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Francisco Martínez de Castrillo

Biografía

Martínez de Castrillo, Francisco. Castrillo de Onielo (Palencia), c. 1520 – Alameda del Valle (Madrid), 1585. Médico, odontólogo.

Debido al rango de la práctica odontológica, al margen del mundo académico y profesional hasta prácticamente el período contemporáneo, los acontecimientos biográficos de dentistas y cirujanos-barberos quedaron al margen de la erudición bio-bibliográfica tradicional. La vida y la obra científica de Francisco Martínez de Castrillo no ha sido una excepción, hasta que algunos trabajos monográficos, como la investigación realizada por Francisco Carmona, desvelara su relevancia histórica. La práctica odontológica, como la quirúrgica, estaba en todos los países europeos en manos de artesanos sin titulación, cuya habilidad técnica dependía de su trayectoria personal. No obstante, la sociedad española planteaba situaciones excepcionales en ambos casos. Es bien conocida la existencia desde el siglo XVI de cirujanos universitarios asociados a las cátedras de las Facultades de Medicina, cuyo prestigio profesional nada tenía que envidiar al de los médicos clínicos. Algo similar sucede en el caso de Martínez de Castrillo, licenciado en Medicina y dentista.

Fue nombrado dentista de cámara del monarca Felipe II en 1565 y desde entonces hasta su muerte se ocupó del cuidado de la Familia Real. Prueba de la excepcionalidad de su rango con respecto a la situación habitual de sus compañeros de oficio es que Francisco Martínez fue equiparado a los médicos y cirujanos de cámara del Rey a todos los efectos. Los documentos que justifican su nombramiento indican que se le conceden tales privilegios “por su habilidad y experiencia en curar la boca y la dentadura”. Al parecer Martínez de Castrillo se había licenciado en Medicina y posteriormente había decantado su labor asistencial hacia el campo de la Odontología, algo inusual en la sociedad española del siglo XVI. A lo largo de las dos décadas en que estuvo al servicio del Monarca recibió el reconocimiento por su labor y en los últimos años de su vida se le autorizó a permanecer en su domicilio, con el beneficiado de la conservación íntegra de su salario. Por todas estas circunstancias, puede considerarse a Martínez de Castrillo como una figura excepcional en el ámbito de la Odontología, su primer gran profesional con reconocimiento social y académico, algo que no tendría continuidad en las generaciones posteriores.

Este papel de iniciador de una especialidad profesional se refuerza si se considera que es el primer autor que publicó obras científicas sobre odontología.

Como es de suponer, no se trata de obras en latín dirigidas al restringido sector social de los médicos de formación académica, sino de dos textos escritos en castellano y presumiblemente destinados al amplio abanico de cirujanos, barberos y dentistas que ejercían en la sociedad española de la época, y también al estamento aristocrático culto. Su primera obra llevaba por título Coloquio breve y compendioso sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca (1557). Está elaborada según el criterio típico de cierta literatura científica renacentista en forma de diálogo entre el sabio conocedor de la materia y el curioso que pregunta y recibe respuesta a su deseo de saber. Valiéndose de este recurso, Martínez de Castrillo realiza un ameno repaso a la Anatomía, la Fisiología, la Patología, los signos clínicos y la prevención de las afecciones de los dientes, en el que se advierte el sedimento de una amplia experiencia personal, pero también los conocimientos sobre el cuerpo humano propios de un médico de formación académica. La obra tenía una orientación descriptiva, pero también práctica, con recomendaciones para la higiene de la boca y remedios para las enfermedades de los dientes.

Constituye, además, una mezcla heterogénea de saberes derivados del galenismo clásico, traducidos a un lenguaje y una mentalidad populares, que incluye aspectos de la higiene y la alimentación, y que son el reflejo de los hábitos de vida de la sociedad española renacentista. No exenta de recursos metafóricos para explicar “la maravillosa obra de la boca”, como obra excepcional en su tiempo, aporta una terminología popular y científica en castellano de gran interés.

Ya en su época de esplendor en la Corte, Martínez de Castrillo publicó su segunda obra, un Tratado breve y compendioso sobre la maravillosa obra de la boca y dentadura (1570), que, a diferencia del anterior, cuya estructura dialogada lo hacía más ligero y adecuado para la información de la clase ociosa, representa un verdadero compendio de los saberes y prácticas odontológicas de la época, a la manera de los libros de texto redactados para la formación de estudiantes y profesionales. Como entre la publicación de ambos habían transcurrido trece años, el Tratado breve no sólo aporta los conocimientos anatomo-fisiológicos ya presentes en el anterior, sino que además incorpora aspectos nuevos y una mayor experiencia.

La forma dialogada da paso a una exposición sistemática de saberes científico-técnicos. En las bibliografías histórico-médicas no consta que fuese reeditada, como tampoco su primer libro. Sin embargo, al decir de Francisco Carmona, principal estudioso de la obra de Martínez de Castrillo, esta obra tuvo una gran influencia en la formación posterior de los prácticos de la odontología durante la centuria siguiente y existen manuscritos que copian total o parcialmente su contenido.

Según afirma López Piñero, tan excepcional fue la aportación literaria del dentista palentino que no se publicó en Europa otra obra de una importancia similar hasta el siglo XVIII, con la aparición de la célebre obra francesa Le Chirurgien-Dentiste (1723) de Pierre Fauchard, en una época en que la práctica quirúrgica y con ella la odontología iniciaban el ascenso hacia el reconocimiento social y académico.

 

Obras de ~: Coloquio breve y compendioso. Sobre la materia de la dentadura y maravillosa obra de la boca. Con muchos remedios y avisos necesarios. Y la orden de curar, y adreçar los dientes, Valladolid, S. Martínez, 1557; Tractado breve y compendioso sobre la maravillosa obra de la boca y dentadura [...], Madrid, A. Gómez, 1570.

 

Bibl.: J. Endelman, “A Dental Book of the Sixteenth Century”, en Dental Cosmos, 45 (1903), págs. 39-43; F. Carmona Arroyo, La literatura odontológica en el Renacimiento español, tesis doctoral, Valencia, Universidad, 1972 (inéd.) [un resumen en: Medicina Española, 68 (1972), págs. 39-48]; J. M.ª López Piñero, “Martínez de Castrillo, Francisco”, en J. M.ª López Piñero, Th. F. Glick, V. Navarro Brotons y E. Portela Marco, Diccionario Histórico de la Ciencia Moderna en España, vol. II, Madrid, Editorial Península, 1983, págs. 35-36.

 

Josep Lluís Barona Villar