a Su Majestad el Rey. Los años siguientes estuvo postergado sin que se le concediese destino alguno, residiendo en Cádiz, continuando con las referidas reclamaciones, hasta que en octubre de 1815, estando en situación de cuartel en Madrid, le fue reconocido que había obrado correctamente y se ordenó publicar esta soberana disposición en los papeles del Gobierno y que se diese conocimiento de ella a todos los Cuerpos.

A continuación fue nombrado inspector de Comandancias Militares del reino de Galicia, lo que en realidad significaba un destierro, dadas sus ideas liberales, pero, cuando se encaminaba a tomar posesión del cargo, llegó a su conocimiento que éste había sido suprimido, concediéndole el Rey la situación de cuartel en Valladolid, de donde al poco tiempo regresó a Madrid.

En junio de 1817 confesaba pasar grandes estrecheces debido al corto sueldo que recibía en situación de cuartel y a que tenía a su cargo a una prima hermana viuda y a las dos hijas de ésta, por lo que solicitó que se le nombrase capitán general de Extremadura o de Castilla la Vieja, 2.º cabo de Cataluña o virrey del Perú, encomendándosele por fin el mando de la 3.ª división de Cataluña, lo cual consideró que suponía rebajar de categoría a quien había sido general en jefe de Ejércitos y capitán general de varias provincias, por lo que se vio impedido de aceptar el citado nombramiento, pidiendo que se le trasladase el cuartel a Vitoria, donde consideraba que podría vivir de forma más desahogada, petición que fue aceptada.

Pero el clima de Vitoria no le fue bien para su salud, y como su situación económica se había visto empeorada por haber dejado de percibir su sueldo desde el mes de agosto de 1818, en 1819 solicitó su traslado a Castilla la Vieja.

Su situación cambió cuando en 1820 se restauró la Constitución, siendo entonces nombrado capitán general de Castilla la Vieja y de la isla de Cuba en marzo de 1821, cargo este último que desempeñaría hasta el día de su muerte.

Poseía las Grandes Cruces de la Reales y Militares Órdenes de San Fernando (1815) y de San Hermenegildo (1816), la Cruz pensionada de Carlos III (1803) y la Cruz de Lis de la Vendèe (Francia).

Aunque en 1816 declaraba hallarse soltero, parece ser que tuvo un hijo, de nombre Antonio, que fue capitán de Dragones del Regimiento de España en México, donde enviudó, teniendo que abandonar aquellas tierras en unión de sus cuatro hijos al declararse su independencia, perdiendo cuanto allí poseía su mujer.

 

Fuentes: Instituto de Historia y Cultura Militar (Madrid), Célebres, caja 91, exp. 6, Expediente personal de Nicolás Mahy Martín.

 

José Luis Isabel Sánchez

 

 

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