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Patricio Gutiérrez Bravo

Biografía

Gutiérrez Bravo, Patricio. Cura del Arahal. Sevilla, 1713 – Arahal (Sevilla), 1795. Presbítero, numismático e historiador.

Pocos datos se conocen sobre su vida personal, ya que sus papeles particulares se desperdigaron tras su muerte. Tras estudiar la carrera eclesiástica en el seminario de Sevilla, fue destinado a desempeñar el curiato y el vicariato en la villa de Arahal (Sevilla), en la que pasó el resto de su vida y en la que reposan sus restos mortales.

Tampoco se tiene mucha información sobre su formación en Epigrafía, Numismática y Arqueología, pero es un personaje muy representativo del alto nivel cultural alcanzado por el clero durante la Ilustración.

Fue un gran coleccionista de monedas y de antigüedades, como lo demuestra la posesión, según palabras de fray Sebastián Sánchez Sobrino, de una “buena colección de medallas, una copiosa librería y no pocos manuscritos”, que fueron muy apreciados por los eruditos de la época, con los que mantuvo una abundante correspondencia, entre los que destacan principalmente Fernando José de Velasco, Gregorio Mayans o Enrique Flórez, llegando a ser un referente en asuntos numismáticos para algunos de ellos.

También es importante destacar la donación de ejemplares de su colección numismática para la Academia de Inscripciones y Bellas Letras de París y para el Gabinete de Historia Natural de Barcelona.

Prueba de sus relaciones con otros eruditos es la ayuda prestada a Tomás de Gusseme para la publicación de su Diccionario Numismático, mediante la remisión de noticias de hallazgos y dibujos de monedas, y al padre Enrique Flórez en la realización de sus obras la España Sagrada y Medallas de las Colonias, Municipios y Pueblos Antiguos de España, con quien además llegó a intercambiar duplicados de monedas.

Participó en la edición española del Dictionnaire Historique de Louis Moreri (1753), mediante el envío de numerosas descripciones de diversos lugares de España, en los que hace referencia a los pueblos que habitaron la zona y al nombre que tuvieron en la antigüedad clásica, y escribió algunos trabajos de poesía, de los que no se tiene constancia.

Se dedicó a copiar numerosas obras antiguas para su biblioteca particular, que posteriormente comentó, adicionó y actualizó, refutando algunas de las opiniones en ellas contenidas y corrigiendo los textos originales, como, por ejemplo, los Anales de Morón de la Frontera, redactados en 1638 por Antonio Bohórquez Villalón, o la Historia, antigüedad y excelencias de la villa de Osuna, elaborada en 1746 por Antonio García de Córdoba.

Sus trabajos sobre Historia religiosa, Epigrafía, Numismática y Arqueología, adoptaron siempre la forma de disertación o de discurso, las dos principales figuras literarias usadas en su momento. En ellos, Gutiérrez Bravo se presenta como un gran conocedor de la historia sagrada, de la historia antigua y de las antigüedades, a lo que se unió su alejamiento de las narraciones de los falsos cronicones y la observación directa del hallazgo numismático o del descubrimiento arqueológico sobre el que está narrando los hechos. Esto le llevó a diferenciar las noticias verosímiles de las falseadas y a denunciar a estas últimas, como se demuestra en su obra La antigua Saepona, escrita en contra de una serie de cartas cruzadas en 1770 entre Francisco Javier de Espinosa y Aguilera, cura de la villa de Cortes, y Cristóbal de Medina y Conde, presbítero de la catedral de Málaga, estableciendo Gutiérrez Bravo la ubicación de la ciudad en la actual Dehesa de la Fantasía (Cortes de la Frontera, Cádiz), a partir del hallazgo de la inscripción CIL II 1340.

Sigue este mismo esquema en sus obras Adiciones a las antigüedades de Lucena y Noticia geográphico-histórica de una inscripción descubierta por septiembre de 1764 en el término de la villa de Arahal, donde a partir del hallazgo de una inscripción dedicada al emperador Decio, realiza una disertación en la que reivindica la importancia, para el conocimiento de la historia antigua, de los hallazgos epigráficos, ya que estas “piedras antiguas, que siendo mudas hablan, acuerdan lo olvidado, advierten lo desconocido y en sólidos volúmenes enseñan la Historia de lo pasado”, a la vez que sirven para fijar el lugar exacto de ubicación, junto con las monedas, de las poblaciones antiguas.

Pero sus obras más interesantes quedaron finalmente inéditas. Así, en 1771 escribió una obra titulada Discursos geográficos de la Bética Romana, en la que defendía que “una de las principales parte y más instructiva de la Historia es la Geografía Antigua”, así como la necesidad de realizar una obra “que informe de los ríos, de los montes [y] de los pueblos que en los Geógrafos Griegos y Latinos, y en las Historias Romanas se mencionan”. En la obra se utilizan inscripciones y epígrafes para ubicar el lugar de las poblaciones antiguas y, en la confección del trabajo, Gutiérrez Bravo utilizó un esquema similar al empleado por Rodrigo Caro en su Chorografía del Convento Jurídico de Sevilla, que se convertirá junto con las obras de Ambrosio de Morales y Macario Fariñas del Corral en referencia obligada para su trabajo.

