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Juan de Goyeneche y Gastón

Biografía

Goyeneche Gastón, Juan de. Arizcun (Navarra), 1656 – Madrid, 1735. Tesorero de la Reina y hombre de negocios.

Juan de Goyeneche nació en Arizcun (valle del Baztán, Navarra) en 1656. Su trayectoria es significativa del éxito social y económico adquirido por los navarros en la Corte durante el siglo XVIII. Su trayectoria económica dio comienzo desde los cargos que ocupó en la Administración central, que le facilitaron su acceso a los negocios en general y a las finanzas en particular. Vinculado a la Real Congregación de San Fermín de los Navarros desde sus orígenes, algunos de sus descendientes llegaron a ser prefectos de la misma y, por si todo fuera poco, el éxito alcanzado por Goyeneche en los negocios —y el consecuente enriquecimiento— trajo consigo también al ascenso social de sus descendientes, consiguiendo el ansiado marquesado y la constitución de mayorazgos.

La infancia y educación de Juan de Goyeneche siguen siendo prácticamente desconocidas hasta la fecha; era el menor de seis hermanos y salió joven del núcleo familiar, instalándose en Madrid para estudiar en el Colegio Imperial. No se conoce la existencia de ningún pariente que le recibiese en su casa, como en el caso de otros navarros establecidos en la Corte en aquella época. El matrimonio de Juan de Goyeneche con María de Balanza se celebró en 1689 y aclara el medio en el que debía de desenvolverse Goyeneche —el del mundo de la Administración—, ya que ella era hija de Martín de Balanza, oficial 2.º en la Secretaría de Millones. La familia de la novia provenía también de Navarra, aunque llevaba años establecida en la Corte, lo que ayudó a Juan de Goyeneche, todavía joven, a instalarse en la ciudad.

Los inicios de su carrera están relacionados con la Administración y su primer cargo, gracias al apoyo de Oropesa y de su suegro Martín Balanza, fue el de tesorero del Gasto Secreto de Carlos II. A éste siguieron otros como el de tesorero general de Milicias, que desempeñó hasta 1710. Juan de Goyeneche sobrevivió a la caída de Oropesa en 1691 y supo hacerse con cierto prestigio en la Corte de Carlos II y entre los navarros allí establecidos, siendo celador de pobres en la recién creada Congregación de San Fermín de los Navarros.

Fruto de su interés por dar a conocer a la sociedad madrileña las características de su origen social fue la publicación de la Executoria de la nobleza, antigüedad y blasones del valle de Baztán que dedica a sus hijos y originarios. Asimismo, fue editor de otras obras como el libro de María Jesús de Ágreda, La mística ciudad de Dios (1688) y las Varias poesías sagradas y profanas de Antonio de Solís.

Pese a sus escarceos literarios, su principal actividad a partir de la década de 1690 fue los negocios. En 1696 compró al Hospital General de Madrid el privilegio de publicación de la Gaceta de Madrid, un monopolio ratificado por Felipe V en 1701. Fue nombrado tesorero de la reina Mariana de Neoburgo en 1699 y el cargo perteneció a miembros de su familia durante varias décadas. Sus primeros negocios financieros comenzaron en 1699 cuando firmó un asiento para el abastecimiento de madera y mástiles a la Marina y se asoció con otros hombres de negocios navarros para entrar en el arrendamiento de la renta de tablas del período 1693-1695.

Sin embargo, su verdadero despegue como hombre de negocios tuvo lugar durante la Guerra de Sucesión.

Partidario de la primera línea de Oropesa, se alineó pronto al partido pro-francés en la cuestión de la sucesión de Carlos II y se convirtió en uno de los más firmes apoyos de Felipe V, a quien siguió en las retiradas de Valladolid (1705) y de Vitoria (1710). La opción de Goyeneche, de un incondicional apoyo al bando borbónico, resulta contraria a la desempeñada por muchos de los asentistas de la época que apostaron por el partido del archiduque Carlos, por lo que desaparecieron del mundo de los negocios con la Corona al concluirse la guerra.

Frente a ellos, los que apoyaron a Felipe V monopolizaron el campo de los asientos y los arrendamientos de rentas provinciales ya desde el comienzo de la Guerra de Sucesión.

