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Ignacio Luis Agapito de Aguirre y Ortés de Velasco

Biografía

Aguirre y Ortés de Velasco, Ignacio Luis Agapito de. Vitoria (Álava), 18.VIII.1738 – 23.IV.1797. Letrado, pensador reformista, dramaturgo.

Nació en Vitoria en 1738 y fue bautizado en la iglesia de San Vicente. Era hijo de Francisco Tomás Aguirre y Ayanz, III marqués de Montehermoso y poseedor de los mayorazgos familiares, que había casado en 1731 con María Ignacia Ortés de Velasco y Munive, natural de Orduña, señora de la casa de Marzana y nieta materna del VII conde de Peñaflorida.

Era el tercer hijo del matrimonio, ya que le habían precedido Francisco Xavier (1732) y José María (1733). Su padre fue regidor del Ayuntamiento de Vitoria en 1741 y maestre de campo, comisario y diputado general de Álava desde esta fecha hasta 1744. Es posible que los primeros estudios los hiciera en Madrid bajo la protección de su abuela María Antonia y de su tío Tiburcio de Aguirre.

Siguiendo el ejemplo de éste, estudió Derecho en el Colegio de San Bartolomé de Salamanca donde ingresó el 12 de octubre de 1756, consiguiendo la licencia en Leyes en 1759. En esta fecha falleció su padre en un accidente, heredando el marquesado, como IV marqués, su hermano Francisco Javier, soltero, que moriría en Madrid en 1763. El título pasaría después a José María como V marqués de Montehermoso. Se desconoce el año en que se ordenó sacerdote.

Un grupo guipuzcoano ilustrado, dirigido por Peñaflorida, presentó en 1763 a las Juntas Generales de Guipúzcoa un proyecto titulado Plan de una Sociedad de Economía o Academia de agricultura, ciencias y artes y útiles y comercio, adaptada a la economía y circunstancias particulares de la M. N. y M. L. provincia de Guipúzcoa, el cual fue aprobado pero no puesto en práctica. Esta idea fructificó, sin embargo, cuando se dio paso a un proyecto más ambicioso que abarcaba a todas las provincias vascas con el nombre de Sociedad Vascongada de los Amigos del País, cuyos Estatutos se aprobaron en Vergara en diciembre de 1764. Al año siguiente recibió la aprobación regia, convirtiéndose en la primera Económica de España.

Las gestiones en la Corte para su aprobación las llevó en persona su tío Tiburcio, que trabajaba en palacio, con la colaboración del conde de Baños, que era gentihombre de cámara, y de Eugenio de Llaguno y Amírola y Miguel de Otamendi, que trabajaban en la Secretaría de Estado. Desde el principio se encuentra un grupo de alaveses que animaban la Sociedad, como Juan N. de Esquível, J. J. Landázuri, Pedro J.

de Álava, Carlos de Otazu, Félix M. de Samaniego, y los hermanos José María e Ignacio Luis de Aguirre.

Éste perteneció a la cuarta comisión de Álava, que se dedicaba a la Educación y a las Bellas Artes. También colaboró en las actividades literarias como el teatro que sirvió para distracción de los socios. Peñaflorida, Narros, Samaniego y otros compusieron o tradujeron obras dramáticas que se representaron por aquellas fechas. En la Historia de la Sociedad, escrita por Peñaflorida, nos dice que el 11 de febrero de 1765 se estrenó una comedia de Ignacio Luis de Aguirre titulada Casilda. No se conserva el texto, pero por el resumen del contenido que ofrece sospecha Areta Armentia (1976: 174) que se trataba de una adaptación del Tartuffe de Molière.

