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Jacinto Valledor y Presno

Biografía

Valledor y Presno, Jacinto. Presno, Castropol (Asturias), 15.I.1668 – El Burgo de Osma (Soria), 12.II.1730. Profesor, canónigo, canonista, obispo de Osma-Soria, maestrescuela de Salamanca, mecenas, consejero real.

Nacido en la parroquia de Santa Eulalia de Presno (Castropol), fue segundo hijo del matrimonio formado por el capitán Jacinto Valledor y Presno, señor de la casa solar de Presno, e Isabel del Busto y Lamas, de la casa de Quintalonga en Santalla de Vilaosende (Ribadeo).

Las primeras enseñanzas las recibió en su casa solar de Presno, y, ante la inesperada muerte de su padre, se trasladó a Salamanca con el objeto de seguir la carrera eclesiástica. Obtuvo el grado de bachiller en Cánones (1684) y se postuló para obtener beca de colegial en el Colegio Mayor de Santiago Zebedeo —llamado de Cuenca—, uno de los cuatro Colegios Mayores de Salamanca y el segundo por antigüedad, tras el de San Bartolomé. De acuerdo con los estatutos del colegio, comisionó, el de Cuenca, a Andrés Francisco Dóriga y Malleza, para que se trasladase a Asturias con objeto de hacer las imprescindibles informaciones sobre el linaje, sangre y costumbres del pretendiente. Después de largo y fatigoso viaje recorriendo los solares de sus ancestros —Presno (Castropol), Quintalonga (Ribadeo), Vega de Ribadeo (Vegadeo), San Martín del Valledor (Allande), Villar (El Franco), Navia— para practicar los correspondientes interrogatorios, y después de oir los testimonios y declaraciones de más de ochenta testigos, se desplazó a Oviedo (3 de marzo de 1685), en donde redactó la certificación correspondiente.

No fue hasta el 18 de enero de 1687, recién cumplidos los diecinueve años, cuando Jacinto Valledor fue electo colegial. Permaneció, durante los siguientes doce años: nueve como colegial y tres como huésped.

En este tiempo, hizo en las Escuelas de la Universidad de Salamanca tres “lecturas de extraordinario” (1689, 1690, 1691); fue rector de su Colegio (curso 1690- 1691); presidió cinco actos de conclusiones públicas (1690 a 1693); comisionado por capilla pasó a Andalucía (1694) para instruir las pruebas del aspirante a becario Juan Gamir y Portugal, natural de Jaén; fue sustituto en la Cátedra de Vísperas de Cánones (1696) y leyó tres lecciones de oposición (a la Cátedra de Prima, a la de Clementina, y a la beca).

El 30 de noviembre de 1699, tomó posesión del oficio de provisor, vicario general y gobernador del obispado de Segovia, por nombramiento del Balthasar de Mendoza y Sandoval, cargo que ejerció durante más de tres años, y disfrutó de una canonjía en la iglesia segoviana como mayordomo de Pitanzas (1701- 1702). Nombrado fiscal de la Inquisición de Cuenca, tomó posesión de la plaza el 22 de septiembre de 1703 y de la de inquisidor del mismo Tribunal el 1 de diciembre de 1705 —manteniendo al mismo tiempo la fiscalía— hasta el año de 1714. Durante esta época, disfrutó de casa vivienda en el palacio del Tribunal y una renta anual de 50.000 maravedís.

De continuo, había expresado su deseo de volver algún día a Salamanca. Así, aprovechando la vacante que se había producido en la Catedral salmanticense, se postuló a ella, consiguió que el Rey le presentase y el papa Clemente XI le nombró maestrescuela de la Iglesia de Salamanca (1717). Para ocupar este cargo, pasó a Salamanca, una vez obtenido el visto bueno y conformidad de la Suprema Inquisición, no sin antes visitar la Universidad de Santo Tomás, extramuros de Ávila, para recibir el grado de licenciado en Cánones (27 de octubre de 1717) y el de doctor (28 de octubre de 1717) en la propia Facultad. Tomó posesión e hizo el juramento acostumbrado el 6 de noviembre de 1717. Anejos a la dignidad de maestrescuela eran los títulos de canónico, cancelario y juez conservador de la Universidad, y consejero del Rey.