Juan de Goyeneche se preocupó pronto de hacerse con el favor y la confianza del nuevo Monarca, ya que era un requisito imprescindible para mantener sus empresas y privilegios, como el de la Gaceta. El 23 de agosto de 1702, cuando los ingleses atacaban Cádiz, Goyeneche ayudaba con más de ochenta mástiles de navíos para la defensa de esa ciudad. Las cuentas del Tesoro de 1703 y 1706 muestran que se había pagado a Goyeneche la cantidad de 6.506.570 reales de vellón por una serie de adelantos de dinero al Monarca.

Los préstamos de Goyeneche debieron de ser frecuentes, ya que, de nuevo en 1710, cuando llegaba a España una flota con remesas de plata y oro de las Indias que rondaba alrededor de 1.100.000 pesos, se hablaba de que unos 200.000 habían de entregarse a Goyeneche.

Pero su principal labor al servicio de Felipe V la llevó a cabo como asentista de la provisión de víveres para el ejército. En 1712 Juan de Goyeneche se interesó por la realización de un asiento para abastecer de víveres al ejército en varias provincias. Se trataba de un contrato difícil de conseguir, dada la importancia estratégica de este abastecimiento en el marco de la guerra y para conseguirlo se vio obligado a constituir una compañía junto con otros hombres de negocios, como el marqués de Santiago, el de Valdeolmos y su paisano y amigo Juan Bautista de Iturralde, con quien mantuvo siempre unas intensas relaciones económicas.

Esta asociación no sólo le permitió juntar el capital necesario, sino que también le permitió contar con el prestigio como asentista que tenía alguno de los socios. Esta compañía, conocida en su época con el nombre de Goyeneche-Valdeolmos, tuvo una existencia de diecisiete años y participó en numerosos asientos y arrendamientos de rentas reales.

En la misma línea de apoyar al nuevo Monarca y conseguir su favor, Juan de Goyeneche llevó a cabo una intensa labor de promoción industrial en las proximidades de Madrid. Entre 1710 —fecha de la creación de la primera fábrica de paños en la Olmeda de la Cebolla— y 1720 —momento en el que se abrió la fábrica de vidrios finos, última en construirse— el personaje creó un complejo industrial de nueva planta en una zona económicamente deprimida.

Aunque su éxito fue relativo, ya que no sobrevivieron mucho tiempo a su construcción, estas fábricas constituyen uno de los ejemplos más ricos e ilustrativos del fomento industrial de este momento, y ya en su época fueron alabados por contemporáneos como Jerónimo de Uztáriz.

De todas estas empresas que acometió Juan de Goyeneche, fue la creación del complejo industrial de Nuevo Baztán la que más fama ha dado al personaje.

En este proyecto Goyeneche puso en práctica todas las ideas que habían sido el eje de su vida: el servicio al Rey, el abastecimiento del Ejército, las ideas colbertistas de fomentar la industria y combatir la despoblación, así como promocionar el ascenso social de su familia mediante la adquisición de derechos señoriales.

El artífice del proyecto fue José de Churriguera, a quien Juan de Goyeneche conocía y con el que mantenía cierta amistad y no pocas afinidades personales.

Las fábricas se encargaron de abastecer casi en exclusividad al ejército, concretamente al Almacén General de Vestuarios de sombreros de munición y artículos textiles y de cuero. Con posterioridad las fábricas se dedicaron también a la producción de diferentes productos, la mayoría relacionados con el consumo suntuario de la Corte y destinados a sustituir importaciones, sobre todo, francesas.

Desde los comienzos en la Corte de Juan de Goyeneche quedó patente la existencia de un gran proyecto familiar: el de situar a su familia en la Corte y conseguir su ascenso social. Para lograr ese objetivo, los miembros de la familia utilizaron cuantos medios tuvieron a su alcance: servicio regio, pertenencia a órdenes militares o la compra de derechos señoriales. Una de las primeras actuaciones de Juan de Goyeneche en este sentido tuvo lugar en una fecha temprana de su trayectoria, en 1696, época en la que estaba manteniendo una fuerte presencia en Navarra como procurador de la colegiata de Roncesvalles en Madrid. Esta primera actuación fue la compra de la jurisdicción criminal y de la categoría de palacio Cabo de Armería del lugar de Belzunce, mediante la concesión de un donativo de 4.500 reales para ayudar a la fortificación de Pamplona y su ciudadela, en virtud de una Real Cédula que instaba a que se fortificase el castillo.

