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José Eusebio Llano Zapata

Biografía

Llano Zapata, José Eusebio. Lima (Perú), 1721 – Cádiz, 1780. Polígrafo, historiador y literato peruano.

Nació en Lima aproximadamente en 1721. Fue hijo natural del presbítero Diego de Llano Zapata y de Francisca del Cid, siendo su padre a su vez hijo ilegítimo del regidor limeño Pedro de Llano Zapata. Sus primeros biógrafos sostuvieron que José Eusebio fue un mestizo de formación autodidacta. Hoy se sabe que en realidad estudió sus primeras letras en el colegio regentado por los franciscanos de San Buenaventura de Guadalupe en Lima en donde estudió Latín, Filosofía y Teología. Más adelante, su educación pasaría al cuidado de los jesuitas José Ignacio de Vargas y Alonso de la Cueva Ponce de León, quienes le inculcaron la afición por el conocimiento del Latín, Griego y Francés, así como la lectura de textos clásicos y obras de Historia. Sus primeros conocimientos de Física Experimental le fueron impartidos por el catedrático de la Universidad de San Marcos, Hipólito Bueno de la Rosa, aunque sus biógrafos coinciden en que no cursó ningún tipo de vínculo con dicha institución.

Félix Álvarez Brun demostró que en 1737 Llano Zapata contrajo matrimonio con Baltasara Jiménez Esquivel, cuya rama materna descendía de la antigua nobleza inca y con la que no tuvo hijos. Su temprana admiración por el polígrafo limeño Pedro de Peralta y Barnuevo le condujo a imitarle con diversas obras recargadas de erudición. Mientras residió en Lima, llegó a publicar una serie de impresos bajo el auspicio de los virreyes marqués de Villagarcía (1736-1745) y conde de Superunda (1745-1761).

Entre sus principales títulos de juventud, estuvieron una disertación sobre el origen y naturaleza de los cometas, la traducción del latín del tratado sobre la salud del jesuita Leonardo Lessio, una pormenorizada descripción sobre la meteorología de Lima entre el 1 de marzo y el 28 de octubre de 1747, la amplia reseña del auto de fe particular de 1749 y un relato pormenorizado de las secuelas del terremoto que destruyó Lima y Callao el 28 de octubre de 1746. Este último trabajo fue citado en 1752 en la prestigiosa revista Memoir pour l’Histoire des Sciences y des Beaux Arts, que se publicaba en Trevoux (Francia), para rebatir la historia de los terremotos del Perú escrita por un tal Mr. Hales. Su línea de pensamiento durante esta etapa inicial de su producción literaria y científica se muestra ortodoxamente fiel al escolasticismo que le impartieron sus preceptores jesuitas, aunque se dejan traslucir también tímidas simpatías hacia el humanismo. No obstante esta temprana muestra de su talento, Llano Zapata no obtuvo ningún empleo público de relieve. Sólo se sabe que desempeñó ocasionalmente diversos oficios secundarios y eventuales, como profesor particular de Letras Humanas y de Griego, preceptor de Latinidad, maestro de Retórica y examinador de maestros de Gramática.

Llano Zapata se marchó definitivamente de Perú en 1750 con el propósito de probar fortuna en España.

El Mercurio Peruano del 26 de mayo de 1791 en una breve nota dedicada a recordar su personalidad y trayectoria afirmó que éste “se vio obligado a irse a Cádiz en búsqueda de la honrada subsistencia que le negaba este país”. Álvarez Brun sospecha con fundamento que los motivos de su marcha están vinculados con su origen ilegítimo que le incapacitaba para ascender socialmente dentro del restrictivo y selecto mundo cortesano limeño. Antes de arribar a su destino final, hizo un recorrido de cinco años por Santiago de Chile, Buenos Aires, Montevideo y Río de Janeiro, lugares en donde recopiló libros e información de campo que le iban a ser vitales para dar curso a su nuevo proyecto literario. En Río de Janeiro, se embarcó a mediados de 1755 hacia su destino final en Cádiz. Tras arribar e instalarse en esta ciudad portuaria, concibió en 1757 el primer tomo de las Memorias histórico-físicas crítico-apologéticas de la América Meridional.

Este escrito era una extensa historia natural de la América del Sur proyectada en cuatro tomos, dedicados respectivamente a los reinos mineral, vegetal, animal y a la descripción de los ríos de la cuenca amazónica, con el que aspiró a obtener el favor real de la Corona para su edición y difusión en España.

