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Modesto Navarro García

Biografía

Navarro García, Modesto. Matapozuelo (Valladolid), 4.XI.1854 – 4.XII.1913. Militar y escritor.

Este personaje es un claro ejemplo de promoción personal e intelectual a través de la milicia. De soldado llegó a general de división, y fue además uno de los escritores más prolijos del último tercio del siglo XIX y principios del XX.

En febrero de 1874 sentó plaza de soldado quinto en Valladolid y en diciembre del mismo año consiguió una plaza como obrero de la Administración Militar, gracias a su aplicación como escribiente. Al año siguiente, febrero de 1875, fue nombrado alférez de milicias, incorporándose en Logroño a su batallón provincial, en el que tan sólo sirvió unos meses, porque en septiembre consiguió revalidar su empleo de alférez en el Ejército al solicitar su pase a las fuerzas que embarcaban para Cuba.

Llegó a la isla con tiempo para participar, como bautismo de fuego, en la última fase de la guerra insurreccional que, iniciada en 1868, habría de terminar con la llamada Paz de Zanjón en febrero de 1878. Ascendido a teniente de Infantería durante la campaña, recibió, por méritos de guerra, el grado de capitán, regresando a la Península una vez terminada la contienda.

La llegada de Alfonso XII al Trono supuso un proceso de renovación también para el Ejército. El joven Monarca, que se formó en la Academia Militar inglesa de Shandurst y en sus visitas al Ejército prusiano, intentó reproducir en España las últimas tendencias de la ciencia militar. Ésta pasaba por unos momentos en los que primaba el estudio, la reflexión y la consideración científica de la profesión militar.

Las reformas se basaron en la renovación de la enseñanza militar, la potenciación de la formación técnica de posgrado, la actualización de los reglamentos tácticos, la potenciación de las grandes maniobras y supuestos tácticos en el campo, el estímulo y la recompensa a la publicación de obra científica y técnica por parte de militares y otras actuaciones en torno a las bibliotecas militares, ediciones, colecciones bibliográficas, etc.

Una de las iniciativas más interesantes fue el estímulo a la formación de posgrado, tratando de corregir la rutina que se apoderaba de las guarniciones militares en un Ejército con escasos recursos y, sobre todo, en el que los defectos estructurales impedían un modelo de carrera atractivo para los jóvenes oficiales. Estas acciones se concretaron en las llamadas conferencias de oficiales, en las que éstos recibían formación de sus mandos, según un programa establecido que comprendía, además, la posibilidad de realizar ejercicios tácticos sobre el terreno.

Modesto Navarro se incorporó en 1880, con entusiasmo, a las conferencias que se impartían en el distrito de Valencia y fue en esos momentos cuando, influido por el ambiente que intentaba lograr a toda costa la consideración de ciencia para la práctica militar, inició una serie de publicaciones basadas en el ensayo reflexivo, que le habrían de proporcionar un gran prestigio entre sus compañeros de armas.

En 1881 vio la luz su Instrucción intelectual militar y en 1884 se incorporó, como profesor, al gran proyecto formativo del rey Alfonso XII desarrollado por el general Martínez Campos: la Academia General Militar. Este centro nació con la intención de fomentar el compañerismo entre una clase militar bastante dividida por disputas internas entre cada una de las especialidades del Ejército de Tierra, además de aplicar unos planes de estudios racionales intentando inculcar a los alumnos el modelo europeo de carrera militar, basada fundamentalmente en la preparación, el estudio y los supuestos prácticos.

Navarro combinó sus clases como profesor de Geografía, Francés e Historia Militar con la redacción de ensayos y estudios históricos, como el titulado La batalla de Mos-Kova, publicado por el Depósito de la Guerra y por el que fue recompensado con la Cruz de Carlos III.

En 1899 abandonó el destino en la Academia General Militar de Toledo, tras cinco años de docencia, para volver a la vida de guarnición. En 1891, destinado en el Regimiento de Infantería Saboya, en Madrid, y aún con el empleo de teniente, fue nombrado auxiliar de la Junta de Táctica encargada de la revisión de los reglamentos tácticos de todas las armas. Fue entonces cuando se incorporó al movimiento intelectual castrense representado por el Centro del Ejército y la Armada. En su salón de actos pronunció una célebre conferencia titulada El Ejército y los economistas, en la que refutaba el supuesto carácter improductivo de las Fuerzas Armadas, basándose en el papel de éstas como elemento de orden y apoyo al Estado y a las libertades públicas.

Ascendido a capitán en 1892, en 1895 se incorporó al nuevo proyecto para la formación de oficiales que planteó el general López Domínguez al llegar al Ministerio de la Guerra. López cerró la Academia General Militar y creó la Escuela Superior de Guerra, adonde fue destinado como profesor el capitán Navarro. No estuvo mucho tiempo ejerciendo el profesorado, porque nada más ascender a comandante, en noviembre de 1895, solicitó su pase a la isla de Cuba, en pleno estallido secesionista.

