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Carlos Lasalde Nombela

Biografía

Lasalde Nombela, Carlos. Portillo de Toledo (Toledo), 4.XI.1841 – 4.IX.1906. Arqueólogo, historiador, educador y publicista escolapio (SchP).

Nació en una familia católica siendo sus padres Pedro Lasalde Gorostazo, natural de Ezpeleta, y Casimira Nombela, natural de Portillo. Comenzó los estudios en su pueblo y los continuó en el Real Colegio de San Antonio Abad en Madrid. Ingresó en la Orden de las Escuelas Pías el 13 de abril de 1856 en el Colegio de Getafe (Madrid), donde ratificó su profesión el 27 de diciembre de 1857 adoptando el nombre de Carlos de la Virgen de la Paz. Continuó sus estudios en Getafe y desde 1860 en Alcalá de Henares. En septiembre de 1861 fue destinado como profesor al Colegio de Granada donde se ordenó sacerdote en diciembre de 1865. En julio de 1868 fue destinado al Colegio de Yecla permaneciendo como profesor y, desde 1875 como rector, hasta 1882. Destacó en el desempeño tanto de las cátedras de Humanidades (Geografía e Historia, Latín, Retórica y Poética), como de ciencias (Matemáticas, Física y Agricultura), e incluso el Gobierno le designó miembro de los tribunales para proveer cátedras de griego. En este periodo también destacó por sus estudios en Arqueología, Epigrafía, Agricultura, Filología y Cosmografía.

Sus aportaciones en Arqueología y Epigrafía comenzaron por su participación en el descubrimiento del yacimiento ibérico del Cerro de los Santos en Montealegre (Albacete), pero próximo al límite con Yecla, donde a finales de noviembre de 1870 Vicente Juan y Amat “el relojero de Yecla”, buscó y encontró estatuas antiguas. Al día siguiente del hallazgo visitó en el Colegio al padre Carlos para pedir su opinión sobre aquellos restos. Lasalde visitó el lugar acompañado del administrador de aquellas tierras, promovió la excavación del yacimiento y desde entonces su nombre está unido a los estudios de estos restos arqueológicos. Participó con los padres Manuel Gómez Peña y Tomás Sáez del Caño, encontraron la planta de un edificio, desenterraron una estatua de Dama oferente completa y doscientos restos de esculturas del periodo prerromano. Fotografió y dibujó los restos, calcó sus inscripciones, interrogó a los habitantes de aquellas tierras de hallazgos anteriores y redactó un primer artículo titulado “Primeros pobladores de España” que publicó La Ilustración de Madrid en marzo de 1871. Los tres escolapios identificaron el edificio como santuario, pidieron ayuda bibliográfica al general de las Escuelas Pías en Roma, P. José Calasanz Casanovas (1815-1888), para el estudio de las inscripciones y redactaron la Memoria sobre aquellas notables excavaciones que se edita en Madrid en febrero de 1871. La Memoria y las fotografías estimularon la intervención oficial de los comisionados del Museo Arqueológico Nacional (MAN) para adquirir esculturas y excavar el yacimiento. Por ello el Rey Amadeo de Saboya reconoció a los PP. Escolapios de Yecla con el título de Benemérito de la Patria en maro de 1872.

Su interés por investigar al pueblo bastitano le llevó a estudiar los textos de autores latinos y de los principales epigrafistas para traducir las inscripciones. Sin embargo, su esfuerzo quedó ensombrecido por la polémica que originaron las piezas falsas vendidas con otras auténticas por el relojero Amat al MAN. Lasalde siempre defendió la autenticidad del yacimiento, pero su posicionamiento inicial de un posible origen egipcio le llevó a pecar de ingenuo, le impidió reconocer la falsedad de algunas piezas ajenas al mismo y a defender su hipótesis en varios artículos en El Semanario Murciano y en La Ciencia Cristiana. Su artículo “Las antigüedades bastitanas” de 1893 en contestación a la investigación del arqueólogo francés Arthur Engel, aporta datos fundamentales sobre el descubrimiento y las primeras excavaciones que, junto a su primer artículo y sus manuscritos, han permitido documentar la historia de este descubrimiento trascendental del mundo ibérico, corregir errores y resolver problemas y cuestiones pendientes.

