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Luis Comenge y Ferrer

Biografía

Comenge y Ferrer, Luis. Madrid, 17.II.1854 – Barcelona, 12.I.1916. Médico, higienista, historiador.

Hijo de médico, estudió la carrera de medicina en la Universidad de Valencia licenciándose en 1876.

Inicialmente se dedicó a la medicina general y a la oftalmología, lo cual era frecuente en aquella época en la que había que abrirse paso para subsistir. Su talante de hombre trabajador y serio le llevó a aceptar la oferta de ser director médico de la Fábrica Nacional de Tabacos, a cuyo frente estuvo entre 1878 y 1884. Ya por entonces sentía atracción por la bacteriología, la cual en esos años había sufrido una auténtica explosión con motivo de continuos descubrimientos de gérmenes como responsable de diversas enfermedades. En 1887 fue nombrado médico auxiliar y en 1888, vicedirector del Laboratorio Microbiológico Municipal de Barcelona que dirigirá por entonces Jaime Ferrán y Clúa. Previamente en 1891 había fundado el Instituto de Higiene Urbana que dirigiría hasta su fallecimiento. Su buen hacer hizo que su prestigio fuera aumentando llegando a ser jefe de Salubridad de Barcelona. En 1903 obtuvo en la Universidad Central en Madrid el grado de doctor con la tesis titulada La Medicina en el reinado de Alfonso V de Aragón, que fue calificada con sobresaliente. Por influencia de su padre, estudioso de la historia, fue en su juventud auxiliar de Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Fomento. Éste sería un hecho clave en su vida y nunca olvidaría que su padre le inculcase el amor a la historia y el aprendizaje que realizó en los archivos y bibliotecas del Ministerio de Fomento.

Como higienista realizó una notable labor donde sobresalió por su importante trabajo dirigido al desarrollo de medidas profilácticas de las enfermedades infecciosas más frecuentes en su época. Hay que tener presente para entender bien su labor la falta absoluta de condiciones higiénicas en las que se movía la población por aquellos años, sin agua corriente en muchos lugares y sin alcantarillas, todo lo cual condicionaba una falta absoluta de higiene personal y colectiva.

Creó y puso en marcha el Laboratorio Microbiológico de Barcelona donde desarrolló un gran programa, que se caracterizaba por un nuevo ordenamiento de la política sanitaria municipal, promoviendo lavaderos higiénicos, realizando profundas inspecciones sanitarias, centros de desinfección y creación de la sanidad escolar, entre otras muchas acciones.

Participó muy activamente en algunas campañas, combatiendo epidemias muy diversas, tales como de cólera, peste bubónica, tifus y viruela. En 1885 fue designado delegado para el estudio de la epidemia colérica en Valencia y Aranjuez, y en 1906 fue enviado a Santa Cruz de Tenerife para luchar contra la epidemia que allí se declaró de peste bubónica consiguiendo un gran éxito. Su labor no se detuvo ahí, sino que además desarrolló una gran actividad ante los poderes públicos para poner en marcha campañas preventivas contra la tuberculosis, las cuales apenas existían.

También en este campo destacó como lo prueba que en 1910 fue designado para presidir una sección en el Congreso Internacional de Tuberculosis.

Sobresalió, asimismo, como historiador de la medicina consiguiendo un enorme prestigio en este campo.

Continuó en cierta forma la obra emprendida por Antonio Hernández Morejón y Anastasio Chinchilla Piqueras que abarcaba hasta finales del siglo XVIII. Su labor en este sentido fue muy positiva, ya que estudió la medicina del siglo XIX con bastante profundidad siendo en la actualidad una obra aún consultada con mucha frecuencia. Destaca también su trabajo sobre la medicina en Cataluña, una obra muy completa que abarca desde la prehistoria hasta la época moderna.

Con una buena formación en el manejo de archivos, incorporó como fuente de trabajo e información en el estudio de la historiografía los textos legales, así como los documentos de archivo, lo cual fue realmente revolucionario en su tiempo, pudiéndole considerar un precursor del manejo de estos fondos para los estudios en historiografía médica. Su aportación en este campo fue realmente innovadora, gozando de gran prestigio entre los historiadores extranjeros con los que mantuvo una fluida comunicación. Un aspecto menos conocido de Comenge es su impronta como sociólogo donde dejó algunas anotaciones de interés ante todo en su trabajo sobre euforia social.

