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Ramón Pérez Costales

Biografía

Pérez Costales, Ramón. Oviedo (Asturias), 31.V.1832 – La Coruña, 18.I.1911. Médico y político republicano.

Inició sus estudios en su ciudad natal y los continuó desde los trece años en La Coruña, adonde se trasladó con su familia. Cursó Medicina en las Universidades de Santiago y Madrid, licenciándose por ésta en 1855. Poco después obtuvo plaza de médico en Talavera de la Reina, residiendo en el pueblo de Cebolla (Toledo).

Tras ingresar por oposición en el Cuerpo de Sanidad Militar, en la que consiguió el número 1, fue destinado a La Coruña. Allí ayudó a crear en 1858 el Ateneo Científico, Literario y Artístico, donde pronunció al año siguiente una conferencia en la que defendió que la mujer, depositaria de los sentimientos, no estaba fisiológicamente capacitada para estudiar y cultivar las ciencias. Como médico castrense escribió una Memoria sobre hospitales militares y un Reglamento de exenciones físicas que levantó suspicacias entre sus superiores por traslucirse en él sus ideales democráticos y filantrópicos. Sus actitudes antimilitaristas y problemas con la disciplina le hicieron abandonar el Ejército para dedicarse a la medicina privada, alcanzando en su ejercicio gran reputación. Siendo un activista del Partido Demócrata, la represión desatada tras la insurrección del cuartel de San Gil, le obligó a huir a Portugal el 5 de noviembre de 1866. Durante la emigración, formó parte de los círculos demócratas y trabó amistad con Roque Barcia en Oporto, escribiendo hojas de propaganda antiborbónica para su difusión clandestina en España. Con el triunfo de la revolución de septiembre de 1868, regresó a La Coruña, junto a su esposa, Petra Tilve.

Transformado el Partido Demócrata en el Republicano Federal en octubre de ese año, Pérez Costales abrazó con entusiasmo el federalismo y ayudó a su organización, asistiendo con tal fin, junto a Federico Tapia Segade, a la reunión republicana que convocó Francisco Suárez en Ferrol el 11 de noviembre. Con ocasión de un bando del capitán general Cándido Pieltain, en el que pedía al “verdadero pueblo” gallego que no se dejase embaucar por las promesas de “algunos soñadores de futuros ideales”, en clara alusión a los republicanos, a los que amenazaba con “exterminarlos”, Pérez Costales publicó el 28 de dicho mes una carta criticando al general, al que llamaba “nuevo ángel exterminador” de la “escuela de Cheste”, por considerar su conducta impropia de una autoridad que se debía a una revolución que había proclamado la libertad y la soberanía del pueblo. Esta enérgica y valiente protesta le dio a conocer en los medios republicanos gallegos, cuando era ya conocido en La Coruña por pertenecer al Comité del partido y a la milicia de los Voluntarios de la Libertad, además de organizar las primeras manifestaciones republicanas de la ciudad (1868).

Durante la campaña electoral a las Constituyentes de 1869, publicó un folleto político, La Verdad a las aldeas, que alcanzó gran difusión, siendo reeditado cinco veces en La Coruña y una en Oviedo. Dirigido a movilizar al campesinado gallego que accedía por primera vez al derecho al voto, resaltaba en él los puntos programáticos del republicanismo que debían paliar la miseria y la subordinación que el mismo sufría a consecuencia de la larga dominación monárquica, a la que culpaba de las contribuciones injustas, el estanco de la sal, las quintas, la emigración y otros males sociales. Aunque el folleto no evitó el triunfo de los monárquicos en las elecciones, sí proporcionó a Costales popularidad, más cuando él mismo provocó polémica y fue contestado por otro anónimo: Impugnación del folleto republicano de Ramón Pérez Costales “La verdad a las aldeas”, por el Aldeano Gallego (Tuy, 1869). Este protagonismo le valió ser elegido en febrero segundo comandante de la milicia coruñesa, cargo del que fue destituido cuatro meses después por negarse a participar en los actos de promulgación de la Constitución (monárquica). Presidiendo el Comité republicano de la capital, fue uno de los impulsores de los pactos federales llevados a cabo por el Partido, y firmó el Pacto Galaico-Asturiano el 18 de julio.

Implicado en la insurrección federal de octubre de 1869, se ocultó dos meses en La Coruña. Reapareció en diciembre con un nuevo folleto, Apuntes para la Historia, en el que censuraba los métodos represivos utilizados por el Gobierno para sofocarla y, muy especialmente, la actuación de las fuerzas públicas durante el motín de La Coruña del día 14, en el que dispararon contra la gente que protestaba por el encarcelamiento de cuarenta y dos republicanos (matando a un obrero e hiriendo gravemente a dos mujeres y un niño), y elogiaba la conducta del general Pieltain por haber ordenado el cese del fuego.