Recuperó medio centenar de piezas auténticas del Cerro de los Santos que fueron abandonadas en la casa del administrador del conde de Montealegre y las depositó en el Colegio. Con ellas y las que recuperó en los yacimientos del Cerro de la Campana, de la edad del bronce, y de Los Torrejones, de época romana, formó un Museo Arqueológico en el Colegio que fue el germen del actual Museo Arqueológico Municipal de Yecla. Sobre el descubrimiento de las viviendas y hábitos de vida de los pobladores del Cerro de la Campana –que él consideraba celtas– publicó un artículo en La Ciencia Cristiana en 1881. Estudió también la vía romana que cruza el término de Yecla y la posible localización en Los Torrejones de la antigua Ello que publicó en El Cartaginés de 1883, realizando importantes aportaciones al conocimiento de las etapas prerromana y romana de Yecla. Sobre la antigua ciudad de Arbócala –cuyo significado etimológico, según Lasalde, es el de “productora de aceite muy rico”–, consideró su posible localización cerca de Almansa. También publicó una hipótesis sobre el origen de Cartagena, formó una abundante colección numismática y aportó información que permitió localizar diversos hallazgos en Úbeda (Jaén).

Como profesor de Geografía diseñó una esfera cosmográfica con el plano de la eclíptica inclinado para que sus alumnos comprendieran mejor los movimientos de la tierra en relación con el Sol y el origen de las estaciones, superando los modelos de otros países. Estaba formado por una esfera armilar sobre una mesa con cristales laterales que permitían ver el funcionamiento de la maquinaria. Fue premiada en la Exposición Universal de París de 1878 con Medalla de Plata y en la Exposición Pedagógica Nacional de 1882 con Medalla de Segunda clase. Varios años después preparó un magnífico Compendio de Geografía que fue editado por Herder en Friburgo de Brisgovia (Alemania), obra de la que en 1928 se habían editado cinco ediciones.

Como científico se interesó por el esparto y su cultivo. Publicó el artículo “Del esparto” sobre su naturaleza, cultivo y aplicaciones en El Fomento en 1872. Entre 1871 y 1876 realizó un estudio experimental ensayando diferentes modalidades de siembra y condiciones de cultivo. Sus resultados fueron presentados como “Estudios sobre la reproducción del esparto” en la Exposición Agrícola de Murcia de 1876 y fue premiado con la Medalla de Plata. Como profesor de Agricultura publicó el texto de Elementos de Agricultura (Yecla, 1876). Su preocupación por el incremento de la producción de las tierras y el bienestar de los trabajadores lo desarrolló en La Quinta de Peñalbilla, una narración novelada y subtitulada Descripción de una colonia agrícola que hace a sus nietos el abuelo, obra precursora de la agricultura ecológica actual, que fue publicada en Yecla en 1879 y en Madrid en tres ediciones en 1882 y 1883. Con esa finalidad procuró el desarrollo agrícola de la población, fundando la Sociedad del Fomento Agrícola de Yecla, donde él mismo y los profesores del colegio impartían a los agricultores conferencias semanales sobre cultivos, ganadería, análisis de abonos y de tierras, y publicó en El Semanario Murciano en 1879 las que dedicó al cultivo del esparto, principal riqueza forestal de la comarca.

Como filólogo intentó reformar los estudios de latín. Publicó los textos “Primer curso de latín” (Madrid, 1878), “Segundo curso de latín” (Madrid, 1879) y “Tercer curso de latín” que se editó en Yecla. El esquema de su plan pedagógico lo expuso en la obra “De la lengua latina y su enseñanza” (Madrid, 1881). Además, fue uno de los primeros escritores españoles que realizó estudios lingüísticos según las nuevas orientaciones de la filología comparada, publicó “Cuestiones gramaticales. Capítulos de un libro inédito”, en la Revista Contemporánea y estimuló la edición y prologó la Gramática Histórica de la Lengua Castellana del padre Enrique Torres.

