Ayuda

Manuel Gual

Biografía

Gual, Manuel. Monsieur Bourdon. La Guaira (Venezuela), 1759 – San José de Oruña, Trinidad (Trinidad Tobago), 25.X.1800. Militar y precursor de la independencia venezolana.

Personaje venezolano de ideas avanzadas que formó parte de una conspiración fracasada, descubierta en Caracas en julio de 1799, en la que tomaban parte sediciosos criollos y españoles llegados de la Península como deportados. Fueron sus padres el coronel Mateo Gual y Josefa Inés Curbelo e Ibieta. En sus primeros años, desempeñó algunos cargos públicos, aunque secundarios, como corregidor de Macuto, alcanzando el grado de capitán de milicias. Según Casto Fulgencio López, “su cultura general estaba por encima de las de sus compañeros de armas, hablaba francés e inglés, escribía y se expresaba con propiedad y exhibía su sentimiento artístico ejecutando el violín con maestría”.

Retirado de su empleo de capitán de granaderos de las milicias de Infantería regulares de Caracas, junto con José María España y en conexión con el republicano y revolucionario español Juan Bautista Picornell, planeó en 1797 una insurrección contra el Gobierno colonial de Venezuela. El programa de estos conjurados, emancipador, republicano e igualitario, es un claro antecedente del realizado por la Revolución de 1810.

Según el informe de un agente español, los conspiradores habían pensado “introducir en las posesiones españolas el sistema de libertad y trastornar en ellas el sistema monárquico”.

Aunque vivía retirado en su hacienda Santa Lucía, a dos leguas del pueblo del mismo nombre en los valles del Tuy, frecuentemente viajaba a Caracas y, con el abogado Luis Peraza Ayala, los fines de semana llegaba hasta La Guaira a visitar a sus amigos. Así, en reuniones periódicas, fue concebido el plan revolucionario. Sus objetivos eran la eliminación del poder español, la libertad de comercio y producción, la creación de una República con la unión de las provincias de tierra firme de Caracas, Maracaibo, Cumaná y Guayana, la declaración de los derechos de libertad, propiedad y seguridad, así como la igualdad entre las clases sociales.

La conspiración tomó cuerpo, a partir de la segunda mitad de 1796 y abril de 1797, cuando llegó a La Guaira, un grupo de prisioneros políticos españoles, implicados en la célebre Conspiración de San Blas, dirigida por Juan Bautista Picornell y Gomilla. Con él llegaron cargados de grillos, José Lax, Manuel Cortés Campomanes, Bernardo Garaza, Juan Manzanares, Juan Pons Izquerdo, Joaquín Villalba y Sabastian Andrés, enemigos declarados de la monarquía española. Según algunos historiadores, eran miembros activos de las logias regulares "Libertad" y "España", que trabajaban en el templo masónico de la Calle Basteros en Madrid.

En la primera reunión conspirativa Gual fue nombrado comandante militar del movimiento y presidente de la República que se pensaba establecer. Fue él quien diseñó la bandera que habría de adoptarse y el que elaboró el plan general militar y político. En Macuto, centro de reunión de todos los descontentos del Gobierno español, Gual era el orador más exaltado de la asamblea, tal vez resentido por la nula recompensa que habían merecido sus treinta años de servicios a la patria España. El 15 de julio de 1797 fue descubierta la conspiración. Advertido a tiempo por un recado que le envió su hermano, Gual se trasladó subrepticiamente a Caracas y de ahí a La Guaira, donde supo que José María España estuvo a punto de caer prisionero, pero había logrado huir hacia los montes de Uría. Muchos de los conjurados fueron detenidos en Caracas, en casa del comerciante Manuel Montesinos y Rico.

En Camur Chico se encontró con España para huir juntos, embarcándose para Curaçao. E1 21 de julio de 1797 llegaron a la isla, en donde fueron recibidos por los hermanos Manuel y Felipe Piar, curazoleños que días antes habían sido expulsados de La Guaira por simpatizantes de la revolución. Posteriormente, Gual, por vía de Santo Domingo y Martinica, se dirigió a Trinidad. En esta isla logró la protección y ayuda del gobernador inglés Thomas Picton, quien no concedió la extradición, repetidamente solicitada por las autoridades españolas, y, en el islote de Gasparin, Gual se puso a adiestrar voluntarios independentistas.

Junto con Picornell, Gual se opuso al proyecto de José María España de trasladarse a La Guaira para encauzar la asonada desde un escondite, por considerarlo simplemente suicida. España, añorando a su familia, insistió y se marchó a Caracas, donde vivió escondido en casa de un esclavo negro hasta 1799 en que, amotinados los negros, fue encontrado por el gobernador Manuel Guevara de Vasconcelos, hombre enérgico y celoso oficial que quería dar escarmiento a todo intento de rebeldía, por lo que España fue condenado a morir ahorcado el 8 de mayo de 1799 para soliviantar a los americanos contrarios al reino de España. La muerte de España daba la razón a Gual y los detalles de su ejecución (descuartizamiento de su cuerpo y exposición en los caminos públicos) le causaron mucha pesadumbre y algún desconcierto.

