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Abd Allah Ibn al-Sabbah al-Asbahi al-Andalusi

Biografía

Ibn al-Ṣabbāḥ al-Aṣbaḥī al-Andalusī al-Ḥāŷŷ, ʽAbd Allāh. ?, ú. t. s. XIV – ?, 1453 post. Predicador asceta, viajero por el mundo islámico.

Este personaje no aparece mencionado en ninguno de los repertorios biográficos conocidos hasta la fecha. Es el autor de un libro de viajes (o riḥla) titulado Niṣāb al-ajbār wa-taḏkirat al-ajyār (“Origen de los sucesos, recuerdo de los virtuosos”), obra de la que existe un unicum en la Biblioteca Nacional de Túnez. Lo que se conoce sobre su persona son las referencias que él mismo y el copista realizan en el Niṣāb, donde se reflejan detalles de una vida que se ha de entresacar de una narración realizada en forma de lecciones que ha ido impartiendo a lo largo de su vida y que se recogen en una obra.

De su familia cercana, menciona una vez a sus hijos como una carga económica, sin más detalles, y un dinero heredado legítimamente (ḥalāl), con el que realizó su viaje a La Meca. Enlaza su genealogía con la tribu de los qaḥṭāníes y la cabila de los ṣabbāḥíes del Yemen que entraron en la península Ibérica en el s. VIII con las primeras oleadas de musulmanes. Su nombre (ism) es ‘Abd Allāh; su línea de ascendientes (nasab) Ibn al-Ṣabbāḥ; la primera nisba, tribal, al-Aṣbaḥī; la segunda nisba, gentilicio, al-Andalusī; y el apodo o laqab, al-Ḥāŷŷ (“el Peregrino”). Tanto el ism, el nasab y su primera nisba están referidas continuamente en su riḥla. También su nuevo laqab, adquirido tras la realización de la peregrinación a La Meca. Sin embargo, se conoce su posible segunda nisba, al-Andalusī, por estar anotada tardíamente con grafito –y no tinta– por otra mano distinta al copista del manuscrito conservado.

Si bien es cierto que el Niṣāb no aclara explícitamente su lugar de origen, se le sitúa proveniente del levante de la península Ibérica, de un territorio de habla catalana (en general), pues esta era su lengua. Además, en su obra menciona reiteradamente Valencia y, sobre todo, Játiva, al realizar las comparaciones con ciudades del resto del mundo islámico a modo de ejemplo didáctico para los lectores/oyentes de sus lecciones. Marchará de esta zona para descubrir y dar a conocer al-Andalus, visitando primero Granada, y luego recorriendo el resto del mundo árabe islámico, realizando a la par la peregrinación a La Meca.

No dice cuándo ni cómo entró en el reino nazarí de Granada. Continuó una ruta terrestre por este reino, para cruzar el estrecho de Gibraltar hasta la Ceuta benimerín previa a 1415. Desde esta ciudad, seguiría vías terrestres, seguramente una de las dos rutas principales de peregrinos y de caravanas que partían desde el Magreb en época medieval, tomando Fez como punto inicial, y pasando por algunas de las paradas más importantes del camino. De hecho, el recorrido que lo llevó al norte de África tuvo que empezar antes del año 1411, pues a su paso por Tremecén nombra al último rey zayyāní, Abū ʽAbd Allāh Muḥammad b. Abī Ḥammū, quien gobernó hasta 1411. De esta ciudad también menciona la escuela de al-ʽUqbānī (720-811 H./1320-1408 e. C.). En Orán se contagió de sarna y padeció anemia, lo que le obligó a quedarse en esta localidad durante 2 años. Posteriormente, estuvo 30 días en Túnez, donde tomó la ruta comercial marítima –un barco de esclavos– hasta la Trípoli libia, permaneciendo ocho meses a la espera de una caravana. El trayecto realizado desde Trípoli a Alejandría fue terrestre, por toda la costa y desierto de la Cirenaica. Llegó a El Cairo (Miṣr) antes de 1421, y asistió a algunas sesiones del alfaquí y muftí ʽAbd al-Raḥmān b. ʽUmar b. Raslān al-Bulqīnī (m. 824 H./1421 e. C.). Desde El Cairo a La Meca, seguirá una vía terrestre que lo llevaría por la ruta de peregrinos de la costa occidental de la península Arábiga. Su paso por la zona del Ḥiŷāz y La Meca tuvo que ser aproximadamente en 1442, pues menciona el reinado de dos gobernantes de los Banū Rasūl de la región de Tihāma en ese año, al-Nāṣir Aḥmad y al-Afḍal Muḥammad.

