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Diego García Mejía

Biografía

García Mejía, Diego. Cartagena de Indias (Colombia), 1745 – Mompox (Colombia), 1.V.1794. Fraile franciscano (OFM), naturalista comisionado de la Real Expedición Botánica de la Nueva Granada, primer zoólogo sistemático colombiano.

Nació en el hogar formado por el canario Andrés García y por la cartagenera Águeda Mejía. El 1 de diciembre de 1760 ingresó en el colegio de San Buenaventura.

Profesó como franciscano en Cartagena en 1772 y fue destinado al convento de San Diego en Santafé de Bogotá, donde cursó Filosofía y Teología.

En enero de 1768 fue ordenado presbítero en Santa Marta (Colombia); tras ello fue asignado al convento de San Diego en Cartagena de Indias. Durante los primeros años de vida religiosa tuvo a su cargo el recaudo de las limosnas y mandas forzosas para los santos lugares, labor que ejerció en Mompox, Honda, Santafé de Bogotá, Guaduas, Mariquita y Río Seco, población en la que fue párroco. En 1781, merced a su criterio, su recio carácter y su lealtad hacia la Corona, colaboró eficazmente, apaciguando los ánimos de los pobladores de Honda, ciudad en la que se había producido un levantamiento como consecuencia de la rebelión de los comuneros, un movimiento que tomó cuerpo en marzo de ese año con el amotinamiento de la población del Socorro y que dio lugar a una marcha, hacia la capital virreinal, de más de veinticinco mil personas que protestaban en contra de los excesivos impuestos.

En septiembre de 1783, Antonio Caballero y Góngora, arzobispo y virrey de Nueva Granada —quien conocía de su pericia, sus conocimientos en el campo de la historia natural, su fidelidad y su entrega al trabajo—, designó a fray Diego García comisionado de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1783-1816), empresa promovida y dirigida por el médico y naturalista gaditano José Celestino Mutis.

Además de las labores propias de su trabajo como comisionado, se le encomendó, durante su primera misión, descubrir y delatar a los contrabandistas de esmeraldas en las minas de Muzo.

Como comisionado de dicha expedición le correspondía reconocer las producciones curiosas y útiles de la naturaleza, hacer una relación de los principales árboles, tomando nota de los más especiales, recolectar muestras anotando sus nombres y usos, preparar los esqueletos para el herbario y recolectar los frutos, resinas, tintes, bálsamos y gomas a que hubiese lugar.

Debía, además, recoger piedras, cristales y otras muestras minerales, indicando sus características, describiendo las minas, aforando el potencial de las mismas y señalando la dirección de las vetas. En cuanto a la zoología, que era el campo de su predilección, debía registrar la existencia de cuadrúpedos, aves, insectos, caracoles, peces y reptiles, prestando especial atención a aquellos que por su singularidad mereciesen ser remitidos a los gabinetes reales, labores que cumplió cabalmente por espacio de siete años.

Fray Diego García se incorporó a la expedición en septiembre de 1783 y centró sus actividades en el alto valle del río Magdalena, región en la que hizo importantes observaciones que consignó cuidadosamente, al tiempo que recolectó abundantes materiales con destino a los gabinetes de historia natural. En cumplimiento de sus tareas hizo entrega de al menos ocho despachos; en las descripciones de las especies se destaca la originalidad de su trabajo, pues, además de una relación pormenorizada de las características externas de cada especie (coloración, morfología, dimorfismo sexual y medidas), aparecen interesantes datos relativos a su régimen alimenticio, su comportamiento, la elaboración de los nidos, la postura, la crianza de los pichones, su distribución geográfica y otras particularidades que ponen de relieve una labor sistemática ardua, meticulosa, que permite calificarlo como zoólogo sistemático.

Con el paso del tiempo, los materiales recolectados y descritos por García se deterioraron o perdieron, pero sus descripciones de animales y sus apuntes de viaje conservan su valor científico, histórico y testimonial y corresponden a uno de los primeros trabajos de su índole realizados en Colombia y en América.