Desde ese momento el gobernador Picton empezó a incumplir sus promesas, pero Gual no se desalentó.

Vagabundeando por las islas de Trinidad, Guadalupe, Curaçao, San Bartolomé y otras, y conocedor de las gestiones conspirativas del general Francisco de Miranda (Caracas, 1750-San Fernando, Cádiz, 1816) en Europa, desde Puerto España, Gual le escribió animándolo y dándole cuenta de sus propios esfuerzos.

Así comenzó un cruce de cartas entre los dos revolucionarios (el primer documento de estas relaciones pertenece al año 1799), a través de las cuales combinaban planes para promover la independencia de Venezuela, con la ayuda inglesa, que gestionaba Miranda.

Desde Londres, Miranda le envió varios ejemplares de la Carta a los españoles americanos del exjesuita Juan Pablo Viscardo (Arequipa, 1748-Londres, 1798) para que la hiciera circular y el 31 de diciembre de 1799 lo previno respecto a Picton, porque dudaba de la sinceridad del gobernador inglés. Las cosas se iban tornando peores cada día. Una misión que Gual encomendó al joven Manuel España, pariente de José María, ante el presbítero Juan Francisco Lozano, cura de Carúpano, resultó un fracaso y el joven cayó prisionero.

Gual adoptó el nombre de monsieur Bourdon para disfrazar su verdadera identidad. Espías al servicio de la Corona española lo vigilaban por todas partes. Uno de ellos, de apellido Bracamonte, envió a Venezuela frecuentes informes de sus actividades. A principios de 1800 Gual estaba muy enfermo de pujos intestinales, pero se sobrepuso para viajar a Saint Thomas en busca de armas y de voluntarios que quisieran participar en sus proyectos. Pero no tuvo éxito en sus gestiones. Sólo consiguió dos jóvenes que le acompañaron de regreso a Trinidad. Ahora Picton lo recibió con frialdad y empezó a obstaculizar sus trabajos.

La policía vigilaba todos sus actos y relaciones. Se cree que Gual murió en oscuras circunstancias en la villa de San José de Oruña el 25 de octubre de 1800, al parecer, envenenado por un tal Valecillos, quien actuaba en Trinidad como espía de los realistas y había logrado hacerse amigo de Gual.

La historiografía venezolana considera a Manuel Gual “mártir de la libertad”. Pero, sobre todo, fue un ilustrado idealista a quien los acontecimientos revolucionarios franceses, especialmente los del año 1793, las ideas enciclopedistas que se extendían en el nuevo mundo con mejor fortuna si cabe que en el viejo y la lectura de libros sediciosos, llevaron por los caminos exaltados de libertad y soberanía, más que por los de la independencia, como demuestra el hecho de que la conjura de 1797 pretendía establecer la forma republicana de gobierno aunque dependiente de la metrópoli, la cual, a ejemplo de Francia, debería cambiar su caduca organización monárquica por las tribunas populares.

 

Bibl.: P. Grases, La conspiración de Gual y España, y el ideario de la independencia, Caracas, Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 1949; C. Fulgencio López, Juan Bautista Picornell y la conspiración de Gual y España; narración documentada de la pre-revolución de independencia venezolana, Caracas, Ediciones Nueva Cádiz, 1955 (reed. Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela, 1996 y 1997); R. Ezquerra, “Gual, Manuel”, en G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1986; D. R. Chacón Rodríguez, Catálogo de la documentación existente en el Archivo General de Indias sobre la revolución de Gual, España y Picornell, Caracas, Fundación Hermano Nectario María para la Investigación Histórico-Geográfica de Venezuela, 1997; J. E. Romero Jiménez, “El discurso del poder en Venezuela (siglos XVIII-XIX): Gual-España y Francisco de Miranda”, en VV. AA., Congreso de Historiadores Latinoamericanistas (ADHILAC), vol. III, Santiago de Compostela, 2002; R. Aizpurua Aguirre, “La conspiración por dentro: un análisis de las declaraciones de la conspiración de la Guaria de 1797”, en J. C. Rey et al., Gual y España, La Independencia Frustrada, Caracas, Fundación Empresa Polar, 2007, págs. 213-344; C. L. Michelena, Luces revolucionarias: De la rebelión de Madrid (1795) a la rebelión de La Guaira (1797), Caracas, Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, 2010; J. F. Martínez Peria, Lazos revolucionarios: Influencias, encuentros y desencuentros entre Haití, Venezuela y Nueva Granada en la época de la Independencia (1789-1830), tesis doctoral, Barcelona, Universitat Pompeu Fabra, 2015.

 

Antonio Astorgano Abajo