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Ramón Campos Pérez

Biografía

Campos Pérez, Ramón. Burriana (Castellón), c. 1770 – Murcia, 1808. Filósofo y economista.

Ramón Campos nació en Burriana hacia 1770. Siendo muy joven se trasladó a Nules por razones familiares. Su tío Joseph Pérez Esteve, arcediano de Chinchilla y rector del Seminario de San Fulgencio, en Murcia, se ocupó de él desde 1779 para que cursase sus estudios en esa institución. Fue educado en el aperturismo científico y en el reformismo religioso de moderadas tendencias jansenistas. Con apenas diecisiete o dieciocho años de edad obtuvo la pasantía de la cátedra de Lugares Teológicos y, poco más tarde, la de Filosofía (1788). Allí comenzaron sus problemas con el Santo Oficio, al defender en las aulas diez “proposiciones heterodoxas” que incluían el rechazo de la infalibilidad papal. La causa quedó entonces sobreseída.

Durante su etapa en San Fulgencio publicó una breve Oda en la venida del Ilustrísimo Señor Don Victoriano López Gonzalo (1789) y el Sistema de Lógica (1791). Este segundo texto se basaba en el Traité des sensations del abad de Condillac, que gozaba de buena aceptación y ya había sido traducido por entonces en dos ocasiones, por Bernardo de la Calzada (1784) y por Núñez de Peralveja (1786). El Sistema, una declaración de principios del sensualismo, explicaba el conocimiento como producto de la experiencia de los sentidos ante las necesidades humanas.

Optó a la cátedra de Física experimental en los Reales Estudios de San Isidro en Madrid (1792).

Año y medio después era invitado a enseñar Química en la Sociedad Real de Alabama. En Santiago, de camino a La Coruña para embarcar hacia Londres, se comprometió nuevamente con comentarios que acarrearon su triste desenlace. Entre 1793 y 1796 estudió la agricultura del condado de York y viajó por Francia. Mientras tanto, el tribunal del Santo Oficio revisaba en Murcia las declaraciones que Campos Pérez había hecho en Santiago; le acusaba de jansenista y, peor aún, de “blasfemo, temerario, escandaloso e indigno de vivir en el mundo” (24 de noviembre de 1795).

De regreso en Madrid, puso en práctica lo aprendido, levantando los planos de los alrededores de Aranjuez y experimentando con una bomba hidráulica en el río Manzanares. Intentó granjearse la protección de Godoy y la obtuvo por fin, en enero de 1797, para publicar La Económica reducida a principios exactos, claros y sencillos. Esta importante obra consta de tres secciones que trastocan ligeramente la ordenación de The Wealth of Nations, de Adam Smith. La Sección I aborda los sistemas de precios, introduce los conceptos de desequilibrio en los mercados y trata la teoría de la distribución. Establece el principio de gravitación de los precios corrientes hacia los naturales.

La determinación de los jornales, las ganancias y las rentas de la tierra son el objeto de los capítulos 2 y 3. La Sección II estudia la utilización del capital en los distintos sectores productivos, la división del trabajo en el origen del crecimiento del producto anual y la teoría de las ventajas absolutas del comercio. La Sección III explica la financiación pública y se detiene en el análisis de la imposición sobre los factores de producción, la transmisión de bienes y los consumos.

El apéndice final (págs. 122-126) trata la deuda y las alternativas para redimirla. En definitiva, Campos reprodujo el esquema elemental de crecimiento, valor y precios, distribución y papel del Estado que sugería Smith. Algunos defectos deben ser señalados. El menor es el empobrecimiento inherente a la “sencillez” de un resumen; el mayor es el silencio sobre las reglas de transformación entre bienes y dinero, sobre las diferencias entre los valores de uso y de cambio y sobre el proceso de acumulación de capital. Pese a todo, su comprensión del liberalismo económico fue mejor que la de otros ilustrados que, como Alonso Ortiz, tradujeron a Smith distanciándose ideológicamente (Valladolid, Viuda e Hijos de Santander, 1794).

No tuvo tanto éxito con su traducción de un diccionario de la “Nueva Agronomía” inglesa. Animado por este nuevo proyecto inédito y por su éxito efímero con La Económica, cometió el error de enviar un placet al Rey para recordarle lo infundado de sus acusaciones y solicitar la plaza de Matemáticas de los Reales Estudios, que había ostentado el recién fallecido Vicente Durán, sin concursar (22 de febrero de 1797). Lejos de obtenerla, fue arrestado en octubre. Sus bienes fueron embargados y quedó recluido en el castillo de San Lorenzo (Málaga) desde 1798 hasta 1802. Pero esto no detuvo su labor literaria. Allí redactó De la desigualdad personal en la sociedad civil (1799), que sólo fue publicado póstumamente. El original acompañó inicialmente a una súplica al Rey para la reducción de la condena (26 de marzo de 1800) que fue desoída. Lo mismo sucedió con las tres siguientes. Coll (1911) considera que De la desigualdad era una respuesta tardía al Discours sur l’origine de l’inégalité entre les hommes que Rousseau había presentado ante la Academia de Dijon en 1753. Campos identificaba el progreso en la moralización entre el hombre salvaje y el civilizado, y rechazaba de plano la teoría del contrato social. El influjo de la escuela escocesa es también perceptible en las similitudes del “flujo por armonizar” de Campos con el principio de simpatía —empatía— enunciado en el Treatise on Human Nature, de Hume, y el “sentiment of approbation” de Smith (1759, Parte VII), así como en la relación entre las modas y el flujo “porque nos hagan caso” (Parte V). En este sentido, De la Desigualdad se comprende como un complemento a La Económica.

