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Indíbil

Biografía

Indíbil. Lérida, s. t. s. III - ?, 205 a. C. Caudillo ilergete.

A este caudillo ilergete, las fuentes antiguas le llamaron Rey. Actuó en la campaña de su hermano Mandonio. Era el jefe de los ilergetes y desempeñó un papel importante en Hispania durante la Segunda Guerra Púnica. Se le menciona por vez primera en al año 218 a. C., como reyezuelo del interior, que se distinguía por su adhesión a las cartagineses. Cayó prisionero de Cneo Cornelio Escipión. Expuso al general romano las injurias y afrentas que había recibido.

Concertó un tratado con P. Cornelio Escipión, cuyas condiciones eran que seguirían a los generales de los romanos, obedecerían sus órdenes y marcharían contra Asdrúbal juntos. En el año 217 a. C., Indíbil, en compañía de su hermano, una vez que los romanos se retiraron de la sierra de Cástulo, devastó los campos de los aliados de Roma. Fueron vencidos los dos caudillos ilergetes.

En el año 211 a. C., el general romano P. Escipión temía la llegada de Indíbil si con siete mil mesetanos se unían a los cartagineses. Por la derrota de los Escipiones, en el año 211 a. C., Indíbil volvió a ser dueño del país situado al norte del Ebro. Asdrúbal exigió una fuerte suma de plata a Indíbil. Polibio puntualiza que era el más fiel aliado de los cartagineses. Por su fidelidad, prefirió ser arrojado de su reino, antes que traicionar a su fidelidad y a los que le restablecieron en el trono. Como Indíbil retrasase la entrega de la suma de plata solicitada, fiado en su antigua amistad con los cartagineses, Asdrúbal lo calumnió y le obligó a entregar a sus hijas como rehenes. Las hijas fueron conducidas a Cartagena. Al caer esta ciudad, en el año 209 a. C., en poder de P. Cornelio Escipión, el general romano las trató con gran consideración.

Movido por este trato, Indíbil y su hermano, Mandonio, se pasaron a P. Cornelio Escipión. En el año 208 a. C., Indíbil dio al general romano el título de rey, siendo la primera vez que se proclamaba rey a un general romano. En el año 206 a. C., Indíbil y Mandonio aspiraban al control de gran parte de Hispania, cuando fueron expulsados los cartagineses. Levantado su pueblo y excitando a la juventud de los celtíberos, saquearon los campos de los sedetanos, aliados de Roma. La traición de los ilergetes vino motivada por contraer P. Cornelio Escipión una grave enfermedad.

Cuando se supo que el general romano vivía, Indíbil y Mandonio volvieron a su país y abandonaron el intento.

Durante algún tiempo los hermanos permanecieron tranquilos. Cuando se conoció el suplicio al que serían condenados, llamaron a sus súbditos a las armas. Se reunieron en territorio de los sedetanos y se pusieron en marcha con veinte mil infantes y dos mil quinientos jinetes. Perdida la batalla, Indíbil envió a Mandonio a parlamentar con P. Cornelio Escipión, que le perdonó. Sólo se le impuso un tributo para pagar el estipendio de los soldados.

En el año 205 a. C. estalló una guerra feroz entre los ausetanos, los ilergetas y otros pueblos contra el ejército romano. El ejército reunido alcanzó hasta treinta mil infantes y casi cuatro mil jinetes, que se reunieron en territorio ausetano. La causa de esta guerra fue el desprecio que sentía Indíbil por los generales romanos, una vez que P. Cornelio Escipión había marchado a Roma. Indíbil era un gran admirador del general romano. Indíbil luchó valerosamente. Se lanzó contra el enemigo al frente de la infantería. Herido y medio muerto, resistió hasta que, finalmente, fue atravesado por dardos.

El nombre del caudillo ilergete Indíbil tiene variantes: Andobales, Indebilis, Indibilis e Indibolis.

Durante la Segunda Guerra Púnica fue el caudillo indígena más importante de Hispania que participó en la contienda en ambos bandos. Aspiró a controlar los pueblos situados al norte del Ebro. El nombre es una formación híbrida, indoeuropea-ibera.

 

Bibl.: A. Schulten, Fontes Hispaniae Antiquae. III. Las guerras de 237-154 a. de J. C., Barcelona, Librería de A. Bosch, 1935, págs. 55, 57, 89, 90, 92, 112, 113, 122, 153 y 166; M. L. Albertos, La onomástica personal primitiva de Hispania tarraconense y bética, Salamanca, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Antonio de Nebrija, 1966, págs. 124-125; A. Montenegro, Historia de España. II.1. España Romana (218 a. de J. C.-414 a. de J. C.), Madrid, Espasa Calpe, 1982, págs. 16, 23, 29-30, 36, 47-48 y 54; J. M.ª Blázquez, “Los ilergetes en el cuadro de los restantes pueblos iberos durante la Segunda Guerra Púnica”, en Prehistòria i. Arqueologia de la Conca del Segre, Sabadell, Gráficas Unión, 1988, págs. 201-206.

 

José María Blázquez

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