La confianza en que esta obra sería de utilidad pública para la Corona le condujo a exigir el puesto en la Administración indiana que se le había negado en Perú. Convencido de que su talento intelectual bastaba para lograr el reconocimiento social y económico, su aspiración fue ser nombrado comisario de Marina en Cádiz. El ministro de Marina e Indias, el bailío Julián de Arriaga, fue su valedor ante la Corte y fue el encargado de recomendar a la Corte la edición de las Memorias. Sin embargo, por una serie de circunstancias adversas relacionadas con la nueva forma de escribir la historia de América que impulsaban las instituciones indianas, Llano Zapata no logró su objetivo de obtener el favor real para su obra ni accedió al empleo solicitado. No obstante recibir un informe favorable de los miembros de la Real Academia de la Historia, el Consejo de Indias se opuso a la edición de las Memorias al expresar en un detallado informe el fiscal Manuel Pablo de Salcedo su desacuerdo con la metodología y el estilo empleado. También opinó en contra de la publicación de esta obra el marino y científico Jorge Juan. Las Memorias nunca llegaron a publicarse en vida del autor y hubo que esperar hasta 1904 para que el primer tomo fuera publicado por Ricardo Palma en Lima.

El sustento económico de Llano Zapata en la capital gaditana corrió por cuenta de algunos mecenas locales, como el comisario de Marina Luis Milhau, al que conoció no bien arribó a Cádiz, y, tras la muerte de éste ocurrida en 1758, por el súbdito flamenco Jacobo Phillips y Casaur, yerno de Milhau, quien se encargó de ofrecerle en su domicilio una habitación y un despacho para escribir. Llano Zapata nunca visitó Madrid ni se integró en los más renombrados círculos ilustrados de Andalucía a pesar de mantener correspondencia con algunos de sus miembros más connotados. Son bastante conocidas las cartas que dirigió a renombrados personajes de la vida intelectual española, como Gregorio Mayans y Siscar y Benito Jerónimo Feijoo.

El primero le respondió en una extensa carta que fue incluida en el Preliminar y Cartas a las Memorias histórico- físicas crítico-apologéticas que se publicó en Cádiz en 1758 y que tuvo una reimpresión ampliada en 1759. De los escasos datos históricos que se tiene acerca de su trayectoria en la ciudad gaditana merece destacar la obtención de algunos ingresos económicos procedentes de Lima de parte de sus amigos más íntimos y de algunas corporaciones que le pidieron actuar como su representante en España. Con parte de este dinero pudo financiarse un viaje a Londres y Lisboa, ciudades en donde adquirió obras incluso prohibidas por la Inquisición en España que le permitieron engrosar su biblioteca, que llegó a superar los mil libros.

El proceso de maduración intelectual de este escritor peruano se corresponde con la de un ilustrado católico. Entendido así, este personaje no puede ser visto como un intelectual “afrancesado” ni como un imitador de las modernas corrientes racionalistas de su tiempo. Por el contrario, su actitud se corresponde con la del humanista que procuró en todo momento conciliar su irrenunciable convicción religiosa con un razonamiento fundamentado en la actitud crítica, el rechazo al fanatismo religioso y el uso del método experimental.

El pensamiento de Llano Zapata se asemejó al de los llamados “novatores”, término con el que se identificó en España al grupo de médicos, matemáticos y filósofos naturales cuya apertura a las novedades de la ciencia a fines del siglo xvii no estuvo reñida con la defensa de su fe religiosa. Este tránsito en su manera de pensar se corresponde con su progresivo alejamiento de los jesuitas y de su doctrina escolástica, que confiesa a sus amistades más íntimas en sus cartas privadas.

La producción literaria de este escritor durante su residencia en Cádiz no es menos valiosa. Publicó en 1763 y 1764 dos pequeñas obras en las que compiló parte de su correspondencia con connotados hombres de letras de España y América y a la que puso por título Cartas histórico-crítico-juiciosas. En el segundo tomo se halla la carta que dirigiera al ex rector de la Universidad de San Marcos Juan José Marín de Bóveda en la que formuló su plan para el establecimiento de una biblioteca pública en Lima. También fue partidario de que en Perú se constituyera una Academia de Ciencias para promover tal tipo de estudios. En otro breve folleto publicado en 1768 como Carta persuasiva al Señor Don Ignacio de Escandón, animó a este personaje a escribir la historia literaria de la América Meridional, utilizando fuentes extraídas de los archivos particulares y públicos de su patria. Por último, en 1766, comenzó a confeccionar un compendio de historia civil y general de Perú a la que puso el título provisional de Cronología histórico-náutica de todo lo acaecido en las costas de ambas Américas desde su descubrimiento hasta estos últimos tiempos. José de la Riva Agüero y José Torre Revello dieron cuenta del importante significado de este manuscrito para la historia de la historiografía americana. Dado por perdido por los historiadores, hoy ha sido identificado como Epítome cronológico o idea general del Perú.

