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Licinio

Biografía

Licinio. Caius Valerius Licinianus Licinius. Dacia (Rumanía), c. 265 – Tesalónica (Grecia), comienzos del 325. Emperador de Roma (308-324).

Por Eutropio (Breviario, 10, 4, 1) y el Anonymus Valesianus (5, 13) se sabe que fue originario de Dacia y que debió de nacer en el seno de una familia de campesinos, siendo ficticia la leyenda que le hace descendiente del emperador Filipo el Árabe (Historia Augusta, Vida de Gordiano, 34, 5). La fecha de su nacimiento se desprende de una referencia del Epítome sobre los Césares (41, 8), que indica que murió con unos sesenta años de edad el año 325.

De su carrera inicial se conserva un rápido resumen en Eutropio (10, 4, 1), quien dice que era un viejo compañero de armas del emperador Galerio y que había participado con él en las batallas en Persia contra Narsés el año 297; esa vieja amistad es citada también por Aurelio Víctor (Libro de los Césares, 40, 8), lo que explicaría la promoción de Licinio como parte del posicionamiento político de las clientelas de Galerio. Su primera participación en los asuntos de la tetrarquía data del año 307, fecha en que fue enviado por el propio Galerio como embajador ante Majencio para intentar convencerle de deponer su actitud secesionista.

Su llegada al trono se produjo el 11 de noviembre del año 308, durante la conferencia de Carnuntum, en la que Galerio y Maximiano junto al retirado Diocleciano pactaron la cuarta y última tetrarquía; en ella, Galerio y Licinio se constituían en Augustos, teniendo como Césares a Maximino Daia y Constantino I (Eutropio, 10, 4, 1; Aurelio Víctor, 40, 8; Anonymus Valesianus, 3, 8 y 5, 13). Si inicialmente Licinio se hizo cargo del Ilyricum y Thracia (Aurelio Víctor, 40, 8), tras la muerte de Galerio en mayo del 311 su jurisdicción se amplió a toda la zona danubiana y balcánica, con el fin de contener las aspiraciones de Maximino Daia de extender su influencia a las provincias de Asia.

La muerte de Galerio el año 311, la derrota de Majencio el año 312 en Puente Milvio, así como la muerte de Diocleciano y la caída de Maximino Daia el mismo año 313, dejaron el mundo romano en manos de Constantino I y Licinio; durante más de una década, Roma estaría gobernada por una forma de diarquía en la que, en la práctica, Constantino I controlaba la actividad institucional y ejercía como cabeza visible del organigrama administrativo. Desde el punto de vista de la acción diaria y el control directo, Constantino y Licinio repartieron sus esferas de influencia de modo que Constantino mantuvo su dominio sobre Occidente, el espacio ya heredado de su padre, y Licinio se hacía cargo de las zonas orientales del Imperio romano.

La concordia temporal entre los dos príncipes se formalizó con la conferencia de Mediolanum (Milán) de febrero del año 313, destinada a asegurar la coexistencia de ambos, para lo que se recurrió a la vieja fórmula de la alianza matrimonial. Licinio contrajo matrimonio en Milán con Flavia Iulia Constantia, hermanastra de Constantino I e hija de Constancio I y de Flavia Maximiana Theodora, la hija adoptiva del emperador Maximiano (Lactancio, Sobre la muerte de los perseguidores, 43, 2 y 45, 1; Aurelio Víctor, 41, 2; Eutropio, 10, 5). Si es cierto que Constantino I había levantado las medidas contra los cristianos el año 312, también lo es que continuó más próximo al paganismo hasta el final de su vida; sin embargo, con el matrimonio de Licinio y Constantia el 313, una mujer de religión cristiana —correspondiente de Eusebio de Cesarea— accedía a la cúpula del poder romano.

