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Francisco Javier Fernández de Córdoba y Cueva

Biografía

Fernández de Córdoba y Cueva, Francisco Javier. Córdoba, 1.IX.1723 − 16.II.1796. Abad, deán de Córdoba, teólogo, canónigo, benefactor.

Segundo hijo de Francisco de Borja Fernández de Córdoba Ponce de León, I marqués de la Puebla de los Infantes, y de su segunda esposa, Bernarda Fernández de Córdoba y Cueva, hija del conde de Torres Cabrera, fue bautizado por Marcelino Siuri, obispo de Córdoba, el sábado 4 de septiembre de 1723, actuando su abuelo materno como padrino.

Desde muy joven fue destinado a la carrera eclesiástica, siendo nombrado, por Bula de Clemente XII de 3 de mayo de 1738, coadjutor en el canonicato de José Siuri, sobrino del antiguo obispo. Durante los quince años siguientes se fue ordenando hasta alcanzar el presbiterado y realizó sus estudios universitarios, doctorándose en Cánones y Teología por la Universidad de Osuna. El 12 de mayo de 1753 tomó posesión del deanato de Córdoba tras haber resignado a su favor Pedro de Cabrera y Cárdenas. Ostentó la máxima dignidad post pontificalem de la diócesis hasta su muerte, a la vez que iba acumulando a lo largo de su vida otros beneficios eclesiásticos: dos capellanías en la capilla de la Resurrección de la catedral de Córdoba, una en el Hospital de Jesús Nazareno, otra en el convento de Trinitarios descalzos de la ciudad, etc. El 16 de marzo de 1756 tomó posesión del obispado en nombre de Martín de Barcia.

A la muerte de José Siuri y después de más de dos décadas como coadjutor, entró en la posesión en propiedad del canonicato el 11 de enero de 1760.

Nombrado uno de los primeros caballeros pensionados de la Orden de Carlos III el 31 de mayo de 1772, en la tarde del 2 de junio de ese mismo año tomó posesión del obispado en nombre de Francisco Garrido. El 30 de marzo de 1777 fue nombrado por Carlos III sumiller de cortina, por lo que viajó a la Corte para prestar juramento y ver al Monarca. Asimismo, en 1782 recibió los nombramientos de abad de Oñate y de Rute. De hecho, fue el último abad de esta magna capellanía cordobesa fundada por el III conde de Cabra.

El deán Francisco Javier Fernández de Córdoba fue sin duda uno de los más destacados ejemplos del alto clero ilustrado de la Córdoba de fines del siglo xviii, coincidiendo en sus últimos años con el obispo Antonio Caballero y Góngora, de quien fue provisor y vicario general y con quien mantuvo buenas relaciones e ideas afines. Se destacó especialmente por su labor en fomento de la educación. Fue promotor de la fundación del Colegio del Santo Ángel por el cabildo catedralicio para enseñanza de los niños de coro, fundador de una escuela pública para niñas pobres, así como patrono y administrador del Colegio de Santa Victoria, que inauguró y dotó de constituciones. Su obra más señalada, no obstante, fue la fundación, el 18 de agosto de 1791, de las Reales Escuelas Pías de la Inmaculada Concepción, como centro gratuito de primera enseñanza, para lo cual Carlos III le concedió, en 1787, el edificio del antiguo Colegio de Santa Catalina, abandonado tras la expulsión de los jesuitas.

Su propósito último, que no llegó a cumplirse, era la creación de una escuela en cada parroquia, además de una academia de dibujo.

Murió en Córdoba, en la madrugada del martes 16 de febrero de 1796, y su cuerpo fue sepultado al día siguiente en la catedral, delante de la capilla de Nuestra Señora de Villaviciosa, imagen a la que tuvo especial devoción mientras vivió.

 

Fuentes y bibl.: Archivo de la catedral de Córdoba, Actas Capitulares, t. 94, fol. 238v.; Autos, caja 2; Limpieza de Sangre, leg. 5053; Archivo Histórico Provincial de Córdoba, leg. 15983-P, fols. 383r.-396r.

J. Gómez Bravo, Catálogo de los obispos de Córdoba y breve noticia histórica de su iglesia catedral y obispado, t. II, Córdoba, Oficina de D. Juan Rodríguez, 1778, págs. 805, 814, 822-824 y 830; L. Vilar y Pascual, Diccionario histórico, genealógico y heráldico de las familias ilustres de la Monarquía Española, t. V, Madrid, Imprenta de D. F. Sánchez, 1860, pág. 157; M. N ieto Cumplido, “Medina y Corella y su legado fundacional”, en R. Castejón Montijano et al., Historia del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba (1864-1978), Córdoba, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros, 1979, pág. 61; T. Ramírez de Arellano y Gutiérrez, Paseos por Córdoba, t. II, Córdoba, Diario Córdoba, 2001, pág. 147; M. Rodríguez Espejo, Las Escuelas Reales de Córdoba (Hoy RR. EE. Pías de la Inmaculada Concepción) desde 1791 a 2002, Córdoba, Publicaciones Obra Social y Cultural Cajasur, 2002, págs. 18-19, 40, 42, 50-53, 64-67, 71-85, 91, 98-103, 106-139, 151, 283, 286, 413-414, 537, 629-642 y 646-699; F. Fernández de Béthencourt, Historia Genealógica y Heráldica de la Monarquía Española, Casa Real y Grandes de España, t. VIII, Sevilla, Fabiola de Publicaciones Hispalenses, 2003, págs. 442-443.

 

Antonio José Díaz Rodríguez