Gómez Manrique Sarmiento de Mendoza y los Cobos, Manuel. Marqués de Camarasa (IV). España, p. s. xvii – Caller (Cerdeña), 21.VII.1668. Grande de España, adelantado mayor de Galicia, gentilhombre de cámara y mayordomo mayor de Felipe IV, virrey de Valencia (1659-1663) y de Cerdeña (1665-1668).
Miembro de uno de los más prestigiosos y antiguos linajes castellanos, Manuel Gómez Manrique, II duque de Sabiota, VIII conde de Castro, IV de Ricla, de Ribadavia, de Castrogeriz y XI de Villazopeque. Se casó en primeras nupcias con Teresa de Sotomayor, de la cual no tuvo descendencia, y luego con Isabel de Portocarrero con quien tuvo varios hijos; el primogénito Baltasar fue general de las galeras de Nápoles y virrey de Aragón en 1692.
El primer encargo institucional del IV marqués de Camarasa fue el virreinato del reino de Valencia, donde estuvo desde 1659 hasta 1663: entró en el gobierno en un momento muy delicado, pues continuaba la reacción foral iniciada en la época de su inmediato antecesor en el cargo, el virrey duque de Montalto (1652-1658). El virrey Camarasa tuvo, entonces, que hacer frente a la incasable oposición por parte de los brazos militar y real (este último firmemente relacionado con las exigencias de la ciudad de Valencia) poco satisfechos con la conducta de los representantes del Rey. En todo caso, él pudo lograr una situación bastante tranquila con respecto a la vivida en la década revolucionaria de los cuarenta, a pesar de la persistencia de aquellos conflictos subterráneos que se habían enraizado durante los años precedentes y que contribuyeron a determinar un nuevo orden en las relaciones institucionales entre los estamentos valencianos y la misma Monarquía. Nombrado virrey de Cerdeña por Felipe IV en 1665, tomó posesión del gobierno el 16 de agosto de aquel año, jurando en la iglesia mayor de Caller con la presencia del procurador general Jayme Artal de Castelvì, marqués de Cea; a la muerte del Soberano fue confirmado en el encargo por despacho regio del día 3 de octubre de 1665 y volvió a jurar el 22 del mismo mes. Durante los primeros meses de estancia en la isla no llevó a cabo una política vigorosa contra la difusión del bandolerismo sino que se limitó a ordenar que se retirasen las grandes cantidades de monedas falsas que circulaban por el reino; en enero de 1666 abrió un parlamento que, al poco, tuvo que cerrar sin éxito porque la economía isleña estaba exhausta; había entonces una proliferación de memoriales —algunos de cuyos autores fueron desterrados— y resultaba muy difícil conseguir el consenso en la asamblea parlamentaria: el virrey decidió enviar a Antonio Molina a Madrid y los estamentos resolvieron que el marqués de Laconi Agustín de Castelvì, cabeza de la facción que se oponía a las solicitudes regias, fuese a la Corte para representar los intereses de los estamentos sardos.
Los últimos meses del gobierno del marqués de Camarasa en el reino de Cerdeña estuvieron marcados por algunos acontecimientos extraordinarios: el 28 de mayo de 1668 el virrey cerró un parlamento en el que no fueron aprobados los donativos y, sólo pocas semanas después, el marqués de Laconi, recién llegado de Madrid, fue asesinado en circunstancias oscuras. El virrey se apresuró a reunir en su palacio a los jueces de la sala criminal de la Real Audiencia para que aclarasen los hechos: la opinión pública empezaba a murmurar que el mismo Camarasa estaba implicado en el asunto. Los desórdenes del verano de 1668 culminaron el día 21 de julio con el asesinato del propio virrey, cuyo cadáver fue trasladado y enterrado en Barcelona.
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Rafaella Pilo
