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Diego de Ledesma

Biografía

Ledesma, Diego de. Cuéllar (Segovia), 1524 – Roma (Italia), 18.XI.1575. Profesor jesuita (SI), teólogo y catequista.

La obra catequética de este jesuita segoviano no alcanzó la suficiente difusión en Castilla, nada semejante a lo que había ocurrido con Gaspar de Astete y Jerónimo Ripalda. Sin embargo, su “doctrina cristiana” dispuso de numerosas versiones en lenguas tan diversas como el lituano, el bretón o el polaco, sin olvidar las traducciones catalana y valenciana, además de la italiana, pues Roma fue el ámbito adoptivo de este castellano nacido en Cuéllar y no en la localidad salmantina de su apellido. No existe unanimidad en el tiempo de su nacimiento. Mientras que Luis Resines se hace eco de lo que había indicado Antonio Astrain para hablar de 1519, también hacía referencia a la fecha que había otorgado Ismael Velo. Al mismo tiempo Lukács, editor en el Institutum Romanum Societatis Iesu de la imprescindible Monumenta paedagogica, ha propuesto la de 1524. Fue estudiante universitario en los más importantes centros del Occidente europeo, a saber, Alcalá de Henares, París y Lovaina. En esta ciudad conoció a los miembros de la Compañía de Jesús.

Según Lukács, entró en este Instituto en la ciudad de Lovaina, el 30 de septiembre de 1556, dos meses después de la muerte de Ignacio de Loyola, siendo llamado inmediatamente a Roma en 1557, después de tener conocimiento de la excepcionalidad de sus talentos intelectuales. Según Resines, se convirtió en jesuita en la Ciudad Eterna el 3 de febrero de 1557.

Su destino, en cualquier caso, era claro: la docencia como profesor de Teología en el Colegio Romano de los jesuitas. Todavía se encontraba en el período de segunda probación o noviciado. De este centro fue prefecto de estudios a partir de 1562.

El segundo prepósito general de la Compañía, Diego de Laínez, le encargó que examinase el currículum de los estudios y propusiese las medidas pertinentes a realizar, entre las que cabía apoyar la compilación de todas las propuestas educativas y pedagógicas de los jesuitas en la llamada Ratio Studiorum, que había sido prometida desde las Constituciones que había elaborado san Ignacio y cuyo germen se encontraba en el capítulo IV de las mismas. Una tarea que apoyó Ledesma a través de sus escritos, entre los que figura muy especialmente “De ratione et ordine studiorum Collegii Romani” (1564-1565).

La aspiración de abarcar la totalidad de las disciplinas y su método docente, harán a esta obra incompleta, pues Ledesma proyectó un total de cinco libros y solamente escribió los cincuenta y cinco capítulos iniciales del primero de ellos. Sin duda, aquellas cien páginas fueron la semilla fructificada de la futura Ratio Studiorum, que todavía tardó casi treinta años en ver la versión definitiva, en tiempo del gobierno de Claudio Aquaviva y en 1599. No valoraron con la misma perspectiva los contemporáneos de Ledesma las aportaciones del jesuita segoviano. Muy crítico se mostró, por ejemplo, Pedro Perpinyà. Así se explica que en el primer texto de la Ratio Studiorum ofrecida para el conjunto de la Compañía, el peso de las propuestas se repartiesen entre Jerónimo Nadal y el mencionado Perpinyà, el cual era también profesor del Colegio Romano. Tampoco el texto que elaboró para la enseñanza de la Gramática Latina fue adoptado por los colegios de la Compañía, en beneficio del que había redactado el portugués Manuel Álvares.

En el terreno teológico, Ledesma mostró una notable preocupación por la libertas opinando, de los profesores de Filosofía y de Teología. Puede ser considerado autor del decreto publicado en nombre de la autoridad del tercer prepósito general, Francisco de Borja, De opinionibus in philosophia et theología tenendis, texto en el que puso mucho interés en su publicación.

Asistió, según Astrain, junto con Jerónimo Nadal y Pedro Canisio, a la dieta de Augsburgo por decisión del Papa. Precisamente, la controversia con los protestantes es una de las dos razones, junto con la labor docente, de su producción literaria.

