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Fernando I de Portugal

Biografía

Fernando I de Portugal. El Hermoso. Coimbra (Portugal), 31.X.1345 – Lisboa (Portugal), 23.X.1383. Rey de Portugal.

Hijo del rey Pedro I y de la reina Constanza, nació en Coimbra el 31 de octubre de 1345. Ascendió al trono tras la muerte de su padre, ocurrida el 18 de enero de 1367, cuando tenía veintiún años. Al morir en Castilla Alfonso XI, en 1350, la Corona fue disputada a su hijo legítimo Pedro por uno de los hijos ilegítimos del monarca Enrique, nacido de Leonor de Guzmán. La guerra civil entre los partidarios de los hermanos tuvo como consecuencia que el rey Pedro fuera asesinado por su hermano Enrique el 22 de marzo de 1369. Este hecho dio origen a la intervención militar de Fernando, no con el propósito de castigar al asesino, pero sí con la intención de alcanzar la Corona castellana. Las razones invocadas por el monarca portugués consistían en ser biznieto de Sancho IV. Diversas ciudades se manifestaron en favor de Fernando, entre las que destacaron Ciudad Rodrigo, Zamora, Orense, Tuy y La Coruña. Muchos caballeros castellanos, de importantes linajes, pasaron a Portugal.

Fernando efectuó una alianza con el rey moro de Granada y con Pedro IV de Aragón. El monarca portugués penetró en Galicia, en junio de 1369, al mismo tiempo que ocho galeras portuguesas atacaban el puerto de La Coruña. Enrique II, que se encontraba en Zamora atento a los movimientos portugueses, partió con sus hombres para Galicia. Receloso, Fernando se retiró hacia Portugal, en cuanto Enrique II realizó la travesía del río Miño, a finales de agosto de 1369, asediando Guimarães, el 1 de septiembre, cuyos defensores ofrecieron una tenaz resistencia. Hubo un intento de incendiar la ciudad por parte de Enrique II, al introducir en ella a Diego González de Castro, el cual usó un disfraz para el efecto. Al ser descubierto acabó sus días asesinado.

A su vez Fernando salió de Coimbra en auxilio de los sitiados de Guimarães. Ya se encontraba el Monarca en Oporto, cuando se enteró de que Enrique II levantaba el asedio, quizás por haber recibido un informe sobre la conquista de Algeciras por parte de los moros de Granada. En su retirada el rey de Castilla ocupó Braganza, Miranda y otras tierras de Trás-os- Montes y enseguida volvió a Castilla. Otras incursiones castellanas ocurrieron en las fronteras de Beira y de Alentejo, así como hubo un propósito de bloqueo del puerto de Setúbal, que registraba un gran movimiento comercial.

En el verano de 1370 llegaron a la Península dos mensajeros pontificios encargados de negociar la paz entre Portugal y Castilla. El acuerdo fue establecido en el inicio del año siguiente, comprometiéndose entre ambas partes a la devolución de las tierras conquistadas.

Otro punto del acuerdo consistía en la boda del rey portugués con Leonor, hija de Enrique II. El rey de Portugal daba por nulo el acuerdo anterior de su matrimonio con Leonor, hija del rey de Aragón Pedro IV, el Ceremonioso.

Enrique II quedó obligado a entregar a su hija al rey de Portugal cinco meses después de la firma del tratado de paz. Mientras tanto Fernando I conoció a otra Leonor, de apellido Teles, por quien se sintió perdidamente enamorado. Esta mujer estaba casada con Juan Lorenzo da Cuña, señor de Pombeiro. De tal modo se apasionó por ella el Rey, que olvidó todos los compromisos asumidos y se dispuso a casarse con esta mujer, a pesar de su estado. Como el impedimento del parentesco era fácil de encontrar, no tardó mucho en aplicarlo a Leonor Teles y a su marido, con vista a su anulación. Conocedor Juan Lorenzo da Cuña de que le resultaría imposible luchar con fuerzas desiguales, optó por exilarse en Castilla, salvando así su vida.

El Rey comunicó su decisión a Enrique II, disculpándose por no poder casar con su hija y dando pruebas de su amistad y lealtad, lo que no convenció al monarca castellano. La noticia causó el mayor escándalo entre los súbditos. En Lisboa el pueblo culpaba a los nobles y a los privados del Rey. La reunión de los amotinados estaba constituida por tres mil villanos y menestrales. El representante del pueblo era el sastre Fernán Vásquez, quien reprochaba al Rey no tomar por mujer a la hija de un rey. Simulando reconocimiento, Fernando dio las gracias a todos sus buenos súbditos y, por temor, decidió partir para Leça do Balio, cerca de Oporto, donde en enero de 1370 recibió a Leonor de Teles por esposa. Más tarde Fernán Vásquez y otros pagaron con la vida su osadía.

Fernando I reanudó las hostilidades con Castilla al ordenar el apresamiento de navíos castellanos anclados en el puerto de Lisboa. En 1372 firmaba el Monarca portugués una alianza con el duque de Lancaster, segundo hijo de Eduardo III de Inglaterra. El duque alegaba estar casado con Constanza, hija ilegítima del asesinado Pedro I y de María de Padilla.