El 24 de octubre de 1722, Felipe V le propuso para obispo de Osma, cargo que fue aceptado por Valledor, desde Salamanca, el 31 del mismo mes. El último claustro en pleno de la Universidad a que asistió fue el 27 de noviembre de 1722 y en las actas de tal evento le titulan “Ilustrísimo Señor Doctor Don Jacinto Valledor y Presno, Obispo Cancelario”. Se despidió de Salamanca a finales de mayo, emprendiendo viaje a la Corte, para agradecer al Rey su nombramiento.

Desde allí, envió poderes al prior de Osma Andrés de Eslava y Ochoa, para que tomase posesión en su nombre, lo que éste ejecutó el 2 de junio de 1723. Aprovechó su estancia en Madrid para, a la edad de cincuenta y cinco años, consagrarse obispo en la Iglesia parroquial de San Martín, actuando de consagrante Juan de Camargo, obispo de Pamplona e inquisidor general, y asistentes los obispos de Larén y de Sión. Unos días más tarde, como asistente y en compañía del citado obispo de Larén, estuvo presente en la consagración, en la iglesia de San Cayetano, de Francisco Antonio Escandón como prelado de la ciudad de Concepción (Chile). Después de varios aplazamientos por motivos de salud, al fin se trasladó a Osma, realizando su entrada en el Burgo y acudiendo a la Catedral, en donde prestó el acostumbrado juramento el 17 de noviembre de 1723.

Con motivo de la renuncia a la Corona de Felipe V el 10 de enero de 1724 a favor de su hijo Luis I, aclamado Rey cinco días después en el Real Sitio de San Lorenzo, Jacinto Valledor se trasladó a Madrid para celebrar con el Cabildo la aclamación, con una función de Iglesia.

El papa Benedicto XIII le pidió que formase procedimiento incoativo, o “ne pereant probationes” (para que no se pierdan las pruebas) en el proceso de beatificación (1727) del “Venerable Palafox” (obispo Juan de Palafox y Mendoza), pero murió antes de concluir la causa. Hombre de firme carácter y caballeroso en sus acciones, Valledor siempre demostró una gran admiración por la vida y obra del “Venerable” que inspiró su forma de vivir, practicó con holgura la hospitalidad y la beneficencia; su religiosidad era manifiesta pues con asiduidad acudía a los oficios divinos que se celebraban en la Iglesia. Desprendido en sus bienes, lo demuestra la dotación que hizo de 100.000 reales para la reedificación de la torre principal de la iglesia catedral por escritura de 29 de octubre de 1729 y el legado de su valiosa vajilla de plata a favor del Hospital de enfermos de San Agustín.

Mecenas y filántropo, Valedor antes de su prematura muerte, dejó disposición verbal y dotación económica a su sobrino Frey Gonzalo Valledor y Trelles, caballero del hábito de San Juan, comendador de Villaescusa y bailío del Santo Sepulcro, para la fundación de una escuela de primeras letras y un Seminario de Latinidad en su tierra natal, el cual ante su continuada ausencia por obligaciones de sus cargos, delegó a su vez y nombró patrono a su sobrino García Francisco Valledor y Presno —XIV poseedor de la casa de Presno— y sus descendientes, otorgando éste escritura fundacional el 5 de abril de 1742 para la creación de la escuela primaria en el lugar de Presno y la de Latinidad en la Vega de Ribadeo (1742). Fallecido el patrono, su heredero logró convencer a frey Gonzalo —que a la sazón vivía en Ribadeo— para que modificase los términos e hiciese nueva fundación, lo que provocó la destrucción de las escuelas (1765). Años más tarde, García Ramón Valledor y Presno —XVI poseedor de la Casa— reorganizó la obra pía del prelado, mejorándola con donativos propios, trasladó la escuela de primaria de Presno a la Vega de Ribadeo, ratificó el establecimiento de la escuela de Latinidad, contrató para la dirección de la institución a Ramón Fernández Reguero (1811) al tiempo que se amplió el Seminario con una Cátedra de Agricultura. Disfrutó así la obra de una época de esplendor hasta el aciago año de 1822 en que falleció García Ramón y su sucesor abandonó sus obligaciones.