Su madre murió en Vitoria en 1768. En 1771 se encuentra en Salamanca. Siguió su carrera judicial en la que llegó a las más altas esferas. Comenzó en 1772 como ministro de la Real Audiencia de Sevilla, iniciando un período muy fructífero, ya que allí conoció a algunos jueces, que también eran literatos, como Melchor Gaspar de Jovellanos (1767-1778), con quien entablará una sincera amistad. Él le debió de llevar a la tertulia del Alcázar dirigida por el intendente Pablo de Olavide, que funcionó entre 1767 y 1776. Entre los tertulianos, estaban Jovellanos, Cándido María Trigueros, Francisco de Bruna —regente de la Audiencia—, los hermanos Antonio y Martín Ulloa, José Pérez de Larraya, Francisco Gómez de la Barreda, Manuel Cárdenas y Verdugo, Isidro de la Hoz, Miguel Maestre y Fuentes, oidor de la Audiencia, Juan Elías de Castilla, el agustino fray Miguel Miras, y otros muchos, entre ellos, el juez Ignacio Luis Agapito de Aguirre. En el sector femenino destacaban Mariana de Villarón, Margarita Antonia Indart, la marquesa de Malaspina, Mariana de Guzmán, hija del marqués de San Bartolomé del Monte, Gracia o Engracia de Olavide, prima hermana del regente que hacía de secretaria.

Ésta murió joven en 1775 y Jovellanos le dedicó una sentida “Oda sáfica, en la muerte de doña Engracia Olavide”. Estaban particularmente interesados en buscar nuevos cauces ideológicos para la sociedad, la reforma de la Universidad y la renovación de la literatura: las novedades poéticas; el teatro, indagando sobre los nuevos géneros teatrales como la tragedia urbana; la formación de los cómicos, organizando una academia. La polémica sobre la tragedia urbana trajo como consecuencia que algunos de los tertulianos se ejercitaran en ella, como Jovellanos en El delincuente honrado (1773), Trigueros con Cándida o la hija sobrina (1774) y El precipitado (1775).

Aguilar recuerda el testimonio de Ceán Bermúdez, quien dice que también escribieron comedias de este tipo Francisco de Bruna e Ignacio Luis de Aguirre, aunque no se conocen títulos ni textos (Aguilar Piñal, 1987: 208). De este espacio cultural nace la famosa “Epístola I. Carta de Jovino a sus amigos salmantinos” (1776), que tanto interés tendría para la adopción en la poesía de los temas ilustrados.

Dada la numerosa colonia de vascos residentes en la ciudad, bastantes de los cuales eran socios de la Vascongada, Olavide intentó en 1774 poner en marcha la Real Sociedad Patriótica de Sevilla, entidad que no recibiría su aprobación hasta dos años después.

En ella se integraron algunos de los hombres ilustres que estaban en la ciudad y que también participaban en su tertulia como los Ulloa, Jovellanos, Bruna, el conde del Águila, el marqués de Torreblanca, Trigueros y otros. No se sabe en qué fecha se integró en ella Ignacio Luis de Aguirre, pero es posible que fuera de los socios fundadores o que al menos tuviera voz en época temprana dada su experiencia en el nacimiento de la Vascongada. Asistiría asiduamente a las Juntas y en este contexto leyó en 1779 un ensayo titulado Utilidades de las Sociedades Económicas y ocupaciones en que deben emplearse que fue publicado en las Memorias de dicha Sociedad Económica, según anota Aguilar Piñal.

No se sabe en qué fecha se marchó de esta ciudad, pero su carrera judicial estaba perfectamente orientada por la amistad con Jovellanos, que había abandonado Sevilla en 1778 para acceder al puesto de alcalde de Casa y Corte y por los amigos que había dejado su familia en palacio, ya que asciende a presidente de la Real Chancillería de Valladolid. En 1785 murió el conde Peñaflorida, fundador-director de la Vascongada, y en las Juntas Generales celebradas en Vergara en julio de este mismo año fue elegido director su hermano José María de Aguirre, marqués de Montehermoso, pronunciando para esta ocasión un Discurso de apertura de las Juntas, que se editó en Madrid (1785), ejerciendo a la vez el puesto de consiliario de Álava. Trasladó la Sociedad su sede a Vitoria en el palacio renacentista de Escoriaza-Esquível, que estaba casi enfrente del palacio familiar de los Aguirre, y la capital alavesa tomó un mayor protagonismo en la organización.

En 1787 siguió su carrera en Madrid, ya que fue nombrado alcalde de Casa y Corte, que ejercían la jurisdicción civil y criminal en uno de los ocho cuarteles de Madrid, trabajo de gran relieve que le acercaba a los políticos gobernantes, puesto en el que estuvo siete años. Recuerda Aguilar Piñal que cuando le visitó Jovellanos en Vergara el 27 de agosto de 1791, donde descansaba con motivo del verano, recordaron los tiempos de juventud en Sevilla, y le entregó una comedia que había escrito con el título de Los derechos de un padre (Diarios, VII). ¿Es éste el título de la tragedia urbana escrita en la tertulia de Olavide? En 1793 fue nombrado miembro del Consejo de Castilla, órgano consultivo del Rey en asuntos de administración y política, que ejercía a la vez de Tribunal Superior de Justicia.