De su gran número de publicaciones resaltan ante todo las que dedicó a la historia de la medicina que fueron innumerables y muchas de ellas auténticamente originales, pues no había nada escrito sobre ello. De sus libros son dignos de mención Apuntes para la historia de la cultura médica en España y Apuntes para la historia de la cultura médica en España.

Tocó infinidad de temas, destacando los relativos a la medicina y los médicos catalanes, diversos estudios sobre personajes destacados de la medicina española, como, por ejemplo, sus publicaciones sobre Pedro Virgili y sobre José de Letamendi, estudios históricos sobre la sífilis y la tuberculosis, y sus aportaciones sobre la historia de la medicina en el Reino de Aragón y cómo se desarrollaba la medicina durante el reinado de Alfonso V. Ya queda dicho que sus publicaciones sobre la medicina durante el siglo XIX fueron un paso de gigante para comenzar a construir la historia de la ciencia del siglo que acababa de terminar. En general, muchas de sus publicaciones sobrepasan lo descriptivo y analizan posibles situaciones que podrían haberse creado si el desarrollo de la medicina hubiera sido otra, con ello puede considerarse un precursor en el análisis dinámico de los datos históricos. También publicó y presentó comunicaciones dentro del campo de la bacteriología tanto en revistas como en congresos, donde exponía sus aportaciones en un campo en el que era muy reconocido.

Recibió multitud de honores y distinciones entre las que cabe destacar que fue presidente de la Academia de Higiene de Cataluña, académico de la Academia de Buenas Letras de Barcelona y Sevilla, comendador de la Orden Civil de Alfonso XII, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Madrid, hijo adoptivo de Santa Cruz de Tenerife y socio de honor de la Sociedad Española de Anatomía Patológica. Fue bibliotecario-archivero durante tres bienios (1905-1910) y elegido secretario perpetuo (1914-1916) de la Academia de Medicina de Barcelona en la cual ingresó en 1893 con el discurso La influencia de los catalanes en la medicina, al cual le respondió Rafael Rodríguez Méndez, ocupando el Sillón número 37. Legó una parte muy importante de su biblioteca a la Real Academia.

 

Obras de ~: Curiosidades médicas precedidas de un discurso sobre el florecimiento de la medicina española en el Siglo xvi y causas de su posterior decadencia, Madrid, Manuel Ginés Hernández, 1886; Los médicos de antaño, Madrid, Imprenta de Enrique Teodoro, 1886; La tuberculosis en Barcelona, Barcelona, Imprenta de Amat y Martínez, 1892; “La tuberculosis en Barcelona”, en Gaceta Médica Catalana, 15 (1892), págs. 257-265; Boceto del doctor José de Letamendi, Madrid, Fortanet, 1893; La Farmacia en el siglo xiv, Barcelona, Administración de El Restaurador Farmacéutico, 1897; Receptari de Manresa, Barcelona, Est. Tipográfico de Enrique Redondo, 1899; Mortalidad infantil en Barcelona, Barcelona, Tipografía La Academia, 1900; Euforia Social, Barcelona, 1902; “Contribution a l’étude de l’histoire de la Médecine dans le royaume d’Aragon. Moyen Age”, en Janus, 8 (1903), págs. 523-529; Escenas médicas (Narraciones y episodios profesionales, Barcelona, José Espasa, 1903; Criterio médico en historia. Discurso, Barcelona, Imprenta La Academia, 1903; La medicina en el reinado de Alfonso V, Barcelona, José Espasa, 1904; “L’origine historique de la syphilis en Espagne”, en Janus, 9 (1904), págs. 33-42; La medicina en Cataluña: bosquejo histórico, Barcelona, Imprenta de Henrich, 1908; Comentarios al progreso médico-social, Barcelona, Tipografía La Academia, 1911; La medicina en el siglo XIX: apuntes para la historia de la cultura médica en España, Barcelona, José Espasa, 1914.

 

Bibl.: R. Rodríguez Méndez, “Necrológica del doctor Luis Comenge y Ferrer”, en Real Academia de Medicina de Barcelona, Barcelona, Tipografía La Académica, 1917; L. Sánchez Grangel, “Discurso de Clausura (Historia de la Historiografía Médica Española)”, en Actas del I Congreso Español de Historia de la Medicina, Madrid, 1963, págs. 2-30; J. Riera, “Luis Comenge y Ferrer (1854-1916) y la historiografía médica catalana”, en Medicina e Historia, 47 (1975), págs. 7-25; M. Díaz-Rubio, Médicos españoles del siglo XX. Segunda serie, Madrid, You & Us, 2003.

 

Manuel Díaz-Rubio García

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