Llano Zapata creyó tener una nueva oportunidad para intentar la edición de sus Memorias y de paso obtener un empleo cuando José de Gálvez asumió el cargo de ministro de Indias en 1776. Para lograr ese objetivo, se dirigió a esta autoridad en 1778 y le ofreció el manuscrito inédito de Antonio de León Pinelo, El Paraíso en el Nuevo Mundo (1650), para que fuera copiado y formara parte de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid. En retribución, Gálvez le prometió a principios de 1780 un puesto en la Administración limeña, pero Llano Zapata fallecía ese mismo año en Cádiz. Sus restos fueron sepultados en esta ciudad.

 

Obras de ~: Resolución en consulta sobre la irregularidad de las terminaciones Exiet y Transiet, halladas en los capítulos sexto de Judith y cincuenta y uno de Isaías, siendo según reglas de latinidad ser Exhibit y Transibi, Lima, 1743; Higiasticon o verdadero modo de conservar la salud, traducido del idioma latino al castellano, Lima, 1744; Resolución físico-matemática sobre la formación de los cometicos cuerpos y efectos que causan sus impresiones, Lima, 1744; Observación diaria critico-histórico-meteorológica, contiene todo lo acaecido en Lima, desde primero de marzo de 1747 hasta 28 de Octubre del mismo. Y se da la historia de las santas imágenes patronas de los temblores que se veneran en esta Corte, Lima, 1748; Carta o diario que escribió D. J. Eusebio de Llano y Zapata a su más venerado amigo y docto corresponsal el Dr. D. Ignacio Chiriboga y Daza, canónigo de la Santa Iglesia de Quito en que con la mayor verdad y crítica más segura le da cuenta de todo lo acaecido en esta capital del Perú desde el viernes 28 de octubre de 1746 cuando experimentó su mayor ruina con el grande movimiento de tierra que padeció a las diez y media de la noche del mencionado día, hasta 16 de febrero de 1747, Madrid, 1748; Respuesta dada al Rey nuestro señor D. Fernando el Sexto, sobre una pregunta que S.M. hizo a un Matemático, y experimentado en las tierras de Lima, sobre el Terremoto, acaecido en el día primero de Noviembre de 1755, Sevilla, 1756; Preliminar y Cartas a las Memorias histórico-físicas crítico-apologéticas, Cádiz, 1758; Breve colección de cartas histórico, crítico juiciosas que saca a luz y dedica al M. Ilustre Señor Doctor Don Joseph Perfecto de Salas, Sevilla, 1763; Breve colección de varias cartas histórico crítico-juiciosas que saca a luz y dedica al Sr. Dr. Don Joseph Morales de Aramburú y Montero, Cádiz, 1764; Carta persuasiva al Señor Don Ignacio de Escandon, sobre asunto de escribir la historia literaria de la América Meridional, Cádiz, 1768; Memorias histórico-físicas-apologéticas de la América Meridional que a la majestad del señor don Carlos III dedica ~, ed. de R. Palma, Lima, Imprenta y Librería de San Pedro, 1904; Epitome cronológico o idea general del Perú, ed. de V. Peralta Ruiz, Madrid, 2004.

 

Bibl.: J. de la Riva Agüero, La Historia en el Perú, Lima, 1910; M. de Mendiburu, Diccionario histórico biográfico del Perú, vol. VII, Lima, 1933, págs. 132-138; J. Torre Revello, “Noticia sobre José Eusebio de Llano Zapata, historiador peruano del siglo xviii”, en Revista de Historia de América, 13 (1941), págs. 5-39; A. Almeyda, “Cartas de don José Eusebio de Llano Zapata a don José Perfecto de Salas”, en Revista Chilena de Historia y Geografía, 100 (1942), págs. 160-238; F. Schwab, “Las ‘obras varias’ de José Eusebio de Llano Zapata”, en Boletín Bibliográfico de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, XIX, 3-4 (1946), págs. 309-319; A. Gerbi, Viejas polémicas sobre el Nuevo Mundo, Lima, 1946; F. Álvarez Brun, Vida y obra de José Eusebio de Llano y Zapata, Lima, 1958; “José Eusebio de Llano Zapata”, en Nueva Coronica. Órgano del Departamento de Historia, 1 (1963), págs. 43-47; J. T. Medina, Biblioteca Hispano-Americana, 1493-1810, t. IV, Amsterdam, 1968; V. Peralta Ruiz, “Los extranjeros en España e Indias según el ilustrado peruano José Eusebio Llano Zapata (1756-1770)”, en M. B. Villar García y P. Pezzi Cristóbal (eds.), Los Extranjeros en la España Moderna, II (2003), págs. 595-606.

 

Víctor Peralta Ruiz