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Antonio Rius Miró

Biografía

Rius Miró, Antonio. Reus (Tarragona), 15.V.1890 – Madrid, 2.VI.1973. Catedrático universitario, químico.

Desde su nacimiento Antonio Rius Miró estuvo muy relacionado con los aspectos prácticos de la Química, ya que su padre poseía fábricas de curtidos y jabones en Reus. Con la idea de que se hiciese cargo de ellas y de que alcanzase una base técnica suficiente, al finalizar los estudios primarios fue a cursar los de perito químico en la Escuela Industrial de Vilanova i la Geltrú, que terminó en 1906 con la calificación de sobresaliente. Antonio continuó sus estudios de Químicas en la Universidad Central de Madrid, hasta alcanzar en 1912 la calificación final de sobresaliente y el premio extraordinario de licenciatura. Al finalizar, su padre le pidió que volviese a Reus para preparar las oposiciones a Cátedra del instituto de la ciudad y tomar las riendas de los negocios familiares. Más inclinado por la vocación científica que por la industrial, Antonio decidió presentarse a las Cátedras de Química general, Electroquímica y Análisis químico convocadas en 1913 para las Escuelas Industriales de Cádiz y Béjar. Ganó la segunda de ellas y durante el curso 1913-1914 impartió en ella sus asignaturas y las de la Cátedra de Química aplicada a la tintorería. Los escasos medios de los que disponían los laboratorios de la escuela, le impulsaron a presentarse a la oposición a Cátedras de la Escuela Industrial de Santander, que obtuvo en propiedad en mayo de 1914.

Con escasa dotación pudo montar un pequeño laboratorio donde realizar su tesis doctoral bajo la dirección de Ángel del Campo, catedrático de Análisis químico de la Universidad Central de Madrid. El 25 de noviembre de 1916 la defendió en dicha universidad y mereció la calificación de sobresaliente y premio extraordinario de doctorado. Un año después consiguió una pensión de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas para estudiar en los laboratorios de electroquímica que el profesor Max Erich Müller tenía en la Technischen Hochschulen de Dresde. En enero de 1918 consiguió una prórroga de once meses más para continuar sus estudios, y en septiembre de ese mismo año se le concedió una nueva pensión para estudiar en los laboratorios que el profesor Carl Fritz Rudolf Fichter tenía en la Universidad de Basilea. A lo largo de quince meses realizó diversas investigaciones sobre la electrolisis del agua oxigenada, trabajo que le permitió obtener el Premio de Jubileo de dicha universidad. Además de sus estudios sobre Electroquímica, durante estos tres años recibió diversas enseñanzas de Tecnología química, Química coloidal y Síntesis y Análisis de compuestos orgánicos. En enero de 1920 se reincorporó a su plaza de Santander, donde logró montar un digno laboratorio de electroquímica.

Las inquietudes científicas de Rius Miró le impulsaron a presentarse y ganar nuevas oposiciones en la Escuela Industrial de Zaragoza, a la cual se trasladó en septiembre de 1922. Fue por esta época cuando comenzó a colaborar con la Revista del Centre de Lectura de su ciudad natal, publicando en sus páginas trece artículos relacionados con la química, el excursionismo, el arte y la fotografía. Al mismo tiempo que impartía sus disciplinas en la Escuela Industrial y en la Escuela Elemental de Trabajo agregada a la anterior, entró en contacto con destacados miembros de la facultad de Ciencias, en especial con Antonio de Gregorio Rocasolano, director del Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas y el Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas. Inicialmente Rius Miró se hizo cargo del laboratorio de electroquímica dentro del centro, y desde octubre de 1924 de la plaza del mismo nombre en la Facultad de Ciencias, donde impartió ocasionalmente la asignatura de Química teórica (Química física).

Durante su estancia zaragozana dirigió cinco tesis doctorales, todas ellas dentro del campo de la Electroquímica; entre sus discípulos se encontraba José María Albareda Herrera, secretario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a partir de 1939. A través del Centro de Investigaciones Técnicas y de la Real Academia de Ciencias de Zaragoza, donde ingresó en 1928, entró en contacto con los principales industriales químicos de la región, y participó en diversas investigaciones de tipo aplicado. Esta experiencia le permitió años más tarde colaborar con el industrial farmacéutico Juan Abelló Pascual. Decisiva en la carrera académica de Rius Miró fue su participación en la oposición que en 1927 se realizó a la Cátedra de Química inorgánica de la Universidad Central de Madrid. Compitieron por la plaza además de Rius Miró, Carlos del Fresno Pérez (futuro catedrático de Química inorgánica de la Universidad de Oviedo) y Enrique Moles Ormella (jefe del laboratorio de Química del Instituto de Investigaciones Físicas). Tras dos reñidas votaciones, los cuatro miembros del tribunal eligieron a la tercera a Moles como candidato a la plaza, lo cual en palabras del propio Rius “[supuso] el único fracaso de mis ambiciones académicas [...] en circunstancias que para mi vida intelectual tuvieron la mayor importancia”. La animadversión hacia la figura de Moles la mantuvo durante muchos años, e incluso llegó a recusar todas aquellas oposiciones en las que figuraba como miembro del tribunal, como las de Química teórica y Espectroscopia atómica de 1934 o las de Química técnica de 1936.

En 1930 ganó por concurso la plaza de Química industrial orgánica y Análisis químico de la Escuela Superior de Trabajo de Madrid, adonde se trasladó en octubre de 1930. En palabras de Lora Tamayo, a su laboratorio de Electroquímica iban a formarse todos aquellos estudiantes universitarios interesados en la disciplina. En enero de 1932 fue nombrado por oposición técnico químico de la sección de Fisioterapia del Instituto de Biología Animal de Madrid, puesto que compaginó hasta el final de la Guerra Civil con su Cátedra y con la dirección técnica de las fábricas de Abelló en Madrid y León.