En el Capítulo Provincial de la Orden de 1875 fue designado rector del Colegio de Yecla y, tras regularizar el cobro de atrasos de la asignación municipal, mejoró y completó los Gabinetes de Ciencias y la Biblioteca, y creó el Museo Arqueológico, el Observatorio Meteorológico y Astronómico, la imprenta colegial y un Gabinete Agronómico, cuyas reproducciones a escala de herramientas y aparatos agrícolas fueron premiados en la Exposición Universal de Paris de 1878. Los premios en esa Exposición, así como en la Regional de Lorca en 1874, en las Agrícolas de Murcia en 1876 y 1882, y en la Pedagógica de Madrid de 1882, consolidaron el prestigio del Colegio.

En septiembre de 1882 fue destinado al Colegio de Getafe como maestro de novicios, que desempeñó durante doce años. En 1887 fue nombrado cronista general de la Orden. Fue el fundador y primer director (1888-1895) de la Revista Calasancia, publicación educativa centenaria, que todavía continúa en el siglo XXI con el nombre de Revista de Ciencias de la Educación. En 1893 publicó el primer tomo de su Historia literaria y bibliografía de las Escuelas Pías de España. En 1894 fue nombrado rector del Colegio de San Fernando de Madrid y por sus méritos fue distinguido como consultor provincial (1902), visitador general (1903) y provincial honorario (1904).

Una de sus grandes preocupaciones fue la Pedagogía, que ya demostró en su etapa yeclana en el artículo “La reforma de la Enseñanza” en El Áncora de Castilla, tema sobre el que después insistirá en los artículos “Cuestión gravísima” en La Unión Católica y “Peligros de la Enseñanza” en El Siglo futuro, y que desarrollará en su libro Plan de Enseñanza Primaria en 1904. Preparó una Pedagogía Calasancia (Historia y Material Pedagógico) en tres tomos, que tras su muerte fue resumida en un apreciado Manuel de Pedagogía que publicó la editorial Herder en 1911.

En el año 1881, José Martínez Ruiz, Azorín, antes de cumplir ocho años ingresó como alumno interno en el colegio de Yecla hasta 1888. Allí conoció y admiró al padre Lasalde y, aunque no fue alumno suyo, después le visitó y trató en Getafe. A él se refirió con veneración y cariño en algunas de sus obras literarias (Las confesiones de un pequeño filósofo; In hoc signo; Escolapios; A voleo), e incluso le destacó como personaje en La voluntad. De él dice: “Guardo del padre Lasalde un recuerdo dulce y suave […]. El padre Carlos Lasalde cuando me vio en la rectoral, me cogió de la mano y me atrajo hacia sí; luego me pasó la mano por la cabeza y yo no sé lo que me diría, pero le veo inclinado hacia mí, sonriendo y mirarme con sus ojos claros y melancólicos […] Después, yo le contemplaba de lejos, con cierta secreta veneración” (Azorín, Las confesiones de un pequeño filósofo). “A los niños, el padre Lasalde los trata con delicadeza, con una delicadeza tan enérgica en el fondo, que les pone respeto y hace inútiles los castigos violentos. Él los disuade de sus instintos malos, hablándoles uno por uno, bajito, y como de cosas que solo a ellos dos importa; él los halaga cuando ve en ellos una vislumbre de generosidad y de nobleza. Y no grita, no amenaza, no aterra” (La voluntad).

El padre Lasalde murió en su ciudad natal, donde fue a reponerse de una “anemia cerebral” bajo el cuidado de su familia.

 