Tanto Fernando como el duque de Lancaster se comprometían a luchar contra Enrique II de Castilla y Pedro IV de Aragón; a través de sus emisarios Enrique II propuso la paz a Portugal, pero Fernando I la rechazó amparándose en los ataques que los castellanos efectuaban en la frontera portuguesa. Frustrado en sus intentos, Enrique II, en diciembre de 1372, inició la guerra, que se extendió al año siguiente, ocupando Almeida, Linhares, Celorico y Viseu. Desde Coimbra Fernando I reunía fuerzas militares para oponerse a la invasión. Inicialmente tuvo el rey portugués el propósito de frenar el ataque castellano, pero de pronto abandonó la idea y ordenó a sus hombres que se dispersasen a través del reino. Enrique II entró en Lisboa el 23 de febrero de 1373. Ardió una buena parte de la ciudad, incluidas toda la judería y las feligresías de Magdalena y San Julián. El 1 de marzo de 1373 llegó a Santarém el cardenal Guido de Boloña que logró alcanzar la paz. Fernando se comprometió a atacar a los ingleses, quedando rehenes, por tres años, las ciudades de Viseu, Miranda, Pinhel, Almeida, Celorico, Linhares y Segura. La paz se firmó en Santarém el 24 de marzo de 1373.

En 1380 se reanudaron las negociaciones con Inglaterra a través del enviado coruñés Juan Fernandes Andeiro, que había sido expulsado de Castilla por Enrique II. Enterado Juan I de Castilla de las intenciones de Fernando, inició sus preparativos militares. A finales de la primavera de 1381 se iniciaron los ataques en la frontera de Alentejo. Mientras que los portugueses atacaban Badajoz, los castellanos, comandados por el infante Juan de Portugal y por el maestre de Santiago, ponían sitio a Elvas el 13 de julio; veinticinco días duró el asedio. El 11 de junio partió una escuadra portuguesa desde Restelo, cerca de Lisboa, para el Algarbe.

Doce galeras portuguesas, que se adelantaron para atacar a los castellanos en Saltes, fueron destrozadas y lo mismo sucedió con las restantes. Poco tiempo antes de la Navidad de 1381, Fernando I, acompañado por el duque de Cambridge, partió para Alentejo.

Estas operaciones transcurrieron en 1382. A su vez los castellanos entraron en el Tajo con una numerosa flota en marzo de 1382. Desembarcaron y atacaron Sintra y Palmela. Durante los meses de junio y julio de ese año, se asistió a numerosas correrías en la frontera, con ataques de ambas partes.

Por fin la paz se acordó el 9 de agosto, sin conocimiento de los ingleses; en ella se negoció la boda de la infanta Beatriz, hija de Fernando I y de Leonor Teles, con el infante Fernando, hijo segundo del rey de Castilla Juan I. Los castellanos se comprometían a restituir Almeida y Miranda, así como todas las galeras que habían aprehendido en Saltes. Además concedieron la libertad al almirante Juan Alfonso Telo, hermano de Leonor Teles.

La infanta Beatriz, que había sido prometida a Fernando de Castilla, terminó por casarse en marzo de 1383, cuando tenía diez años, con Juan I de Castilla, el cual quedó viudo de la reina Leonor el 13 de septiembre de 1382. En el día 30 de abril de 1383, en Salvaterra, el rey Juan I, que se hizo representar por el arzobispo de Santiago, recibió por esposa a la infanta Beatriz.

A pesar de todas las dificultades vividas durante el reinado de Fernando I, ello no obstó para que el Monarca pusiera en práctica importantes medidas legislativas con particular impacto económico y social. Ejemplar en ese sentido es la ley de las Sesmarias, la cual obedecía al propósito de regenerar la agricultura y ordenar la sociedad en lo tocante a las leyes del trabajo.

Otra medida importante consistió en la fundación de la Compañía de los Navíos, con el objetivo de incrementar el desarrollo del comercio marítimo.

Falleció el rey Fernando en Lisboa el 23 de octubre de 1383, sin descendencia masculina, lo que desencadenó una grave crisis política, que dio origen a la revolución de 1383-1385.

 

Bibl.: P. López de Ayala, “Cronica del rey Don Enrique, segundo de Castilla” y “Crónica del Rey Don Juan, primero de Castilla y de León”, en C. Rosell (ed.), Crónica de los Reyes de Castilla, t. II, Madrid, Atlas, 1953 (Biblioteca de Autores Españoles, vol. 68); S. Dias Arnaut, A crise nacional dos fins do século xiv, I. A sucessão de D. Fernando, Coimbra, Fluc, 1960; F. Lopes, Crónica de D. Fernando, introd. de S. Dias Arnaut, Barcelos, Livraria Civilização-Editora, 1966; L. Suárez Fernández, Historia del reinado de Juan I de Castilla, t. I, Madrid, Universidad Autónoma, 1977; J. Veríssimo Serrão, História de Portugal, vol. I, Lisboa, Verbo, 1977.

 

Humberto Baquero Moreno

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