Tras la contienda, fue nombrado director de la Escuela Superior de Trabajo entre mayo y diciembre de 1939. A partir de ese momento y gracias a sus relaciones con el poder académico (José María Albareda) y económico (Juan Abelló), su figura adquirió creciente importancia dentro del panorama químico español. En octubre de ese mismo año fue encargado con carácter provisional de la Cátedra de Química inorgánica de la Universidad Central, y posteriormente alcanzó multitud de puestos del nuevo régimen: presidente de la Real Sociedad Española de Física y Química entre 1940 y 1949, vocal en representación de las Universidades del CSIC (febrero de 1940), vocal y presidente de varias comisiones del Patronato Juan de la Cierva (marzo de 1940), vicedirector del Instituto Alonso Barba de Química, dentro del cual dirigió desde 1940 las secciones de Química inorgánica y Química física, vocal del patronato Alfonso de Quesada del CSIC, y director desde su creación hasta su jubilación del Instituto de Física y Química Antonio de Gregorio Rocasolano (marzo de 1946). En dicho instituto organizó las investigaciones en Química física y dirigió veinticinco tesis doctorales, la mayor parte de las cuales estaban orientadas hacia el campo de la Electroquímica.

A los cincuenta años alcanzó la anhelada plaza universitaria, al ganar en noviembre de 1940 la Cátedra de Química técnica de la Universidad Central. Desde enero de 1941 organizó las enseñanzas de la especialidad, orientándolas hacia la impartición de la moderna Ingeniería química. Con la ayuda del futuro ministro de Obras Públicas, José María Fernández Ladreda, estableció en el curso 1944-1945 el doctorado de Química Industrial, estudios donde se formaron muchos químicos españoles que encauzaron su carrera hacia la industria química. Con el fin de apoyar la investigación aplicada, Rius Miró creó dentro del Instituto Rocasolano toda una línea orientada hacia la Química física de los procesos industriales. Desde el instituto y su Cátedra de Química técnica dirigió, hasta su jubilación en junio de 1960, más de veinte tesis doctorales dentro de este campo. En sus aulas se formaron ocho catedráticos de universidad, cinco jefes de investigación y seis directores de grandes industrias químicas españolas. Fue nombrado académico de la Real Academia de las Ciencias en noviembre de 1945, y miembro de la Real Academia de Farmacia en mayo de 1960, y tras su jubilación en junio de ese mismo año, abandonó definitivamente toda actividad académica y profesional.

Durante toda su vida académica Rius Miró publicó más de ciento veinticinco artículos de investigación, sólo o en compañía de sus discípulos.

 

Obras de ~: Contribución al conocimiento de la electrolisis con corriente alterna, en memoria presentada para obtener el grado de doctor, Madrid, Universidad Central, 1917; Introducción a la Electroquímica, Madrid, Calpe, 1922; Cianamida cálcica, Madrid, Calpe, 1923 (Barcelona, Imprenta Elzeviriana y Librería Cami, 1923); Curso experimental de Química, Reus, 1930 (2.ª ed., Madrid, Sociedad Anónima Española, 1940); “La Electroquímica en la industria orgánica”, conferencia del ciclo organizado por la Universidad de Barcelona sobre Problemas técnicos de importancia económica en la nueva organización de España, Barcelona, 1940; Introducción a la Ingeniería química, Madrid, Alfa, 1944; La corrosión como fenómeno electroquímico, discurso leído en la sesión del pleno anual del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, Gráfica Comercial, 1944; Estado actual de la Electroquímica como ciencia, discurso de ingreso en la Real Academia de las Ciencias, Madrid, 1945; El químico universitario en la industria química, conferencia impartida en la Universidad de Granada, Granada, 1945; Mecanismo físico-químico de la combustión del carbón, discurso inaugural del curso 1949-1950 de la Real Academia de la Ciencias, Madrid, 1949; La ingeniería química y la industria farmacéutica, discurso de ingreso en la Real Academia de Farmacia, Madrid, Real Academia de Farmacia, 1960; Cómo se investiga, discurso leído en la sesión inaugural del curso 1964- 1965 en la Universidad Complutense de Madrid, Madrid, Taller viuda. de C. Bermejo, 1964.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de la Administración, Hoja de servicios de Antonio Rius Miró, sección Educación, leg. 6.975, 1923; Expediente personal de Antonio Rius Miró, sección Educación, leg. 15.053/5, 1960.

VV. AA., Enciclopedia universal ilustrada europeo americana, vol. LI, Madrid, Espasa Calpe, 1926, pág. 873; F. Navarro Borras, Contestación al discurso de ingreso de Antonio Rius Miró a la Real Academia de las Ciencias, Madrid, Real Academia de las Ciencias, 1945, págs. 45-52; Enciclopedia Figuras de Hoy, t. I, Madrid, Ciencia y Cultura, 1950, pág. 487; M. Lora Tamayo, Contestación al discurso de ingreso de Antonio Rius Miró a la Real Academia de Farmacia, Madrid, Real Academia de Farmacia, 1960, págs. 41-53; M. Lora Tamayo, “Necrológica de D. Antonio Rius Miró”, en Anales de Química, vol. 69 (1973); M. Lora Tamayo, La investigación química española, Madrid, Alhambra, 1981, págs. 148-150, 227-229 y 289-291; M. Colomina, “Memoria de un gran químico español, Don Antonio Rius Miró (1890-1973)”, en Química e Industria, vol. 41 (1994), págs. 262-264.

 

Ángel Toca

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