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Antonio Bastidas

Biografía

Bastidas, Antonio. Guayaquil (Ecuador), c. 1615 – Bogotá (Colombia), 1681. Jesuita (SI), poeta, profesor y predicador.

Entró en la Compañía de Jesús, en Quito, el 14 de mayo de 1632 e hizo su profesión de cuatro votos el 25 de agosto de 1654. Sacerdote ya, enseña gramática en el colegio de los jesuitas de Cuenca. Después, y hasta 1668, enseña retórica y poética en el colegio de San Luis, en Quito, alternando esa enseñanza con los ministerios sagrados, especialmente la predicación a españoles. De 1668 a 1678 se dedica a la predicación en Popayán, perteneciente entonces a la Provincia jesuítica de Quito.

Cuando Jacinto de Evia, que había sido su discípulo de retórica en San Luis, hace la primera antología de poesía quiteña, titulada Ramillete de varias flores poéticas, editada en Madrid en 1675, escribe en el Proemio: “He tomado este trabajo por ofrecer a la florecida juventud los versos que pude recoger de mi Maestro, siendo su discípulo, y otros pocos que adquirí después que salí de su escuela, por darle este breve honor y gloria, y pagarle, siquiera esta vez reconocido, lo que debí tantas veces a su doctrina”. Los poemas de Bastidas son la parte más considerable del Ramillete: de las 180 composiciones largas, 99 son suyas.

Y Bastidas, desde Popayán, cuidaba la edición del libro, según lo revela una carta suya de 1672.

Estas poesías consagran a Bastidas como el mayor poeta culterano quiteño del siglo xvii, en especial sus “Flores fúnebres”, dominadas por un agudo sentimiento de la brevedad y caducidad de la vida. Ese sentimiento confiere aliento poético, sin que obste el pie forzado que se imponía a esos poemas de ocasión, al poema elegíaco “A la flor de la temprana muerte del Príncipe don Baltasar Carlos”, con hallazgos como “la juventud de Carlos pasó en postas de un instante”.

El poeta quiteño extendió su canto a la cotidianidad de su ciudad. Para una fiesta de las clarisas quiteñas, una de las que animaban la vida conventual y mística de Quito, trabajó un fresco con paneles ricos de color y vida. Y enmedio de la pintura de la fiesta —con rasgos que hacen del poema documento folclórico— tocó notas graves propias del barroco: al sol que moría se le hacían exequias, la noche extendía lúgubre velo, la pólvora se desvanecía en pavesas.

 

Obras de ~: “Poesías”, en Ramillete De Varias Flores Poeticas Recogidas Y Cultivadas En Los Primeros Abriles De Sus Años Por El Maestro Xacinto de Evia, Madrid, Imprenta de Nicolás de Xamares, 1675.

 

Bibl.: A. Espinosa Polit, “Padre Antonio Bastidas, SI”, en Los dos primeros poetas coloniales ecuatorianos, siglos xvii y xviii, Antonio Bastidas. Juan Bautista Aguirre, Puebla, Cajica, Biblioteca Ecuatoriana Mínima, 1959, págs. 17-77; H. Rodríguez Castelo, “Antonio de Bastidas, poeta y maestro de poetas”, Literatura en la Audiencia de Quito. Siglo XVII, Quito, Banco Central del Ecuador, 1980, págs. 515-531.

 

Hernán Rodríguez Castelo