Aprendió el Corán durante el año que permaneció en La Meca y desde ahí continuó su camino, pasando por Medina, hasta llegar a Jerusalén donde vivió 4 años antes de ir a Damasco, ciudad en la que se quedó 4 años más. Desde la antigua capital omeya viajó hasta el reino de los turcos y en Bursa permaneció otros 4 años, entre 1426 y 1453, alojado en la madrasa de Murād II (824-855 H. /1421-1451 e. C.), cuya fundación data de 1426. Desde esta urbe realizó una visita a la Constantinopla bizantina, que duró 15 días, y donde tuvo ocasión de conocer la iglesia de Santa Sofía, regentada por la iglesia ortodoxa.

Su periplo vital lo llevó hacia Bagdad. Pasó por Diyarbakir y residió un año en Samaminin Tepesi, una de las aldeas que se encuentran en las inmediaciones de esta ciudad. La marcha por el reino de los turcos hasta Bagdad debió ser tanto terrestre como fluvial, sobre el río Tigris. En esta ciudad permaneció 3 años.

Lo último conocido de este viajero asceta es que la redacción final de su obra la plasmó mientras disfrutaba de una edad que va entre los sesenta y los setenta años. Además, la realizó entre la toma de Constantinopla por los turcos otomanos, en 1453, y antes de 1455, pues Constantinopla ya pertenecía a los turcos en el momento de escribir su riḥla o relato de viaje, y además menciona a al-Qā’im bi-Amr Allāh Abū al-Baqā’ Ḥamza como califa de la dinastía abasí de Egipto, el cual ostentó ese título desde 1451 hasta 1455, siendo esta la referencia cronológica más tardía aportada en el Niṣāb. El viaje duró prácticamente toda su vida adulta, ya que dice estar en el exilio en el momento de la redacción de su obra y no se tiene constancia de que regresara a la península Ibérica.

El ḥāŷŷ ʽAbd Allāh tuvo una vida predicadora cuya obra es el ejemplo de su último “pregón” piadoso ofrecido a lectores y oyentes. Se movió en entornos propios de este tipo de viajeros y ascetas místicos: espacios viales públicos en los que existe un ir y venir de personas, como son las plazas de los mercados y los puertos, las cercanías de las mezquitas, de los santuarios y de tumbas de santones. Escenarios de pobres y de caridad, algunos de ellos propios de místicos, en los que, con sus sermones y lecciones de vida, buscaba su modo de manutención. Cuando este medio no era suficiente, se beneficiaba de la limosna que se ofrecía en ellos, como alimento y vestido para ascetas y necesitados. Y solo en una ocasión alude a un ambiguo trabajo manual para ganarse el sustento.

El Niṣāb es el viaje literario de un autor cuya prosa en lengua árabe destaca por dos niveles diferenciados en el léxico y sintaxis: por un lado, el de un registro elevado, donde destacan cultismos, los giros lingüísticos, el juego de palabras y un vocabulario más rico; por otro lado, el de una lengua cargada de incorrecciones gramaticales y de préstamos lingüísticos propios de los dialectos que iba conociendo a lo largo del mundo árabe. Estos dos niveles coinciden con los estilos usados por Ibn al-Ṣabbāḥ: uno directo y sencillo, que presenta descripciones más o menos detalladas de los lugares visitados y/o tiene conocimiento; y otro más oscuro y complicado, con el que el autor intenta alcanzar un tono literario distinguido, pero con el que incurre en numerosos errores gramaticales, uso incorrecto de los tiempos verbales, malas concordancias de género y número, etc.

La riḥla no se encuentra dividida en capítulos, sino que es un texto continuo de principio a fin. Su característica más notable es la oralidad que impregna la narración, que hará que la lectura de muchas partes del Niṣāb sea difícil y, a menudo, casi incomprensible. La vocalización de la copia conservada fue realizada por el copista posterior y no por la mano de Ibn al-Ṣabbāḥ.

La narración contiene una variada tipología de historias que muestran el bagaje cultural religioso, piadoso y popular que fue adquiriendo y que transmitirá a esos otros ascetas y oyentes-lectores. Entre ellas se encuentran: I. Las comprobadas por el propio Ibn al-Ṣabbāḥ, descripciones de las que da fe; II. Aquellas relacionadas con asuntos o anécdotas que le transmiten terceras personas, aprendidas en sus viajes, que pueden ser reales o ficticias; III. Historias recogidas en las obras que él mismo cita; y, IV. Las religiosas, extraídas de El Corán, los hadices y de otras interpretaciones exegéticas.

En su riḥla realizó además cinco diagramas o esquemas dibujados de los alrededores de La Meca, del santuario de La Meca o quibla, de la mezquita del profeta Muḥammad en Medina, de la mezquita de Hebrón y de al-Ḥaram al-Šarīf –explanada de las mezquitas– de Jerusalén.

