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Pedro Nuño Colón de Portugal y Castro

Biografía

Colón de Portugal y Castro, Pedro Nuño. Duque de Veragua (VI). Madrid, 13.XII.1628 – Puebla (México), 13.XII.1673. Virrey de la Nueva España.

Pedro Nuño Colón de Portugal y Castro, VI duque de Veragua, marqués de Jamaica y de Villamízar, conde de Gelves, almirante de las Indias y caballero de la Orden del Toisón de Oro, descendía por doble línea —paterna y materna— del almirante Cristóbal Colón, descubridor de las Indias.

Fue hijo único y sucesor del matrimonio del V duque de Veragua y Grande de España, Álvaro Jacinto Colón de Portugal —cuarto nieto de Cristóbal Colón—, con su sobrina Catalina de Portugal y Castro, V condesa de Gelves y marquesa de Villamízar, hija del comendador de la Peña de Martos, Fernando Ruiz de Castro —hijo del VI conde de Lemos y de la IV condesa de Gelves, Leonor de Portugal (hija del III conde de Gelves, Jorge Alberto Colón de Portugal y cuarta nieta de Cristóbal Colón).

Casó dos veces. La primera en la parroquia madrileña de Santiago el Real el 7 de febrero de 1645 con Isabel de la Cueva y Enríquez, duquesa viuda de Nájera y Maqueda y marquesa de Elche, hija del VII duque de Alburquerque, Francisco Fernández de la Cueva, y de Ana Henríquez, hija del VIII almirante de Castilla, Luis Henríquez de Cabrera. Era hermana, pues, del VIII duque de Alburquerque, Francisco Fernández de la Cueva y Enríquez, virrey de la Nueva España, y del VII conde de Castellar, Baltasar de la Cueva y Enríquez, virrey del Perú.

Viudo desde el 17 de abril de 1657, el duque de Veragua casó por segunda vez el 5 de febrero de 1663 en la capilla del Real Palacio de Madrid con su prima segunda María Luisa de Castro Girón y Portugal, hija del IX conde de Lemos, Francisco Fernández de Castro Andrade y Portugal, virrey de Aragón y de Cerdeña, y de Antonia Téllez Girón y Enríquez de Ribera, hija del III duque de Osuna, Pedro Téllez Girón. Un hermano de María Luisa, Pedro Antonio Fernández de Castro, IX conde de Lemos, fue virrey del Perú. De la primera esposa tuvo a Pedro Manuel Colón de Carvajal, VII duque de Veragua, etc.

Según Julián de Pinedo Salazar (1787) y José Antonio Álvarez Baena (1791), Pedro Nuño sirvió durante las guerras de Felipe IV en Argel, Cataluña y los Países Bajos. Obtuvo los empleos de maestre de campo de Infantería, de general de batalla, de teniente coronel de la Guardia del Rey en la Guerra de Portugal, de capitán general de la Armada de Flandes y, por último, de capitán general del Mar Océano, puesto al que fue promovido en 1666. Por decreto de 19 de agosto de 1670 fue nombrado caballero de la Orden del Toisón de Oro. Posteriormente, y ya viudo por segunda vez, el duque de Veragua fue nombrado virrey de la Nueva España. En realidad, para sustituir al II marqués de Mancera, Antonio Sebastián de Toledo y Salazar, en el virreinato novohispano fue designado el 28 de abril de 1672 el VII marqués de Villafranca, Fadrique de Toledo y Osorio. Pero ante su renuncia, el 10 de agosto siguiente fue designado el duque de Veragua. Ese mismo día recibía la instrucción de gobierno, igual —excepto algunos pequeños cambios— a la dada al marqués de Mancera (Archivo General de Indias, Indiferente 514, lib. 2; en L.

Hanke, t. V, págs. 83-86; y en E. de la Torre Villar, t. I, págs. 643- 648).

De mala salud, le acompañó con autorización real su segundo hijo, Álvaro, que fue después cuatralbo de las Galeras de España, dejando en Madrid a su primogénito, Pedro Manuel.

Llegó a Chapultepec el 16 de noviembre de 1673, tomando posesión el día 8 de diciembre. Al llegar a Puebla, la ciudad le levantó un arco con poemas: “La nobleza de suyo tan clarífica / Sin deslucir la narración histórica / Pompa medida al júbilo honorífica / Que con la voz ensalza siempre armónica / Adelantándose al ánimo pacífica.

Daría el Plus Ultra lustre a esta crónica / Pues de un Colón que a España dio una América / El triunfo canta la ciudad Angélica.” (E. de la Torre Villar, t. I, pág. 648.) Gobernó el reino muy pocos días, ya que el miércoles 13 de diciembre de 1673 moría repentinamente, sin tiempo siquiera de administrarle los últimos sacramentos.

Fue enterrado en la capilla del Santo Cristo de la catedral, aunque posteriormente sus restos fueron trasladados a España, recibiendo sepultura en la iglesia parroquial de la villa de Gelves (Sevilla), panteón de su casa. Fue sustituido de forma interina por el arzobispo de México fray Payo Enríquez de Rivera, de la Orden de San Agustín.

Su corto gobierno no le permitió tomar medidas eficaces para resolver la mala situación del virreinato.

Según Lewis Hanke, dio órdenes para abaratar el maíz y el cacao, y expidió medidas para mejorar el comercio y la situación de los indios.

Su repentino fallecimiento le impidió recibir el encargo de la reina regente Mariana de Austria (Real Cédula de 11 de noviembre de 1673) de que nombrase a Bernardo Pinal de Pinadero gobernador y capitán general de Sinaloa por cuatro o cinco años, cargo que le sería muy útil para apoyar la colonización de California, empresa en la que ya había fracasado años antes, exactamente en 1665. Tal cédula la recibió su sucesor, el virrey interino y arzobispo de México, fray Payo Enríquez de Rivera.

 

Bibl.: J. de Pinedo Salazar, Historia de la insigne orden del Toisón de Oro, t. I, Madrid, Imprenta Real, 1787, págs. 398- 399; M. Rivera Cambas, Los gobernantes de México, t. I, México, 1872-1873, págs. 236-240; J. I. Rubio Mañé, Introducción al estudio de los virreyes, México, Universidad Nacional Autónoma, 1959; J. A. Álvarez Baena, Hijos de Madrid ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes. Diccionario histórico, t. IV, Madrid, Atlas, 1973, págs. 224-225; L. Hanke (ed.), Los virreyes españoles en América durante el gobierno de la Casa de Austria: México, t. V, Madrid, Atlas, 1978, págs. 83-86; E. de la Torre Villar, Instrucciones y memorias de los virreyes novohispanos, t. I, México, Porrúa, 1991, págs. 643-648; A. de Valle Arizpe, Virreyes y virreinas de la Nueva España, México, Porrúa, 2000, págs. 97-100; A. de Ceballos-Escalera y Gila, marqués de la Floresta (dir.), La insigne orden del Toisón de Oro, Madrid, Palafox & Pezuela, 2001, págs. 364-365.

 

Patricio Hidalgo Nuchera

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