En los años sucesivos, se produjo un paulatino declive que provocó el cierre de las aulas del “Seminario de Educación”, pese a los infructuosos esfuerzos que hicieron por personas e instituciones para evitarlo. En 1840, el Ayuntamiento de la Vega de Ribadeo ordenó al secretario que tomase “cuenta y razón de las máquinas y utensilios que se hallan en el establecimiento de Agricultura fundado por Real Orden”, quizá con la esperanza, nunca cumplida, de volverlas a utilizar.

La muerte le sobrevino a Jacinto Valledor en Osma el 12 de febrero de 1730. Fue sepultado pasados tres días, según era costumbre, en la capilla mayor al lado del Evangelio, cubriendo su sepultura una lápida de jaspe morado en donde se puede leer el siguiente epitafio: “Aquí yace el Ilustrísimo Señor D. Jacinto Valledor y Presno, Maestrescuela de la Santa Iglesia de Salamanca y Obispo de esta de Osma. Fallecio en XII de febrero año de MDCCXXX”.

Sus armas fueron: escudo irregular partido en siete cuarteles. Primero, sobre oro, un árbol de sinople.

Segundo, sobre oro o plata, un hombre armado con lanza y rallón. Tercero, sobre azur, una lis surmontada de estrella de plata de seis rayos. Cuarto, sobre oro, tres lobos de sable. Quinto, sobre oro o plata, un castillo natural surmontado el homenaje de un águila de sable explayada. Sexto, sobre oro, una olla de sable con sus lares y a su lado un soldado capitán, que la está cuidando con bandera al lado. Séptimo, que está a la barba del escudo, sobre oro o plata, un castillo natural guarnecido de hombres armados con ballestas, defendiéndole de los que lo pretenden asaltar, dos a la diestra, uno armado y otro tendido, y otros dos a la siniestra con banderas al hombro.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Diocesano de Oviedo, Libro I de bautizados de la parroquia de Santa Eulalia de Presno, 1660; Archivo Histórico Nacional, Pruebas para oficio, Inquisición, leg. 1497, n.º 8; San Juan, 23634 y 23635; Archivo Histórico de la Universidad de Salamanca, Pruebas de hidalguía y limpieza de Don Jacinto Valledor y Presno; Pruebas de hidalguía y limpieza de Don García Valledor y Presno; Libro de Claustros, 1717-1718; Libro de Matrícula, 1687-1699; Libro de probanzas de conclusiones, lecturas y otros actos. 1683-1700; Archivo Histórico Diocesano de Osma-Soria, Actas Capitulares de Osma, 1723- 1732; Archivo Catedralicio de Salamanca, Actas Capitulares de Salamanca, 1715-1720; Archivo Catedralicio de Segovia, Actas Capitulares de Segovia, 1699-1704; Archivo Histórico Municpal de Vegadeo, Fondos documentales manuscritos.

J. Loperráez Corvalán, Descripción histórica del Obispado de Osma con el catálogo de sus prelados, t. I, Madrid, Imprenta Real, 1788; A. Palacio, “Episcopologio de Osma”, en Boletín Oficial del Obispado de Osma, t. VI (1879); V. Núñez Marqués, Guía de la S. I. Catedral del Burgo de Osma y breve historia del Obispado de Osma, Madrid, 1949; A. Cotarelo Valledor, El seminario de educación de la Vega de Ribadeo hoy Vegadeo, Madrid, 1950.

 

Juan José Pardo y Pérez-Sanjulián

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