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Modesta Moro Briz

Biografía

Moro Briz, Modesta. Sor Rosalía. Santibáñez de Béjar (Salamanca), 11.VI.1901 – Kilómetro 6 carretera de Toledo (Madrid), 31.X.1936. Hija de la Caridad (HC), educadora, enfermera, mártir en la Guerra Civil Española.

Su padre era el maestro de Santibáñez. Fue la pequeña de seis hermanos, tres de ellos fueron religiosos, dos mártires en la Guerra Civil Española (José Máximo y Modesta) y otro, Santos, llegó a ser obispo de la diócesis de Ávila (1935-1968).

Ella desde pequeña vivió en un ambiente muy religioso.

Como su hermano Santos estaba de sacerdote en Ávila, su padre la envió a estudiar al Colegio de la Milagrosa, regentado por las Hijas de la Caridad.

Allí cursó los estudios de Magisterio. Conoció a sor María Heredia, hija de la Caridad, a quien admiraba, y decidió ingresar en la Orden. Hizo la prueba de admisión en el Hospital del Niño Jesús de Madrid.

Pasado el postulado, pasó al Seminario de la calle Martínez Campos (23 de diciembre de 1922). Allí empezó a llamarse sor Rosalía. Su primer destino fue el Colegio de San José de Santander, pero por su falta de salud sólo estuvo unos meses. La trasladaron a Cartagena, al Colegio Patronato del Sagrado Corazón de Jesús, donde se dedicó a la educación de las niñas. Los primeros votos los hizo el día de la Inmaculada en 1927 y su misión educadora duró ocho años. En 1931 fue destinada a Madrid, a la casa de Salud de Santa Cristina, le asignaron el servicio de farmacia por razones de salud, pero, una vez recuperada, servía a los pobres. A veces pasó temporadas en el Hospital y Colegio Tavera de Toledo.

El 21 de julio el Gobierno de la República ordenó la expulsión de los religiosos de todos los centros del Estado. Las religiosas se dirigieron hacia la casa central de la calle Martínez Campos, puesta al amparo de la Cruz Roja y de Francia. Vivieron en clandestinidad total, celebrando la eucaristía con poca luz y en voz baja, ya que la casa figuraba como hospital, sin comunidad religiosa. El 11 de septiembre uno de los enfermos las denunció e intentaron hacer un registro pero necesitaban el permiso del cónsul francés, ya que allí tenían la bandera francesa. Allí ya no podían estar todas y sor Modesta y sor Pilar se ofrecieron voluntarias para ser las primeras en salir, conscientes del peligro que corrían; fueron a un hostal de la calle del Prado, donde ya había varias personas escondidas. Al acercarse la festividad de los santos sor Modesta pidió permiso para celebrar con su hermano Santos la eucaristía. Al intentar partir de nuevo a Martínez Campos, las hermanas se encontraron con un miliciano de izquierdas que estaba deteniendo al portero y a otro vecino, y, al verlas, les preguntó quiénes eran, y sor Modesta, contestó “somos Hijas de la Caridad…”. Esto bastó para que se las llevasen. Sor Modesta llevaba encima la fotografía de Santos, su hermano. Apenas estuvieron detenidas unas horas en la checa. Esa misma noche fueron fusiladas en el kilómetro 6 de la carretera de Toledo.

Madrid se liberó el 28 de marzo de 1939, pero hasta octubre no se tuvieron noticias de sor Modesta y sor Isabel. Sus cuerpos no fueron encontrados.

 

Bibl.: B. Jiménez Duque, Don Santos Moro Briz, Ávila, Institución Gran Duque de Alba, 1993, págs. 10 y 20; Sor Matilde de Inés Vicente, Amor que vence a la muerte: Sor Adoración Cortés Bueno y catorce compañeras Hijas de la Caridad testigos de la fe hoy martirizadas en Madrid (1936-1937), Santa Marta de Tormes (Salamanca), Ceme, 2004, págs. 280, 309 y 335-339.

 

MARÍA INMACULADA SÁNCHEZ HERNÁNDEZ

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