En la misma línea de todo lo expuesto, Juan de Goyeneche fue adquiriendo a principios del siglo XVIII una gran cantidad de terrenos y derechos señoriales en las proximidades de Madrid. El modo por el cual fue adquiriéndolos fue bastante similar en todos los casos, principalmente mediante la compra de los mismos a nobles que atravesaban dificultades económicas, como el marqués de la Olmeda y el marqués de Almonacid. Es de destacar el hecho de que Juan de Goyeneche no recibió nunca para sí ninguno de los títulos nobiliarios concedidos, sino que los reservó para sus descendientes, posiblemente por la existencia de prejuicios hacia la práctica de determinadas actividades económicas y su incompatibilidad con la condición nobiliaria. Consiguió primero el hábito de la Orden de Santiago para sus hijos Francisco Javier (1701) y Francisco Miguel (1728). Posteriormente consiguió para ellos el ansiado título nobiliario: el de marqués de Belzunce para Francisco Javier de Goyeneche en 1731 y el condado de Saceda para Francisco Miguel en 1740. En el documento de concesión del marquesado de Belzcunce se alude a los méritos de Juan de Goyeneche al servicio de Felipe V con las siguientes palabras: “Teniendo consideración a los servicios de Juan de Goyeneche, dueño de Nuevo Baztán, que ha fundado a sus expensas introduciendo en ellas diferentes fábricas [...] con Iglesia parroquial de San Francisco Javier dotándola con rentas, dueño también del lugar de Belzunce con jurisdicción alta y baja [...] distinguiéndose siempre su lealtad en las mayores urgencias y más graves negocios de esta Monarquía [...] mereciendo mi gratitud”.

Una especial atención requieren las inversiones realizadas por Juan de Goyeneche, ya que fue él quien realmente constituyó un importante patrimonio familiar y lo vinculó en distintos mayorazgos. Junto a la inversión en la adquisición de tierras y derechos señoriales, así como la relacionada con la promoción industrial en Nuevo Baztán, podemos definir a Juan de Goyeneche como un “acaparador” de casas en la Corte. El palacio emblemático de los Goyeneche en Madrid era el edificio actualmente ocupado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en la calle de Alcalá, construido por José de Churriguera en 1724. En las inmediaciones de este palacio —que paradójicamente nunca fue habitado por la familia, al estar alquilado para la Superintendencia y Administración General del Tabaco—, Juan de Goyeneche poseyó un gran número de inmuebles, especialmente en el espacio comprendido entre las calles Alcalá y Carrera de San Jerónimo y en la próxima Red de San Luis. También hay que mencionar, fuera de Madrid, las posesiones que mantuvo en Navarra, entre otras, el palacio de Belzunce o varias casas que poseía en Pamplona.

La culminación del proyecto familiar de los Goyeneche no podía ser otro que la constitución de diversos mayorazgos, que sujetasen propiedades, cargos y títulos nobiliarios, y que los transmitiesen de generación en generación. Juan de Goyeneche constituyó tres mayorazgos en 1733, uno para cada uno de sus hijos.

El más importante de los tres fue el primero, que era para su hijo primogénito Francisco Javier, marqués de Belzunce. Este mayorazgo comprendía los bienes más queridos y los considerados más importantes —sobre todo objetos de valor sentimental como el libro de la Mística Ciudad de Dios— y vinculaba las propiedades más importantes de la familia, es decir, las adquiridas en las proximidades de Madrid.

 

Obras de ~: Executoria de la nobleza, antigüedad y blasones del valle de Baztán que dedica a sus hijos y originarios, Madrid, Imprenta de Antonio Román, 1685; A. de Solís, Varias poesías sagradas y profanas, recogidas y dadas a la luz por ~, Madrid, Imprenta de Antonio Román, 1692.

 

Bibl.: S. Aquerreta, Negocios y finanzas en el siglo XVIII: La familia Goyeneche, Pamplona, Eunsa, 2001; C. García Gaínza y R. Fernández Gracia (comisarios), Juan de Goyeneche y el triunfo de los navarros en la Monarquía Hispánica del siglo XVIII, catálogo de exposición, Pamplona, Fundación Caja Navarra, 2005.

 

Santiago Aquerreta González