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Maximiano

Biografía

Maximiano. Marcus Aurelius Valerius Maximianus. Cercanías de Sirmium (SremskaMitrovica, Serbia [Illyricum]), ¿21.VII?.c. 250 – Marsella (antes Massilia) (Francia), ¿VII?.310. Emperador de Roma (285-310).

Aunque sólo se tiene una vaga noticia de Aurelio Víctor (Libro de los Césares, 39, 26), que le considera originario del Illyricum, se suelen aceptar los datos del Epítome sobre los Césares (40, 10-11), en el que se dice que nació cerca de Sirmium y que a su muerte el año 310 tenía unos sesenta años de edad, lo que indica que nació en torno al 250.

Contrajo matrimonio hacia el año 280 con Eutropia (Galeria Valeria Eutropia); fueron padres del futuro emperador Majencio (Marcus Aurelius Valerius Maxentius) y de Fausta (Flavia Maxima Fausta), que luego contraería matrimonio con el emperador Constantino I. Fue padre adoptivo de Flavia Maximiana Theodora, hija biológica de Eutropia y del prefecto del pretorio Afranius Hannibalianus, que casaría con Constancio I. En consecuencia, fue suegro tanto de Constancio I (Eutropio, Breviario, 9, 22, 1; Aurelio Víctor, 39, 25) como del hijo de éste, Constantino I (Aurelio Víctor, 40, 22).

Las fuentes han dejado muchas referencias sobre su carácter. El perfil más crítico es el de Eutropio, que le consideró de naturaleza violenta (Eutropio, 9, 27, 1; 10, 3, 3), traicionero y perverso (Eutropio, 10, 3, 3). En el otro extremo se encuentra Flavius Vopiscus, uno de los biógrafos de la Historia Augusta, que le aplicó el mismo perfil empleado para Diocleciano y le calificó de aguerrido en lo militar, sabio y generoso, respetuoso con el Senado y con el pueblo y piadoso (Historia Augusta [HA], Caro, 18, 4), para matizar después este retrato haciendo pie en su extrema severidad, lo que le ocasionó algunos problemas con Diocleciano (HA, Probo, 44, 2). Aurelio Víctor, aparentemente más ponderado en su juicio, coincide en que fue un buen soldado y gobernante, aunque “poco civilizado” (39, 17-18 y 26-27) y propenso a los abusos con los prisioneros (39, 46). Otro biógrafo de la Historia Augusta, Aelius Lampridius, le califica de “padre de la edad de hierro” (HA, Heliogábalo, 35, 4) por comparación con Diocleciano, que sería el “padre de la edad de oro” en los años finales del siglo iii.

De buena formación militar, y con larga experiencia en el campo de batalla bajo los emperadores Aureliano y Probo (Aurelio Víctor, 39, 26-28), Diocleciano le designó sucesor con el título de César el año 285. Las fuentes explican este nombramiento por los disturbios causados en la Galia por los bagaudas, contingentes de campesinos arruinados a los que acaudillaban Amandus y Aelianus (Eutropio, 9, 20, 3; Aurelio Víctor, 39, 17-19; Panegiristas latinos, 10, 2, 4, 3). Tras la intervención militar de Maximiano el año 285, la Galia quedó momentáneamente pacificada.

El 1 de abril del año 286 Maximiano sería elevado a la categoría de Augusto con el nombre de Marcus Aurelius Valerius Maximianus y se le asignó el control de las provincias occidentales del Imperio Romano (Eutropio, 9, 22, 1), dando comienzo así a una diarquía que serviría como forma de gobierno durante siete años. Su capital fue Mediolanum (Milán) y residió ocasionalmente en Aquileia. En la teología política que sostenía el régimen, adoptó el epíteto de Herculius (Lactancio, Sobre la muerte de los perseguidores, 8, 1 y 52, 3; Aurelio Víctor, 39, 18), es decir, descendiente de Hércules como Diocleciano lo era de Júpiter. En el marco del control de Occidente, Maximiano encargó a Carausius el control de Bélgica y Armórica el año 286. La posterior rebeldía de éste llevó a Maximiano a ordenar su asesinato (Eutropio, 9, 21; Aurelio Víctor, 39, 21) pero Carausius pasó a Britannia y proclamó un Gobierno al margen de Roma (286-293) que prolongaría Allectus (293-297) a finales de la centuria, abriendo así un importante frente militar en el extremo occidental del Imperio Romano. En los años siguientes, Maximiano combatiría a los pueblos de la frontera del Rhin y atendería también el control del norte de África, donde su flota sufrió una fuerte derrota el año 289.

Cuando en la primavera del año 293 la diarquía se convirtió en tetrarquía, Constancio I (Constancio Cloro; Flavius Valerius Constantius) se convirtió en el César de Maximiano (Eutropio, 9, 22, 1; Aurelio Víctor, 39, 24). Ante la nueva situación, parece que Maximiano mantuvo el mando sobre Hispania, Italia y África, mientras que Constancio Cloro se haría cargo de Britannia y la Galia.

