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Luis de Guzmán

Biografía

Guzmán, Luis de. Osorno (Palencia), 1544 – Madrid, 10.I.1605. Historiador jesuita (SI) y superior.

Este palentino de Osorno era recordado, en la obra de Juan Eusebio Nieremberg, por sus dos períodos de gobierno sobre la provincia de Toledo y no, por su dimensión de publicista, como historiador que fue de las misiones. Ya era licenciado en Artes cuando entró en mayo de 1563 en Alcalá de Henares en la Compañía de Jesús. Había estudiado previamente en aquella Universidad Complutense, donde había sido enviado por sus padres. Su período de probación transcurrió en el noviciado de aquella ciudad, concluyendo dos años después y pronunciando sus primeros votos.

Prosiguió, además, sus estudios de Teología en aquella ciudad, ejerciendo el ministerio de la palabra como predicador. Una vez ordenado sacerdote, fue escogido por el padre Manuel López, provincial de Toledo, para que le acompañase en sus tareas de gobierno. En 1573, le encontramos como maestro de novicios en la casa de probación de Villarejo de Fuentes. Mientras fue rector del domicilio de Belmonte —entre 1584 y 1587—, recibió a Mancio Ito y a sus compañeros japoneses.

El primero era legado del daimyo de Bungo ante el Papa y diferentes monarcas europeos. Guzmán permaneció en Belmonte durante tiempo prolongado, tal y como solicitaba la fundadora de este domicilio.

Ejerció, por breve tiempo, el gobierno como provincial de la de Andalucía —entre 1587 y 1588—, pues tras enfermar, regresó al colegio de Belmonte. Sus dolencias le impedían caminar, exigencia indispensable para el discurrir de un provincial. Cuando falleció la fundadora de la casa de Belmonte, fue trasladado a Alcalá de Henares, para ejercer como confesor de los miembros de ese colegio, además de prefecto de los asuntos espirituales. Discurrieron estos trabajos hasta que, en 1594, comenzó a gobernar este importante colegio, como rector, entre 1594-1595. En el mes de diciembre de este último año, comenzó el gobierno sobre la provincia de Toledo, tras la muerte del padre Antonio de Mendoza. Como superior provincial fue electo a la asistencia del general Claudio Aquaviva, aunque la enfermedad le impidió viajar a Roma. Tras concluir su período de gobierno en 1599, volvió a ejercer los oficios de confesor y maestro de novicios.

A pesar de sus achaques, el general Aquaviva volvió a encargarle el gobierno de la provincia de Toledo desde 1602, hasta el momento de su muerte en 1605.

Con anterioridad a estos oficios, en 1593, había escrito los diez libros dedicados a la Historia de las misiones, los cuales se publicaron en 1601 en dos diferentes volúmenes, dedicados a la marquesa de Camarasa, Ana Félix de Guzmán. En el primero, se centraba en Francisco Javier, el jesuita que abrió este horizonte misionero, siendo el primer occidental que conoció y profundizó en ciertas estructuras propias del Japón. Completó su estudio con las misiones de Brasil —donde se fundó tempranamente una provincia—, África meridional, Abisinia, Etiopía —con las misiones donde no se olvidaba al Preste Juan—, Molucas y Japón, hasta 1565. El segundo de los volúmenes se limitó únicamente al Japón, especialmente al progreso del cristianismo en aquel país entre 1565 y el año 1600. Como indica en su dedicatoria, era menester resaltar los “muchos y grandes trabajos, no solo por causa de los peligros tan ordinarios, que ay en aquella nauegacion; sino tambien por las continuas persecuciones que padecia en la tierra de los mismos Gentiles”. Utilizó como fuentes de su estudio una combinación entre las publicaciones que ya habían sido ofrecidas a la imprenta y los testimonios orales de los misioneros. Hay que recordar que en vida del propio san Francisco Javier, las cartas que escribía a sus compañeros y superiores en Roma, ya interesaban notablemente en ciertos sectores europeos. Inédito quedó su Libro sobre los exercicios de N.S.P. Ignacio, antes de la beatificación del mismo.

Sobre Luis de Guzmán, no solamente se escribieron tras su muerte las habituales Cartas Anuas, sino que también lo hicieron los jesuitas Pedro Ribadeneira y Cristóbal de Castro. Antonio Astrain, en su importante obra Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España, lo confundió con el también jesuita, de naturaleza conquense, Luis de Guzmán (1527-1591), perteneciente igualmente a la provincia de Toledo.

Por eso, Bartolomé de Alcázar en su Chrono- Historia de la Provincia de Toledo, habla del Luis de Guzmán de esta biografía como “el de Osorno” y del segundo, como Luis de Guzmán “el de Alarcón”.

 

Obras de ~: Historia de las missiones que han hecho los religiosos de la Compañía de Jesús, para predicar el Sancto Evangelio en la India Oriental y en los Reynos de la China y Iapon, Alcalá de Henares, 1601; Libro de los Ejercicios de N.S.P. Ignacio, ms. en la Real Academia de la Historia, Madrid.

 

Bibl.: J. E. Nieremberg, Firmamento Religioso de Lvzidos astros en algunos Claros Varones de la Compañía de Iesus, Madrid, por María de Quiñones, 1644, págs. 385-406; Ch. E. O’Neill y J. M.ª Domínguez (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico Temático, vol. II, Roma-Madrid, Instituto Histórico de la Compañía de Jesús-Universidad Pontificia de Comillas, 2001.

 

Javier Burrieza Sánchez

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