Otra de sus grandes obras fue el Catecismo de 1571, el cual fue traducido a las más diversas lenguas, entre la que destacó la hurona de Canadá. Según señala Astrain, la Doctrina cristiana del padre Ledesma conoció ediciones en este siglo xvi en Barcelona primero y en Valencia después, esta última en 1586. Se hizo por iniciativa del prepósito de la casa profesa de Valencia. Advertía el provincial de Aragón, Jerónimo Roca, al superior romano Claudio Aquaviva las variaciones que habían existido en algunas ediciones: “En Valencia ha hecho imprimir el P. Prepósito la Doctrina Cristiana del P. Ledesma, que para que hubiese conformidad en España en esto, dio licencia nuestro P. Everardo, de buena memoria, que usasen de esta doctrina; pero he advertido que han añadido muchas cosas, así en el texto de las declaraciones como en muchos avisos. En Barcelona, los años atrás, se imprimió otra vez, pero en aquella impresión primera sólo añadieron lo del persignar y los catorce artículos de la fe, por ser esto universal en toda España”. No pudo convertirse en un catecismo oficial para la Compañía de Jesús, aunque de su difusión se encargaron estos religiosos. Salvo en los ámbitos de la isla de Mallorca y la costa mediterránea, el “Ledesma” no consiguió el suficiente alcance en Castilla. Posteriormente, su influencia se apreció en textos (algunos incluso de finales del siglo xix) que fueron velando su primitiva autoría, siguiendo en muchos casos el esquema que había propuesto Diego de Ledesma.

Con todo, los méritos de este jesuita de Cuéllar fueron muchos más de los reconocidos por sus contemporáneos, sobre todo en sus logros catequéticos y en sus propuestas pedagógicas. Se reconocía, eso sí, su amplísimo conocimiento, su ingenio y la entrega plena hacia los trabajos que le eran encargados.

 

Obras de ~: Gramática brevis et perspicua método comprensa, Venecia, 1569; Sintaxis plenior ad sermones elegantiam comparata, Venecia, 1569; De divinis Scripturis quavis passim lengua non legendis, Colonia, 1570; Doctrina cristiana breue per insegnar in pocchi giorni alli tutti per interrogatione a modo di dialogo fra’l Maestro et discepolo, Roma, 1571; Modo per insegnar la’dottrina cristiana, Roma, Heredi d’Antonio Briado, 1573; De diuinis scripturis quauis passim lengua non legendis simul et de sacrificio miase caeterisque officijs in Ecclesia Christi hebraea tantum, graeca, aut latina lengua celebrandis aduersus nostrae aetatis haereticos, liber unus, Coloniae, apud Geruinum Calenium & haredes Iohannis Quentel, 1574 (Coloniae, Arnoldum Pinenteli, 1597); Doctrina cristiana a manera de dialogo entre lo mistic y lo deixeble, Cervera, imprenta de la Real y Pontificia Universidad, por Thomas Senant, 1733 (Cervera 1744, 1750, 1767; Mahón, 1833); Doctrina cristiana en cobles, composta en lo XVI en segle, per lo [...], augmentada ab lo llibre del Venturòs Pelegrí e ab les cobles de la mort, ara novament corregides, Barcelona, estampa F. Altés, 1891; “De propositionibus prohibitis a P. F. Borgia”, en Monumenta Paedagogica, 1, vol. 92, Roma, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1965, págs. 548-569; “Diversa circa studia Collegii Romani” (1564), en Monumenta Paedagogica, 2, vol. 107, Roma, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1974, págs. 464-519; “De ratione et ordine studiorum Collegii Romani” (1564), en Monumenta Paedagogica, 2, vol. 107, Roma, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1974, págs. 519-627; “An et quae opiniones sint prohibendae”, en Monumenta Paedagogica, 4, vol. 124, Roma, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1981, págs. 196-204.

 

Bibl.: A. Astrain, Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España, vol. II, Madrid, Razón y Fe, 1905, págs. 59- 61 y 354-355; vol. IV, Madrid, Razón y Fe, 1913, pág. 75; “Carta de Juan Fernández a Jerónimo Nadal”, Roma, 20 noviembre 1575, en Monumenta paedagogica, 1, vol. 92, Roma, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1965, págs. 859-863; J. Amengual, Llengua i catecismo de Mallorca: entre la pastoral i la politica, Mallorca, 1991; L. Resines, La Catequesis en España. Historia y textos, Madrid, Biblioteca de Autores Españoles, 1997; “El catecismo de Diego de Ledesma”, en Teología y Catequesis, 61 (1997), págs. 67-99; VV. AA., “Ledesma, Diego de”, en Ch. E. O’Neill y J. M. Domínguez (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico-Temático, Roma-Madrid, Institutum Historicum, S.I.-Universidad Pontificia Comillas, 2001.

 

Javier Burrieza Sánchez

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