El 7 de marzo de este mismo año Francia declaró la guerra a España, que había colaborado previamente en la reacción europea contra el poder de la Revolución, invadiendo Cataluña y el País Vasco. La región sufrió abundantes daños materiales, y las actividades de la Vascongada quedaron paralizadas, y destruido el Real Seminario, mientras que los Extractos de las Juntas Generales celebradas en Bilbao en julio de 1793 se publicaron en la imprenta de Baltasar Manteli este mismo año, eran los últimos que se publicaban. Hasta agosto de 1795 no se retiraron las tropas galas, iniciándose después las actividades, aunque nunca con el antiguo vigor. Ignacio Luis falleció en Vitoria en 1797 y está enterrado en Zurbano, y el 28 de diciembre del año siguiente murió su hermano José María.

 

Obras de ~: Casilda, adapt. de ~, 1765 (desapar.); “Utilidades de las Sociedades Económicas y ocupaciones en que deben emplearse”, en Memorias de la Real Sociedad Patriótica de Sevilla, Sevilla, Imprenta de Vázquez Hidalgo y Compañía, 1779, págs. 43-78; Los derechos de un padre (desapar.).

 

Bibl.: V. González de Echávarri, Alaveses ilustres, vol. I, Vitoria, Imprenta Provincial, 1900-1906; X. M. de Munibe e Idiáquez, conde de Peñaflorida, “Sociedad. Su historia”, en Revista Internacional de Estudios Vascos, XXI-3 (1930), págs. 317-333 y XXII-3 (1931), págs. 443-482; F. Aguilar Piñal, La Sevilla de Olavide, 1767-1777, Sevilla, Ayuntamiento, 1966; L. Silván, “Noticia biográfica de don Joaquín de Eguía y Aguirre, tercer Marqués de Narros, secretario perpetuo de la Real Sociedad Bascongada”, en Boletín de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, XXIII-3 y 4 (1967), págs. 369-404; F. Aguilar Piñal, Sevilla y el teatro en el siglo XVIII, Oviedo, Cátedra Feijoo, 1974; J. Vidal Abarca, “Linajes alaveses. Los Aguirre: marqueses de Montehermoso”, en Boletín Sancho el Sabio, XIX (1975), págs. 181-244; L. M. Areta Armentia, Obra literaria de la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País, Vitoria, Caja de Ahorros Municipal, 1976; F. Aguilar Piñal, Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1981, pág. 80; E. Palacios Fernández, “Ilustración y literatura en el País Vasco”, en Peñaflorida y la Ilustración, San Sebastián, Universidad de Deusto, 1986, págs. 67-113; F. Aguilar Piñal, El escritor ilustrado: Cándido María Trigueros, Madrid, CSIC, 1987; E. Bergara Larrañaga, Inventario del Fondo del Real Seminario de Vergara, Bergara-Donostia, Real Sociedad Bascongada de Amigos del País (RSBAP), 1994; F. Vives Casas, El palacio de Montehermoso, Vitoria-Gasteiz, 1996; M. C. Urdiain Martínez, Epistolario del Fondo Prestamero. ATHA, Vitoria, RSBAP, 1996; Catálogo del Fondo de la Real Sociedad de los Amigos del País. Archivo del Territorio Histórico de Álava, Vitoria, RSBAP, 1997; E. Palacios Fernández, La mujer y las letras en la España del siglo XVIII, Madrid, Ediciones del Laberinto, 2002; J. Astigarraga, Los ilustrados vascos. Ideas, instituciones y reformas económicas en España, Barcelona, Crítica, 2003; A. Martínez Salazar et al., Lorenzo del Prestamero (1733-1817), una figura de la Ilustración alavesa, Vitoria, Diputación Foral de Álava, 2003; A. Rivera (ed.), Historia de Álava, San Sebastián, Ed. Nerea-Diputación Foral de Álava, 2003.

 

Emilio Palacios Fernández

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