En la campaña cubana desarrolló una intensa actividad en el frente, especializándose, fundamentalmente, en el empleo de las guerrillas montadas de la división, en misiones tanto de exploración como de flanqueo. Participó entre otras, y junto al general Weyler, en la famosa acción de Rubí contra Maceo. En 1897 ascendió por méritos de guerra a teniente coronel y se mantuvo activo hasta los últimos momentos de la presencia española en Cuba. Regresó a la Península en noviembre de 1898.

A la vuelta de la guerra en Cuba, fue nombrado ayudante de campo del general Camilo García de Polavieja, ministro de la Guerra, que intentó, en el gabinete Silvela, una reforma del Ejército, frustrada por las economías impuestas sobre su departamento. La dimisión de Polavieja a finales de octubre de 1899 coincidió con el ascenso a coronel de Navarro por méritos contraídos en la Guerra de Cuba.

En 1904 dirigió la sección de Infantería de la Escuela Central de Tiro, mientras continuaba con la publicación de sus trabajos, contribuyendo a las reflexiones en torno a la elevación de la categoría científica del arma de Infantería en función del empleo del tiro en el combate.

Ascendido a general en 1909, por los méritos contraídos en la Escuela de Tiro, volvió al frente de batalla al mando de la tercera brigada de Cazadores, en la Guerra de Melilla, desarrollando una intensa actividad en los combates desarrollados en las inmediaciones de Nador.

De regreso a la Península, volvió a Marruecos en 1910 y en 1912, año en el que participó muy activamente en gran número de combates con el enemigo, mostrando, a sus 59 años, una actividad sorprendente, y fue premiado con el ascenso a general de división.

Al año de dejar Marruecos, a finales de 1913, murió en Matapozuelo.

 

Obras de ~: Instrucción intelectual militar, Valencia, 1881; Estudios militares (aplicados al caso hipotético de una lucha con Francia), Valencia, 1882; La campaña de Mas-Kova, Madrid, 1883; El Ejército en el Estado. Estudios militares, Madrid, 1885; Discurso-Brindis pronunciado el 21 de junio de 1885 en el Alcázar de Toledo, Toledo, 1885; con P. A. Berenguer, Notas de historia militar, Toledo, 1886; Notas sueltas acerca de la escuela práctica de la Academia, Toledo, 1888; El Ejército y los economistas, Madrid, 1891; Las grandes maniobras en Francia de 1891; La pólvora sin humo y sus consecuencias tácticas, Zaragoza, 1891; Composición y fraccionamiento del batallón y de la compañía, Madrid, 1891; La razón permanente frente a la razón eventual (a propósito del vigente sistema de ascensos en España), Toledo, 1892; Estudios sobre táctica, Madrid, 1892; La educación moral del Ejército, Madrid, 1892; El socialismo y el Ejército, Madrid, 1895; Importancia militar de Gibraltar y medios de que dispone España para anularla, Madrid, 1896; Cuestiones tácticas. Observaciones sobre táctica de Burguete, Madrid, 1904; Dirección y empleo de los fuegos y conducción de tropas bajo el fuego, Madrid, 1906; Avance de las tropas de Infantería bajo el fuego de la Artillería, Madrid, 1911; Cartilla de lectura del soldado, Madrid, 1912; Estudio acerca del teatro de operaciones entre España y Portugal, Madrid, 1915; Estudios sobre la táctica de Infantería, Madrid, 1915; Estudios sociológicos militares, Madrid, 1915; Estudios varios, Madrid, 1916; Colección de obras, Madrid, 1916.

 

Bibl.: Centro del Ejército y la Armada. Velada en honor del que fue notable escritor don José Muñiz y Terrones, Madrid, 1900; J. Coll y Astrell, Monografía histórica del Centro del Ejército y la Armada, Madrid, 1902; S. Payne, Los militares y la política en la España contemporánea, Paris, Ruedo Ibérico, 1968; J. R. Alonso, Historia Política del Ejército Español, Madrid, Editora Nacional, 1974; C. Seco Serrano, Militarismo y civilismo en las España contemporánea, Madrid, Instituto de Estudios Económicos, 1984; A. Bachoud, Los españoles ante las campañas de Marruecos, Madrid, Espasa Calpe, 1988; J. L. Isabel Sánchez, La Academia de Toledo, Infantería de Toledo, Toledo, Diputación Provincial, Academia de Infantería, 1991; J. I. Muro Morales, El pensamiento militar sobre el territorio en la España contemporánea, Madrid, Ministerio de Defensa, 1992; A. López Serrano, El general Polavieja y su actividad política militar, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001; P. González-Pola de la Granja, La configuración de la mentalidad militar contemporánea (1868- 1909), Madrid, Ministerio de Defensa, 2003.

 

Pablo González-Pola de la Granja