Durante el reinado de Amadeo I, representó a su provincia en la Asamblea federal de 1871 y fue elegido diputado en Cortes por la circunscripción de La Coruña en abril de 1872. Publicó durante la campaña La Lucha Electoral, periódico donde denunció el cunerismo y los manejos electorales realizados por el gobernador José Gómez Díaz para favorecer a los candidatos monárquicos. Con ocasión de la visita del Rey a La Coruña el 19 de agosto, publicó dos hojas volanderas.

En la primera, Ramón Pérez Costales a D. Amadeo de Saboya, elegido Rey de España por ciento noventa y un diputados de las Constituyentes, llamaba “extranjero” al Monarca y le recordaba que La Coruña era una ciudad republicana e históricamente “celosa de su españolismo”. En la segunda hoja, Un gobernador y un alcalde por dos cuartos, criticaba ante todo la actuación del alcalde republicano Federico Tapia durante la visita regia, lo que motivó la enemistad entre ambos políticos. Tras ser reelegido diputado en agosto de 1872, los obreros internacionalistas de La Coruña intentaron agredir y desprestigiar al popular “médico Costales”, con varios pasquines y el folleto El Zapatero y el Médico, lo que hizo que, sintiéndose un republicano honrado y redentor del pueblo trabajador, se plantease abandonar la política.

De voz simpática, Pérez Costales fue un orador conciso, fluido y elegante, tanto en los clubes como en los ateneos y las Cortes. Miembro de la Asamblea Nacional que proclamó la República el 11 de febrero de 1873, recobró sus ilusiones por el ideal federal y, tras ser votado primer comandante de los Voluntarios de la República de La Coruña, dio a la prensa la segunda parte de La Verdad a las aldeas en la campaña electoral de mayo. Elegido para las Constituyentes por el distrito de Carral, fue uno de los que más entusiasmo manifestó en el hemiciclo de las Cortes al proclamarse la República Federal el 7 de junio. Durante la presidencia del poder ejecutivo de Pi y Margall, fue ministro de Fomento durante tres semanas escasas, del 28 de junio al 18 de julio, reformando en ese tiempo la Facultad de Medicina de la Central, la Filosofía del bachillerato y el Instituto de La Coruña, que convirtió en provincial. Participó en los debates del proyecto constitucional, de la Ley de Redención de Foros (aprobada el 20 de agosto) y de otros referidos a Galicia (como el ferrocarril o el traspaso de las fortificaciones coruñesas pendientes de demoler al Ayuntamiento).

Fue uno de los diputados que firmaron el manifiesto contra el Gobierno Salmerón, por haber declarado piratas a los barcos cantonales (23 de julio), y que votaron contra la suspensión de las Cortes efectuada por el presidente Castelar, para salvaguardar el orden público, en septiembre de 1873.

Al restaurarse los Borbones, Pérez Costales se mantuvo un tiempo alejado de su ciudad adoptiva. Al volver a La Coruña, reemprendió su vida pública como médico e intensificó sus labores humanitarias, al construir y mantener con su cesantía de ministro una casa-escuela de párvulos, que regentaron las hermanas de la Caridad durante diecisiete años, y crear en ella un instituto de vacunación contra la viruela en 1882, que era gratuito para los hijos de las familias humildes. Desde 1881 trabajó por la reconstrucción del Partido Republicano Federal de Pi y Margall. A pesar de su credencial de ministro de la República, fue Segundo Moreno Barcia el que se hizo con la jefatura del partido en Galicia, de modo que él ocupó un lugar secundario en la organización: dejó de pertenecer al Consejo ejecutivo gallego en 1887 y su candidatura para el Consejo Federal resultó ampliamente derrotada al año siguiente. Sin embargo, su popularidad en La Coruña se mantuvo intacta, continuando en los comités local y provincial del Partido y desplegando una gran actividad como orador y conferenciante a finales de la década de 1880. Para entonces, había quedado viudo y contraído segundas nupcias con Delfina Bresson y Taibo (siendo su nieta María el fruto del matrimonio de su hijo natural, Modesto Castilla Casal, con la hija de su nueva esposa).