Conocedor de grandes obras de la tradición clásica árabe, cita a Wahb b. Munabbih, del que menciona explícitamente su Kitāb al-Tiŷān fī mulūk Ḥimyar wa-l-Yaman a través seguramente de Abū Muḥammad ‘Abd al-Mālik b. Hišām (m. 218H./833 e. C.). Otro autor citado es Abū-l-Ḥassan ‘Alī b. al-Ḥusayn b. ‘Alī al-Mas‘ūdī (283-346 H./896-956 e. C.), del que tomará reiteradamente historias extraídas de su Murūŷ al-ḏahab wa-maʽādin al-ŷawhar. Señala a Ibn al-Ŷazzār (m. aprox. 395 H./1004-5 e. C.) y a ʽAbd al-Muhaymin al-Ḥaḍramī (676-749 H./1275-1348 e. C.). Continuas son las referencias al Ṣaḥīḥ de al-Bujārī y al Ṣaḥīḥ de Muslim b. al-Ḥaŷŷāŷ. Otros autores citados son al-Muṣ‘ab b. Marāšid al-Ḥimyarī y el historiador del sultán Barqūq, Ibn Duqmāq (750-809 H./1349-1407 e. C.). Y una larga nómina de sabios de su época y anteriores.

Así pues, Ibn al-Ṣabbāḥ fue un asceta viajero y autor del Niṣāb al-ajbār wa-taḏkirat al-ajyār, un viaje detallado de los territorios árabes y musulmanes en los que estuvo o sobre los que tuvo noticias. Referencias que plasmó a partir de unos apuntes de viaje y/o memorias de toda una vida ascética y en continuo movimiento, dando lugar a una riḥla ḥiŷāziyya y fī ṭalab al-‘ilm. Esta contendrá rasgos de obra autobiográfica, además de ser un libro de ʽaŷā’ib mirabilia, relato en parte guía geográfica e histórica, y encuadrable dentro de las obras piadosas de mudéjares y moriscos. Una producción intelectual que sirve de manual etnográfico de costumbres y modos de vida a modo de ejemplo, siendo un proyecto de transmisión de conocimientos islámicos para cualquier lector u oyente de la riḥla.

 

Obras de ~: Niṣāb al-ajbār wa-taḏkirat al-ajyār, Biblioteca Nacional de Túnez, ms. núm. reg. 2295 (M. Ibn Šarīfa [ed.], Ansāb al-ajbār wa-taḏkirat al-ajyār, Rabat, Dār Abī Raqrāq li-l-Ṭibāʽa wa-l-Našr, 2008; Ŷ. Šayja, Nisāb al-ajbār wa-taḏkirat al-ajyār, Tunis, 2011; A. Constán-Nava, Edición diplomática, traducción y estudio de la obra Nişāb al-ajbār wa-taḏkirat al-ajyār de Ibn al-Şabbāḥ (s. IX H./XV e.C.), tesis doctoral, Alicante, Universidad de Alicante, 2014).

 

Bibl.: F. Franco-Sánchez, “Los mudéjares, según la riḥla de Ibn aṣ-Ṣabbāḥ (m. después 895/1490)”, en Sharq Al-Andalus. Estudios Mudéjares y Moriscos, 12 (1995), págs. 375- 391; F. Franco-Sánchez, “El reino nazarí de Granada según un viajero mudéjar almeriense: Ibn aṣ-Ṣabbāḥ (m. después 895/1490)”, en Sharq al-Andalus. Estudios Mudéjares y Moriscos, 13 (1996), págs. 203-224; F. Franco-Sánchez, “Ibn al- Ṣabbāḥ, Abū ʽAbd Allāh”, en J. Lirola Delgado (dir. y ed.), vol. 5, Biblioteca de Al-Andalus, Almería, Fundación Ibn Tufayl, 2007, págs. 26-29; Ŷ. Šayja, “Nisāb al-ajbār wa-taḏkirat al-ajyār”, en Dirāsāt Andalusiyya. Revue des Études Andalouses, 45-46 (2011); A. Constán-Nava, “El mapa de Ḥaram al-Šarīf de Jerusalén en la obra de Ibn al-Ṣabbāḥ (s. XV): traducción, estudio e implicaciones”, en Anaquel de Estudios Árabes, 24 (2013), págs. 33-49; A. Constán-Nava, “Ficción cultural y política al servicio de la resistencia cultural mudéjar: la obra de Ibn al-Sabbah (s. XV)”, en M. E. Varela y G. Boto, Islam y cristiandad. Civilizaciones en el mundo medieval, Girona, Universidad de Girona, 2014, págs. 193-222; A. Constán-Nava, “La ilustración de la mezquita de Abraham (Hebrón) en el Niṣāb al-ajbār wa-taḏkirat al-ajyār de Ibn al-Ṣabbāḥ (s. XV)”, en eHumanista/IVITRA, 7 (2015), págs. 311-320; A. Constán-Nava, “Significación de los relatos de ʽağā’ib dentro de la riḥla de Ibn al-Ṣabbāḥ”, en eHumanista/IVITRA, 9 (2016), págs. 282-289.

 

Antonio Constán-Nava y Francisco Franco-Sánchez