Dos meses después de su alianza formal con Constantino I, Licinio dirigió sus armas hacia Maximino Daia, el último rescoldo de la vieja tetrarquía, que había asediado y capturado Byzantium tras saberse marginando en los planes de reparto del poder y de la muerte de Majencio; tras la batalla, Maximino Daia fue hecho prisionero el 30 de abril del año 313 en Hadrianópolis (Edirne, Turquía). Al final de aquella primavera, la concordia entre los dos emperadores vivos, Constantino I y Licinio, parecía absoluta, máxime tras pactar una política religiosa común que se traduciría en el edicto de Licinio (13 de junio del 313), conocido comúnmente como Edicto de Milán o Edicto de Tolerancia (Lactancio, 48; Eusebio, Historia eclesiástica, 10, 5), aunque este nombre correspondería más propiamente al promulgado por Galerio en Serdica (Sofía) el año 311 poco antes de su muerte.

Sin embargo, ese aparente equilibrio de poderes entre ambos Monarcas se habría de quebrar inmediatamente en el marco de la creciente tendencia de Constantino I a forzar la constitución de un gobierno unipersonal en el que los Césares, nombrados ocasionalmente, eran sólo una reminiscencia institucional del pasado. Las hostilidades entre los dos Emperadores, amparadas tras excusas y argumentos como los que expone el Anonymus Valesianus, se iniciaron el 8 de octubre del año 314 en Cibalae (Pannonia), aunque las circunstancias de la política exterior debieron aconsejar formalizar un acuerdo de paz de forma inmediata; el conflicto se repetiría el año 317 y culminó en julioseptiembre del año 324 cerca de Hadrianópolis (Tracia) y Chrysópolis (Bósforo) con la captura de Licinio y su posterior ejecución a comienzos del 325.

El hecho de que la Península Ibérica quedara fuera de la esfera jurisdiccional de Licinio hace que el eco de su presencia en el trono sea mínimo en Hispania.

Sólo dos miliarios, uno del norte de la provincia de Zaragoza y otro de la región de Mangualde, en el distrito portugués de Viseu, conservan su nombre, seguramente asociado al del propio Constantino I.

 

Bibl.: O. Seeck, “Licinius”, en Paulys Realenciclopädie der Classischen Altertums-wissenschaft (RE), 13, Stuttgart, Alfred Druchenmüller, 1926 (2.ª ed. 1972), col. 222-231, n.º 31a; A. H. M. Jones, J. R. Martindale y J. Morris, The Prosopography of the Later Roman Empire I, A. D. 260-395 (PLRE, I) Cambridge, University Press, 1971 (reimpr. 1975), pág. 509 (Licinius, 3); T. D. Barnes, Constantine and Eusebius, Cambridge (Mass.), Harvard Univesity Press, 1981; A. Chastagnol, L’évolution politique, sociale et économique du monde romain de Dioclétien à Julien: La mise en place du régime du Bas-Empire (284-363), Paris, Société d’édition d’enseignement supérieur, 1982; T. D. Barnes, The New Empire of Diocletian and Constantine, Cambridge (Mass.)-London, Harvard University Press, 1982; I. König, Origo Constantini: Anonymus Valesianus 1, Trier, Trierer historischen Forschungen, 1987; M. di Maio, J. Zeuge y J. Bethune, “Proelium Cibalense et Proelium Campi Ardiensis: The First Civil War of Constantine I and Licinius I”, en Ancient World, 21 (1990), págs. 67-91; H. A. Pohlsander, “The Date of the Bellum Cibalense: A Reexamination”, en Ancient World, 25 (1995), págs. 89-101; D. Kienast, Römische Kaisertabelle. Grünzuge einer römischen Kaiserchronologie, Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1996, págs. 294-297; A. Donati, “L’età dei tetrarchi”, en A. Donati y G. Gentili, Costantino il Grande. La civiltà antica al bivio tra Occidente e Oriente, Milano, Silvana Editoriale, 2005, págs. 13-15; H. Chantraine, “Licinius 308- 324”, en M. Clauss (ed.), Die römischen Kaiser. 55 historische Portraits von Caesar bis Iustinian, Munich, C. H. Beck, 2005 (1.ª ed. 1997), págs. 305-311.

 

Juan Manuel Abascal

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