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Guillermo Martínez Riaguas

Biografía

Martínez Riaguas, Guillermo. Noviales (Soria), 25.VI.1785 – Santa Marta de Tera (Zamora), 24.X.1824. Canónigo, teólogo, catedrático, obispo de Astorga.

Nacido en el hogar de unos modestos labradores castellanos impregnado de una atmósfera semisacral, esta grande —y frustrada— figura del episcopado español contemporáneo evidenció desde la pubertad una radical y honda vocación religiosa. En la Universidad de su diócesis natal —la seguntina— estudió Gramática y Filosofía y obtuvo el título de bachiller. Aconsejado por un tío sacerdote y por el mismo obispo de Sigüenza Pedro Antonio Vejarano, se trasladó a Segovia con el fin de cursar Teología, en la que se doctoró en la Universidad pinciana. Ordenado sacerdote en Tarazona, en 1813, explicó Teología en su seminario en el año académico 1813-1814. Al siguiente curso, el Rectorado de la Universidad de Valladolid le encomendó las cátedras de Lógica, Metafísica y Retórica.

Vicerrector poco después del seminario de Segovia, su débil salud le obligó a renunciar a dicha responsabilidad apenas asumida. Opositor frustrado en 1816 a la canonjía lectoral de la catedral palentina, obtuvo —lance no infrecuente en los hábitos de la Iglesia española del Antiguo Régimen— como compensación a sus deslumbrantes ejercicios el cargo de magistral.

Un bienio permaneció en él, consagrado por entero a los estudios bíblicos y a una labor caritativa y solidaria tan intensa como recatada. Conforme correspondía a su función en el organigrama diocesano, la predicación constituyó la tarea primordial de su vida pública, revalidando el prestigio que había adquirido precozmente como reputado orador sagrado desde sus días juveniles.

A edad muy temprana, Fernando VII le presentó para el importante Obispado de Astorga, siendo consagrado en Madrid el 20 de junio de 1819. Pese a lo sorprendente de su nombramiento debido a la insólita circunstancia cronológica que en él concurría, el nuevo prelado no defraudó en un inicio las esperanzas despertadas por su formación y entrega pastoral.

Tras una guerra que devastó su territorio y habitantes como en muy pocas otras diócesis sucediera, la asturicense se galvanizó con la presencia de un obispo con innegables cualidades de líder espiritual. Sin embargo, un año después de su llegada, el decorado cambió por entero. Los antagonismos y fricciones políticos puestos al rojo vivo por el enfrentamiento entre constitucionalistas y realistas alcanzaron también al ordo clericalis, sin que el obispo pudiera marginarse, no obstante sus ardidos esfuerzos por mantenerse en el estricto plano espiritual. Propicio en su fuero interno al sistema liberal por creerlo más adecuado al código evangélico, no entorpecería su reimplantación, aunque mantuvo en todo instante la defensa más irrenunciable de los derechos eclesiásticos frente a las intromisiones y actos de fuerza en materia religiosa pretendidos o llevados a cabo por las autoridades madrileñas, que hallaron en él un simpatizante pero nunca un cómplice o militante. Esta misma independencia y valentía manifestó cuando la reacción absolutista aspiró a despojarlo de su mitra, en una vasta y oscura operación represiva en la que el nuncio Giustiniani y el flamante ministro de Gracia y Justicia Tadeo Calomarde rivalizaron en artería y arbitrariedad.

En pleno clímax del affaire, la muerte del prelado sacó al tema del callejón sin salida al que había abocado.

 

Bibl.: P. Rodríguez López, Episcopologio Asturicense, t. IV, Astorga, Imprenta y Librería de Porfirio López, 1906-1908; J. L. Comellas García Llera, Los realistas en el Trienio constitucional (1820-1823), Pamplona, Eunsa, 1958; J. M. Cuenca Toribio, D. Pedro de Inguanzo y Rivero, último Primado del Antiguo Régimen (1764-1836), Pamplona, Eunsa, 1965; M. Revuelta Gonzalez, “Los planes de reforma eclesiástica durante el Trienio constitucional”, en Miscelánea Comillas, 30 (1972), págs. 5-55; Política religiosa de los liberales en el siglo XIX. Trienio Constitucional, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Escuela de Historia Moderna, 1973; J. M. Cuenca Toribio, “Martínez Riaguas, Guillermo”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, CSIC, Instituto Enrique Flórez, 1973, pág. 1435; F. Díaz de Cerio, Nuevas noticias sobre el siglo XIX español en el fondo “Spogli” del Archivo Vaticano, Roma, Iglesia Nacional Española, 1986; “Para la historia del reformismo español. G. Martínez y Riaguas, obispo de Astorga (1819-1824)”, en Antologica Annua, 42 (1995), págs. 11-296; J. M. Cuenca Toribio, Ocho claves de la historia española contemporánea, Madrid, Encuentro, 2003.

 

José Manuel Cuenca Toribio