Como testimonio de su labor se conservan setenta y cinco descripciones de aves, diez de mamíferos, una de un pez y nueve de reptiles. Se conservan además las listas de las remisiones de los materiales enviados a José Celestino Mutis desde distintas localidades, en las cuales aparecen interesantes datos sobre las quinas, los canelos, la coca, el barniz de Pasto y otras plantas de interés económico y medicinal, así como observaciones de primera mano sobre la geografía de las zonas visitadas, el estado de los caminos y las particularidades del terreno.

Las comisiones adelantadas por García a partir de 1787 en la Sierra Nevada de Santa Marta, Ocaña y las zonas bajas del valle del río Magdalena respondieron al interés personal de Caballero y Góngora, quien aspiraba a llevar abundante provisión de cortezas de quina a su regreso a España. Tras la designación de José de Ezpeleta como virrey de Nueva Granada, la Real Expedición Botánica fue reorganizada y su sede se trasladó de Mariquita a Santafé de Bogotá. Simultáneamente, a Diego García se le desvinculó, motivo por el cual se estableció en el bajo valle del río Cauca, concretamente en la región minera de Nechí y Zaragoza, donde por poco tiempo ejerció su ministerio sacerdotal.

Allí siguió recolectando plantas y animales y haciendo observaciones. Una de ellas, relativa al “palo de arizá” o “palo negro”, llamó la atención del monarca Carlos III, quien deseaba conocer la verdadera identidad de esta planta y verificar sus proclamadas virtudes como hemostático. Es de destacar el interés del Rey por esta planta, pues de ser ciertas sus virtudes, la especie adquiriría un valor estratégico enorme y constituiría una clara ventaja para el ejército cuyos soldados la portasen.

Fray Diego García jamás recibió la recompensa que le correspondía y localmente se le negó el derecho de ser “predicador general”, desestimando la solicitud de la Corte en tal sentido; también se le cerró la posibilidad de obtener algún ascenso o distinción en su carrera literaria y se le negó una asignación compatible con su condición de religioso franciscano, como lo había solicitado Caballero y Góngora, luego de ser trasladado a la silla episcopal de Córdoba. Desengañado, se retiró de sus actividades y cuando se dirigía a su ciudad natal le sorprendió la muerte en Mompox.

 

Obras de ~: “Relación de las producciones encontradas en los territorios que se comprenden desde la ciudad de Ibagué, que he transitado, hasta la ciudad de Neyva, donde la formo para ante el Iltmo. Y Exmo. Señor Arzobispo Virrey”, “Provincias de Neyva y Timaná. Relación, que sobre producciones naturales por la Comisión conferida al Padre Fray Diego García por el Exmo. Señor Arzobispo y Virrey de Santa Fe, hace a S. E.”, “Relación de las producciones colectadas posteriormente á las que se hizo en las provincias de Timaná, Plata y Neyva”, “Relación de la colección hecha en el pueblo de Sn. Sebastián de las Piedras de aves y Quadrúpedos e inceptos por el Padre Fray Diego García, comisionado por el Iltmo. y Exmo. Señor Virrey de este Reyno, Don Antonio Caballero y Góngora”, “Relación y descripción de la colección hecha posteriormente a la que se remitió desde el pueblo de las Piedras, Jurisdicción de Ibagué, por lo eclesiástico y de Tocayma por lo secular”, “Relación de las aves colectadas en la ciudad de Mariquita, las quales se contienen entre los cajones de las aves acopiadas en la Provincia de Neyba, que se remiten para la Corte por el Dr. Dn. José Celestino Mutiz, director de la Rl. Expedición Botánica, y a fin de que cada ave sea conocida, se le ha puesto en un papelillo su brevete que se le hallará en el pico”, “Relación y descripción de dos aves hechas en la feligresía de la Parroquia de Santa Ana del Guamo”, y “Relación y descripción de aves colectadas en esta jurisdicción de Mariquita por mi, Fray Diego García, Comisionado por el Exmo. Sr. Virrey, a quien la remite”, en L. C. Mantilla y S. Díaz Piedrahíta, Fray Diego García, su vida y su obra científica en la Expedición Botánica, Bogotá, Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 1992 (col. Enrique Pérez Arbeláez, n.º 7).

 

Bibl.: L. C. Mantilla y S. Díaz Piedrahíta, Fray Diego García, su vida y su obra científica en la Expedición Botánica, op. cit.

 

Santiago Díaz Piedrahíta

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