Obras de ~: con M. Gómez Peña y T. Sáez del Caño, Memorias sobre las notables excavaciones hechas en el Cerro de los Santos publicada por los padres escolapios de Yecla, Madrid, Imprenta J. Limia y G. Urosa, 1871; “Primeros pobladores de España”, en La Ilustración de Madrid (1871); Reglamento general para los seminarios de las Escuelas Pías, Madrid, Agustín Avrial, 1871; “El Cerro de los Santos (contestación al artículo de don A.R.V.), en El Liceo (1871); “Del esparto”, en El Fomento (1872); Elementos de Agricultura, Yecla, Imprenta Leonardo Ros, 1876; Primer curso de Latín, Yecla, Imprenta Leonardo Ros, 1877 (Madrid, Imprenta E. de la Riva, 1878); Segundo curso de Latín, Madrid, Imprenta E. de la Riva, 1879; La Quinta de Peñalbilla, Yecla, 1879 (Madrid, Ramón Moreno, 1882); “Conferencias dadas en la Sociedad del Fomento Agrícola de Yecla”, en El Semanario Murciano (ESM) (1879); “Estudios acerca del pueblo bastitano”, en ESM (1879-1880); “Inscripciones hispano-egipcias”, en ESM (1880); “Historia del pueblo bastitano”, en ESM (1880); “¡Pobrecitos aficionados!”, en El Eco Regional (EER) (1880); “La familia de Lapegais”, en EER (1880); “El Drama del Sr. Cano-Manuel”, en EER (1880); “Las antigüedades de Yecla”, en La Ciencia Cristiana (LCC) (Madrid) (1880-1881); “La reforma de la enseñanza”, en El Áncora de Castilla (1881); “El Cristianismo y la civilización pagana”, en LCC (1881); “Historia de Yecla”, en ESM (1881) (en El Correo Regional [1888]); “El aficionado a antigüedades”, en ESM (1881); “La reaparición de El Seminario”, en ESM (1881); “Los celtas españoles. Sus estancias, cabañas, artes, industrias y religión”, en LCC (1881); De la Lengua Latina y su Enseñanza, Madrid, Guttenberg, 1881; “Cartas a D. Bernardino Martín Mínguez, profesor de lenguas en Valladolid, sobre las antigüedades bastitanas y los anticuarios españoles”, [cartas 1-4], en ESM (1881); [carta 5], en El Áncora de Castilla (1882); [carta 6], en Revista Contemporánea (RCont) (Madrid) (1884); “La Bastitania según los monumentos que de ella nos restan”, en LCC (1882): “La Exposición Pedagógica”, en El Zuavo, diario ultramontano (EZ) (1882); “Los Jueces Legos”, en EZ (1882); “La Bastitania. Estudio sobre los antiguos pueblos bastitanos, bástulos, turdetanos, túrdulos y contestanos”, en LCC (1883); “Documentos curiosos o Cartas desde Stockolmo”, en El Cartaginés (EC) (1883); “Tres cuestiones arqueológicas”, en EC (1883); “Origen de Cartagena”, en EC (1883); Sistema pedagógico de San José de Calasanz, Madrid, 1885; Espíritu de S. José de Calasanz. Sentencias piadosas sacadas de las Cartas del Santo, Madrid, Rivadeneira, 1886; Guía de juventud del P. Péndola, Madrid, 1886; “Tradiciones históricas”, en Revista Calasancia (RCal) (1888); “División de las Lenguas”, en RCal (1888); “Biógrafos de S. José de Calasanz”, en RCal (1888); “Egipto y la primitiva civilización”, en RCal (1888); Tradiciones históricas de España, Madrid, A. Pérez Dubrull, 1888; Gramática Latina del P. Calixto Hornero corregida y aumentada por el P. Álvarez y ahora nuevamente por el P. Carlos Lasalde, Madrid, Rivadeneira, 1889; “El P. Ildefonso Polo”, en RCal (1889); “San José de Calasanz, pedagogo”, en RCal (1889); “España y América”, en RCal (1891); “El Anticuario Español”, en RCal (1889-1892); “Plan de educación de San José de Calasanz”, en RCal (1890); “San José de Calasanz vindicado”, en RCal (1891); Compendio de la Vida del Beato Pompilio María Pirrotti, Madrid, A. Pérez Dubrull, 1890; “El primer plato”, en El Álbum (1890); El lector castellano, Friburgo de Brisgovia (Alemania), Herder, 1890-1904, 4 ts.; Ejercicios de piedad para uso de los discípulos de las Escuelas Pías, dispuestos primeramente por el padre Alejo Ruiz y ahora dispuestos