El nuevo reparto de poderes aseguraba un mejor control territorial y una mayor facilidad de intervención.

Eso explica que a comienzos del año 296 Maximiano se trasladara al Rhin para contener la frontera, mientras Constancio I intervenía en Britannia contra Allectus (Panegiristas latinos, 4, 13) y que, atravesando Hispania tras algunos combates a finales del 296, pudiera hacer frente a los conflictos de Mauritania el 297 (Eutropio, 9, 23; Aurelio Víctor, 39, 22), entrando triunfante en Cartago el 10 de marzo de ese año tras haber estabilizado momentáneamente la región. Por esos años ya debía estar construido el palacio de Cercadilla, en las afueras de Córdoba, que pudo ser la residencia de Maximiano durante su breve estancia en Hispania.

Su nombre va asociado al Edicto de persecución contra los cristianos, publicado con Diocleciano en Nicomedia (Izmit, Turquía [Pontus-Bithynia]), en marzo del año 303, Lactancio, 11, 1-2); no era la primera intervención de Maximiano contra los cristianos: entre los años 286 y 288 ya había ordenado la ejecución de Mauricius y de otros soldados que se habían negado a a combatir a los bagaudas alegando que algunos de ellos eran cristianos y había ordenado el martirio del centurión Gordius en Capadocia por abandonar el Ejército para dedicarse al ascetismo; por el contrario, había autorizado el abandono del Ejército mauritano del soldado Tipasius, también entregado al ascetismo.

El 1 de mayo del 305, convencido por Diocleciano, renunció con él al Trono, propiciando la sucesión de los dos Césares (Eutropio, 9, 27, 1-2; Lactancio, 19, 1; Eusebio, Historia eclesiástica, 8, 13, 11). Tras abdicar en Mediolanum, se retiró durante un tiempo a su villa de la Lucania (Eutropio, 9, 27, 2 y 10, 2, 3; Zonaras, 12, 32). Los nuevos tetrarcas serían Galerio y Constancio I como Augustos, teniendo como Césares a Maximino Daia y a Severo, que formaron la segunda tetrarquía hasta el 25 de julio del año 306.

La muerte de Constancio I el 25 de julio del año 306 y la proclamación irregular de Constantino I dio al traste con el experimento tetrárquico tal y como lo había concebido Diocleciano. De hecho, el nuevo grupo compuesto por Galerio, Severo, Maximino Daia y Constantino I provocó los recelos de Majencio, hijo de Diocleciano, que se autoproclamó César en Roma y convenció a su padre para que volviera a la vida pública como Augusto (Aurelio Víctor, 40, 21 y 29; Lactancio, 26, 7, 9; Eutropio, 10, 2, 3).

Roma tenía ahora tres Césares y tres Augustos. Maximiano había pasado a ser un usurpador.

El año 307, tras reorganizar las defensas de Roma ante un posible ataque de Galerio, Maximiano viajó a la Galia buscando la alianza de Constantino, al que reconoció como César y le entregó en matrimonio a su hija Fausta (Lactancio, 27, 1). En vano intentó persuadir a su hijo Majencio de que depusiera su actitud y abandonara el control de Roma para reorganizar el sistema tetrárquico (Eutropio, 10, 3, 1; Aurelio Víctor, 40, 5), de modo que en la reunión que tuvo lugar en Carnuntum el 11 de noviembre del 308 hubo de pactar con Diocleciano y Galerio la cuarta y última tetrarquía, formada por Galerio, Licinio, Maximino Daia y Constantino I (Aurelio Víctor, 40, 8). Maximiano y su hijo Majencio quedaban fuera de la ley.

La única puerta que le quedaba a Maximiano era marchar a la Galia para unirse a su yerno Constantino, contra el que posteriormente se revolvió (Aurelio Víctor, 40, 22; Eutropio, 10, 3, 2). Tras huir de Arelate (Arlés, Francia), fue capturado en Marsella el año 310 (Eutropio, 10, 3, 3) y más tarde se suicidó (Eutropio, 10, 3, 2; Lactancio, 30, 5; Eusebio, Historia eclesiástica, 8, 13, 15; Epítome sobre los Césares, 40, 5). Fue enterrado en su mausoleo de Mediolanum.

En Hispania, además de la evidencia epigráfica del palacio cordobés de Cercadilla ya citado, fue honrado en localidades como Barcelona o Prats de Rei (Barcelona); en su tiempo, el gobernador de la provincia Citerior Iulius Valens construyó en Tarragona el llamado pórtico Iovia, que podría ser el pórtico de la basilica Iovia y que pudo ubicarse cerca del foro. Casi una veintena de miliarios recuerdan el activo programa de mantenimiento viario desarrollado en la Península Ibérica en esos años.

 

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Juan Manuel Abascal Palazón

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