Otra obra desconocida hasta el momento es un estudio crítico denominado Disertación crítico-históricodogmática sobre las monedas que recibió Judas por su traición y sobre el siclo de los Hebreos (1775), obra inédita en la que intentó, adelantándose a la discusión académica mantenida años después por Pérez Bayer y Tyschen, demostrar la falsedad de las monedas cobradas por Judas Iscariote en la venta de Jesucristo, ya que muchas de estas monedas procedían de la isla de Rodas y lo que muestran en realidad es una representación “por un lado [de] la Cabeza del Célebre Coloso dedicado para el Sol y en el otro una Rosa”.

Para ello, dividió su estudio en dos partes, “en la primera probaré que estas monedas que se conservan en España, Italia y Francia como de la venta que celebró Judas con los príncipes de los Fariseos de la persona de Nuestro Redentor Jesucristo no son las originales de este trato, ni pueden serlo. En la segunda que dado caso, que lo fuesen no merecen tenerse por reliquia. Y para dar gusto a mis lectores daré después en un apéndice razón en particular de cada una de las monedas que han llegado a mi noticia se reservan como de esta iniquidad en varias iglesias dentro y fuera de España, con sus estampas y varias reflexiones críticas con que se afiancen más nuestro sistema y otro del Siclo de los Hebreos”.

En 1785 participó en el Diccionario Geográfico de España dirigido por Tomás López de Vargas-Machuca, y en el que vuelve a dar muestras de su erudición, pues para fijar la antigüedad de la villa de Arahal, recurre a los hallazgos epigráficos y numismáticos acaecidos en la villa y sus alrededores.

En definitiva, nos encontramos ante un importante anticuario de la ilustración andaluza, no muy conocido hasta el momento presente, que gozó de un gran renombre en su época, y ello a pesar de que la mayoría de sus obras han permanecido inéditas y que nunca perteneció ni a la Real Academia de la Historia ni a la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, las dos instituciones culturales más importantes en su ámbito de trabajo y a las que comunicó numerosos hallazgos de inscripciones y monedas. Actualmente, sus trabajos se encuentran dispersos entre la Biblioteca Nacional, la Biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla y la Real Academia de la Historia.

 

Obras de ~: Discurso histórico-critíco-apologético a favor de la costumbre de las iglesias de España de manterner agua bendita en sus pilas los Jueves y Viernes Santos, Sevilla, Imprenta de Juan de Basous, 1750; Adiciones a las antigüedades de Lucena y notas sobre algunos puntos de historia y antigüedad de la misma ciudad, Lucena, 1763 (inéd.); Algunas notas de Adiciones y observacioens a los Anales de Morón de la Frontera, Arahal, 1763 (inéd.); Noticia geográphico histórica de una inscripción descubierta por septiembre de 1764 en el término de la villa de Arahal y de otras piedras y medallas geográphicas inéditas, Sevilla, Imprenta de Joseph Padrino, 1765; La antigua Saepona restitutída a su verdadero sitio. Carta apologética que dirige a un amigo D. Patricio Gutiérrez Bravo, presbytero del Arahal, sobre las cuatro cartas de D. Francisco Javier de Espinosa y Aguilera, cura de la villa de Cortes, Sevilla, Imprenta de Joseph Padrino, 1771; Discursos geográficos de la Bética Romana, sus límites, sus ríos, sus gentes, sus pueblos, sus nombres antiguos y modernos y la situación de cada uno de ellos, sus lápidas y medallas geográficas, Sevilla, 1771 (inéd.); Disertación crítico-histórica-dogmática sobre las monedas que recibió Judas por su traición y sobre el siclo de los Hebreros, Sevilla, 1775 (inéd.).

 

Bibl.: L. Moreri, El Gran Diccionario Histórico o Miscellanea Curiosa de la Historia Sagrada y Profana [...] con amplísimas adiciones y curiosas investigaciones relativas a los Reynos pertenecientes a las coronas de España y Portugal assí en el antiguo como en el Nuevo Mundo, París, Libreros Privilegiados, 1753; E. Flórez, España Sagrada, t. XII, Madrid, Miguel Francisco Rodríguez, 1754, pág. 236; T. Gusseme, Diccionario Numismático, t. I, Madrid, Ibarra, 1773, pág. 375; S. Sánchez Sobrino, Viaje Topográfico desde Granada a Lisboa, Granada, Imprenta Real, 1774, pág. 9; A. Hübner, Corpus Inscriptionum Latinarum, vol. II, Berlín, 1869; M. Méndez Bejarano, Diccionario de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual provincia, t. I, Sevilla, 1922, págs. 292-293; A. Rodríguez Moñino, “Epistolario del P. Enrique Flórez con don Patricio Gutiérrez Bravo (1753-1773)”, en Boletín de la Real Academia de la Historia de España, 134 (1954), págs. 395-454; F. Aguilar Piñal, Bibliografía de Autores Españoles del Siglo XVIII, t. IV, Madrid, 1983, págs. 391-392; T. López, Diccionario Geográfico de Andalucía: Sevilla, Granda, Don Quijote, 1989, págs. 33-34; A. Mestre Sanchís, Correspondencia de los Ilustrados Andaluces, Sevilla, 1990, págs. 284-292; G. Mora, Historias de mármol. La Arqueología Clásica Española en el siglo XVIII, Madrid, Polifemo, 1998, págs. 73, 75 y 82; J. Salas Álvarez, “Sus interlocutores y temas de interés a través de la correspondencia”, en J. Beltrán Fortes (ed.), Pedro Leonardo de Villacevallos y su museo cordobés de antigüedades, Madrid, Real Academia de la Historia, 2003.

 

Jesús Salas Álvarez