en otra forma y aumentados, Madrid, A. Pérez Dubrull, 1891; Práctica de vida cristiana por el B. Pompilio María de las Escuelas Pías traducida al castellano y ordenada por el P. Carlos Lasalde, Madrid, A. Pérez Dubrull, 1891; “El Congreso pedagógico”, en RCal (1892); “El Rvdo. P Juan José Peña”, en RCal (1892); “Colón pacificador”, en RCal (1892); “Las antigüedades bastitanas”, en RCal (1893); “Arolas, su vida y sus obras”, en RCal (1893); Historia literaria y bibliográfica de las Escuelas Pías de España, t. I, Madrid, Agustín Avrial, 1893 (t. II, Madrid, RCal, 1925; t. III, Madrid, RCal, 1927); “El Rvdo. P. Manuel Pérez de la Madre de Dios”, en RCal (1894); “Los moros”, en RCal (1894); “Campaña, P. Juan de Santa Teresa”, en RCal (1894); “El nuevo Plan de Estudios”, en RCal (1894); “Pedagogos católicos”, en RCal (1894); “La reforma de la segunda enseñanza”, en RCal (1894-95); “Cuestión gravísima”, en La Unión Católica (LUC) (1895); “La libertad de enseñanza”, en LUC (1895); Compendio de Geografía, Friburgo de Brisgovia, Herder, 1895 (5.ª ed., Barcelona, Herder, 1928); Silabario para el método analítico dispuesto por los padres escolapios bajo la dirección del P. Carlos Lasalde, Friburgo de Brisgovia, Herder, 1897; “Prólogo” a E. Torres, Gramática histórica comparada de la Lengua Castellana, Getafe, 1898; “Cuestiones gramaticales. Capítulos de un libro inédito”, en RCont (1898); “Dos cartas del Príncipe de la Paz”, en RCont (1898); Oratio ad Capitulum Provinciale, Madrid, Viuda de Fuentenebro, 1899; Libros de Lectura, Friburgo de Brisgovia, Herder, 1899 (Madrid, Imprenta Agustín Avrial, 1901; Madrid, Fuentenebro, 1902; Madrid, Hija de Fuentenebro, 1903); “El padre escolapio Andrés Merino y sus obras”, en RCont (1900); “Educación literaria en Roma en el siglo primero”, en RCont (1901); “Peligros de la enseñanza” (cuatro artículos), en El Siglo futuro (ESF) (1903); “De enseñanza”, en ESF (1903); Elementos de Metódica (el Vademécum del maestro escolapio), Madrid, Imprenta Agustín Avrial, 1903; Plan de enseñanza primaria, Madrid, Imprenta Gabriel López del Horno, 1904; Libro de lectura para las Escuelas Pías, Madrid, 1904; Libro de Lectura, Madrid, San Francisco de Sales, 1907 (Madrid, R. Álvarez, 1913); Manual de Pedagogía, Friburgo de Brisgovia, Herder, 1911; Desarrollo del idioma castellano (desde el siglo XV hasta nuestros días). Libro de lectura para clases superiores, dispuesto por el P. Carlos Lasalde, Friburgo de Brisgovia, Herder, 1912 (2.ª ed.); Il beato Pompilio Maria Pirrotti delle Scuole Pie, Firenze, Calasanziana, 1915.

 

Bibl.: A. Rentero Villota, “El cerro de los santos. Monumento arqueológico”, en El Liceo (EL), 17 (23 y 30 de julio de 1871); “El cerro de los Santos. Cuatro palabras en contestación al Sr. Laxalde”, en EL, 17 (1871), págs. 2-4; T. Sáez del Caño, “Las antigüedades del cerro de los santos”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos (RABM), I (1871), págs. 317-319; P. Savirón Estevan, “Estatua de piedra procedente del cerro de los Santos en la provincia de Albacete”, en RABM, III, 12 (1873), págs. 177-180; “Noticias de varias excavaciones del cerro de los Santos”, en RABM, V (1875), págs. 125- 129, 145-147, 161-164, 193-197 y 229-234; “Jarrón árabe del Museo Arqueológico”, en RABM, V (1875), págs. 261-263; T. del Campillo, “Comentario bibliográfico sobre la obra. Antigüedades del Cerro de los Santos en término de Montealegre”, en RABM, V (1875), pág. 283; J. Aramburu, “Cosmógrafo Lasalde”, en La Controversia, IV (1890), págs. 326-328 (RCal, V (1890), pág.375 y 462-467); J. J. 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Abelino Andrés Nistal, SchP, y Fernando López Azorín

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