Terminada su condena regresó a Madrid. Amplió el Sistema de Lógica con El don de la palabra (1804), más crítico con los estudios filosófico-lingüísticos de Condillac. Campos recurrió en esta ocasión a Duns Scott, Maupertuis y Le Compte para rebatir a Blaise Pascal y al marqués de la Condamine. Su radicalización lo acercó a Destutt de Tracy, el discípulo del abad que tanto admiraba Napoleón. El plan de esta obra, redactado en prisión, es más confuso que el de los textos anteriores.

Al parecer, Campos volvió al encierro. Basándose en Pastor Fuster (1823), los biógrafos afirman que cayó en combate contra las tropas francesas en Belmonte (1808). Sin embargo, el 20 de septiembre de 1808, la Suprema aseveraba en una carta dirigida al Tribunal de Murcia que aún permanecía en cárceles secretas.

A su fallecimiento, cuyo momento y lugar no constan con certeza, el manuscrito de De la Desigualdad quedó en poder del primer secretario de Estado, Mariano Luis de Urquijo. No salió a la luz hasta 1820.

 

Obras de ~: Oda en la venida del Ilustrísimo Señor Don Victoriano López Gonzalo a su diócesis de Cartagena, Murcia, Viuda de Felipe Teruel, 1789; Sistema de Lógica. Por Don Ramón Campos, Catedrático de Filosofía en el Seminario de Murcia, Madrid, Viuda de Ibarra, 1791; La Económica reducida a principios exactos, claros y sencillos, Madrid, Benito Cano, 1797; El don de la palabra en orden a las lenguas y al ejercicio del pensamiento, ó teórica de los principios y efectos de todos los idiomas posibles, Madrid, Gómez Fuentenebro y Cía., 1804; De la desigualdad personal en la sociedad civil, Paris, Tournachon-Molin, 1820.

 

Bibl.: A. Smith, The Theory of Moral Sentiments, London, A. Millar y Edinburgh, A. Kinkaid & J. Bell, 1759; An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations, London, W. Strahan & Th. Cadell, 1776; J. Pastor Fuster, Biblioteca Valenciana de los Escritores que florecieron hasta nuestros días, con adiciones y enmiendas a la de Don Vicente Ximeno, vol. 2, Valencia, Ildefonso Mompié, 1823, págs. 326-327; P. E. Coll, Discursos leídos en la Academia Venezolana Correspondiente de la Real Española, en la recepción pública [...] el día 26 de marzo de 1911 (Ramón Campos y su libro sobre la Desigualdad de los hombres), Caracas, Bolívar, 1911, págs. 11-25; A. Guy, “Ramón Campos, disciple de Condillac”, en J. L. Abellán et al., Pensée hispanique et philosophie française des Lumières, Toulouse, 1980, págs. 13-54; L. Domergue, “Ramón Campos ou les tribulations d’un philosophe espagnol des Lumières”, en Philosophie (Université de Toulouse-le-Mirail), vol. I, n.os XII-XIIIXIV (1988), págs. 163-170; C. Mas Galvañ, “Introducción” en R. Campos, De la desigualdad personal en la sociedad civil, Alicante, Juan Gil-Albert, 1989; P. Schwartz, La recepción inicial de “La Riqueza de las Naciones” en España, Madrid, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad Complutense, 1990 (Documento de Trabajo 9034); V. Llombart y P. Cervera, “El pensamiento económico valenciano: una introducción histórica (1750-1850)”, en J. Azagra, E. Mateu y J. Vidal (eds.), De la sociedad tradicional a la economía moderna, Alicante, Juan Gil-Albert, 1996, págs. 298- 300; V. Llombart y P. Cervera, “Economistas valencianos de la Ilustración (1760-1800)”, en E. Fuentes Quintana (dir.), Economía y Economistas Españoles, vol. 3, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2000, págs. 628-630; P. Cervera Ferri, El pensamiento económico de la Ilustración Valenciana, Valencia, Generalitat Valenciana, 2003, págs. 122-157; L. Perdices y J. Reeder, Diccionario de Pensamiento Económico en España, Madrid, Síntesis, 2003, págs. 116-117.

 

Pablo Cervera Ferri