En ese tiempo reforzó su presencia en la vida cultural de la ciudad, ayudando a Emilia Pardo Bazán a fundar la Sociedad del Folklore Gallego (1883), de la que fue vicepresidente, y cultivando su afición por la literatura (poesías suyas habían aparecido en el almanaque El Herculino de 1869 o en El Heraldo Gallego de 1874), al publicar dos libros de poemas, El señor Juan, con prólogo de F. Lumbreras, y Perucho, con otro de Pardo Bazán, en el que cantaba las virtudes de la familia campesina y criticaba las quintas, más una breve obra teatral (1890). También fue protector del joven Pablo Picasso durante los años en que vivió en La Coruña (1891-1895), siendo retratado por el pintor malagueño. Tras la visita de Pi y Margall a Galicia, Pérez Costales se convirtió en uno de los principales impulsores de la Unión Republicana gallega, coalición republicana cuyo programa común se resumía en el lema “Democracia, República, Autonomía”, según el manifiesto A los republicanos gallegos que dio Pérez Costales en noviembre de 1892.

Al año siguiente, protagonizó la “resistencia gallega” abanderada por el alcalde José Soto y la Junta de Defensa coruñesa, con el apoyo de federalistas y regionalistas, contra el intento del Gobierno López Domínguez de suprimir la Capitanía General de La Coruña, siendo él el miembro de la Junta encargado de redactar el manifiesto A Galicia, en el que daba cuenta de la reivindicación del movimiento ciudadano y de su llamamiento al boicot fiscal, lo que le llevó a pasar por la cárcel en el verano de 1893. Tras conseguir que la Capitanía gallega no fuese trasladada a León (1894), Pérez Costales pasó en 1895 a residir en Málaga, desde donde criticó el “autoritarismo” de Pi y Margall en la IV Asamblea Federal (1896), que llevó a la ruptura del Partido, convirtiendo al federalismo en una opción muy minoritaria. Afectado por una parálisis que le obligaba a guardar reposo, regresó a La Coruña, donde pasó los últimos años de su vida alejado de la política, aunque fiel a sus ideales democráticorepublicanos, siendo nombrado presidente honorario de la Real Academia Gallega al crearse ésta en 1906.

En su profesión, tradujo la obra de J. A. H. Depaul, De la auscultación aplicada al arte de la obstetricia, dirigió el Boletín Oficial del Colegio de Médicos (1901) y presidió este Colegio (hasta 1895) y la Academia de Medicina y Cirugía de La Coruña. Conocido como el “médico de los pobres”, desarrolló a lo largo de su vida una importante labor filantrópica, y contribuyó en 1885 a la creación de la Cocina Económica Coruñesa, la cual llegó a presidir. Su entierro fue una gran manifestación popular, que encabezó la Corporación Municipal por haber sido fugaz concejal. La condesa de Pardo Bazán se inspiró en Pérez Costales para hacer un personaje de ficción, el intelectual y humanitario doctor Moragas de La piedra angular y otros relatos.

 

Obras de ~: La Verdad a las aldeas. Folleto republicano, La Coruña, Tipografía del Hospicio e Imprenta de Vicente Abad, 1869 y 1873, 2 vols.; Apuntes para la Historia. Folleto republicano, La Coruña, Librería y Encuadernación de Abad, 1869; Una visita a la Casa de Misericordia de La Coruña, La Coruña, Imprenta de la Viuda de Ares, 1871; El señor Juan. Poema en ocho cantos, La Coruña, Tipografía Galaica, 1883; Perucho.

Poema en seis cantos, La Coruña, Imprenta de José Miguez Peinó, 1887; La cocina económica. Apropósito dramático en un acto y en verso, La Coruña, Imprenta de Puga, 1890; Un dedo en la llaga, La Coruña, Imprenta de El Comercio, s. f.

 

Bibl.: A. M. Segovia, Figuras y figurones, t. II, Madrid, Astort, 1878, págs. 413-434; E. Rodríguez-Solís, Historia del Partido Republicano español, t. II, Madrid, Imprenta de F. Cao y D. del Val, 1893, págs. 608-609; R. Vieira Durán, Siluetas de las personalidades más salientes de Galicia, t. I, Vigo, M. Mariño, 1907, págs. 59-60; J. L. Bugallal y Marchesi, “Cuatro retratos y cuatro retratistas de D. Ramón Pérez Costales: Meléndez, Pardo Reguera, Picasso y Vaamonde”, en Boletín de la Real Academia Gallega, t. 27 (1956), págs. 24-58; J. R. Barreiro Fernández, Historia de la ciudad de La Coruña, La Coruña, La Voz de Galicia, 1986; J. M. Cuenca Toribio y S. Gallego Miranda, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998; J. L. Sampedro Escolar y F. Alos Merry del Val, 150 años del Ministerio de Fomento. Ministros de 1851 a 2001, Madrid, Ministerio de Fomento, 2001; A. Hernández Segura, “D. Ramón Pérez Costales: apuntes para un ensayo”, en El republicanismo coruñés en la historia, La Coruña, Ayuntamiento, 2001, págs. 207-214.

 

Gregorio de la Fuente Monge

 

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