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Francisco de Cuéllar

Biografía

Cuéllar, Francisco de. Torrejón de Velasco (Madrid), p. s XVI – ?, m. s XVI. Soldado de Francisco Pizarro en la conquista del Perú, uno de los Trece de la Fama.

Muy poco se sabe de este personaje nacido en la villa de Torrejón. Los primeros rastros de Francisco de Cuéllar en el Nuevo Mundo se encuentran en Panamá, donde suscribió algunos documentos de carácter comercial. Ya en 1524 formaba parte de las cuadrillas de colonos hispanos que habían tenido que establecerse urgentemente para mantener a raya a los indígenas hostiles, que solían atacar en cualquier momento.

Panamá era el punto de llegada de hombres dispuestos a engancharse en los diversos banderines que pregonaban expediciones descubridoras que, a la postre, tuvieron dos grandes objetivos: Poniente, donde estaba Nicaragua, y Levante, donde el atractivo era el Perú. Mientras llegaba el momento de la partida, Cuéllar, como muchos otros mílites, se dedicaba a “ranchear”, que no era otra cosa que buscar comida o algún atisbo de oro en los bohíos de los naturales.

Francisco de Cuéllar sentó plaza en la pequeña y maltratada hueste de Francisco Pizarro en 1526, cuando el futuro fundador de Lima emprendió su segundo viaje descubridor, también lleno de malaventuras, pero que lo haría llegar en su empecinada empresa hasta la que llamó isla del Gallo, muy pegada a la costa del actual territorio colombiano. Allí llueve constantemente, durante todos los días del año. En ese punto tuvo lugar uno de los momentos cenitales de la conquista del Tawantinsuyo. La mayoría de los soldados estaban enfermos, heridos y, sobre todo, desesperanzados. Anhelaban salvar la vida y la única forma de hacerlo era volver a Panamá.

Poco efecto hicieron las promesas de Pizarro, quien les decía que el éxito estaba ya cercano. a finales de 1527 llegaron a la isla del Gallo dos carabelas enviadas por el capitán Pedro de los Ríos, gobernador de Panamá, con el objeto de recoger a quienes no desearan continuar en la osada empresa. Francisco Pizarro vio cómo la mayoría de sus hombres daban muestras de alegría y se aprestaban para el inmediato retorno.

Fue entonces cuando Pizarro desenvainó su espada y, trazando con ella una raya sobre la húmeda arena, les dijo: “Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro, al Perú a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere”. Sólo trece hombres cruzaron la marca, dando así testimonio inequívoco de que continuarían en la empresa.

La Historia los recuerda como Los Trece de la Fama.

Uno de ellos era Francisco de Cuéllar. Más tarde fueron colmados de honores, riquezas y recibieron del Monarca hispano la presea de Caballeros de la Espuela Dorada.

De la isla del Gallo, Pizarro y sus escasos acompañantes pasaron a la de la Gorgona, igualmente desapacible.

Allí sobrevivieron seis meses enmedio del clima tropical más duro que se pueda imaginar. Finalmente fueron recogidos por la carabela del piloto Bartolomé Ruiz, al servicio de Pizarro y Almagro, y prosiguieron la exploración siempre hacia el sur. Así llegaron a Tumbes, donde encontraron una auténtica ciudad con casas y templos de piedra, protegidos por una fortaleza. Cuéllar fue uno de los primeros en desembarcar y se dio cuenta de que habían topado con indígenas de mucho mayor nivel cultural que los que habían conocido hasta el momento. Pizarro, a su vez, tuvo la certidumbre que estaban en el buen camino, pues recogió noticias de la existencia de ciudades todavía más grandes donde abundaban el oro y la plata. Con tan alentadoras y auténticas novedades, el capitán ordenó el regreso a Panamá. Poco antes, los españoles habían descendido a tierra y aceptado la invitación de una mujer gobernante, de hermosa figura, llamada la Capullana.

Nuevamente en Panamá, mientras Pizarro emprendía viaje a España en busca de la que sería la Capitulación de Toledo, para descubrir el Perú, Francisco de Cuéllar debió permanecer en el istmo. Una Real Cédula otorgada en Toledo el 26 de julio de 1529 le confería el cargo de regidor de Tumbes. Después se pierde la huella de este conquistador y su nombre no aparece más ni en documentos ni crónicas.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Patronato 28 n.º 1, Ramo 1; Patronato 90 n.º 1, Ramo 3.

P. Gutiérrez de Santa Clara, Historia de las Guerras Civiles del Perú, Madrid, Imprenta de Idamor Moreno, 1904-1928; A. de Herrera, Historia General de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, Buenos Aires, Imprenta Continental, 1945; G. Inca de la Vega, Los Comentarios Reales de los Incas, Lima, Librería Internacional del Perú, 1960; J. A. del Busto, La Conquista del Perú, Lima, Librería Studium, 1988.

 

Héctor López Martínez

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