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Juan Martínez de Recalde Larrinaga

Biografía

Recalde Larrinaga, Juan Martínez de. Bilbao (Vizcaya), c. 1540 – La Coruña, 23.X.1588. Almirante y armador.

Nació en el seno de una familia de armadores. Tanto su abuelo paterno como su padre, ambos homónimos, habían desempeñado la veeduría de las Reales Armadas en la costa de Cantabria.

La primera referencia al futuro almirante se halla en el listado de combatientes aportados por la Villa de Bilbao al contingente con que el Señorío socorrió a la plaza de Fuenterrabía, en 1558, donde aparece anotado como “Joan Martinez de Recalde el moço”.

Según la información facilitada para su cruzamiento como caballero de la Orden de Santiago, sirvió en las tropas de Flandes, primero en Infantería, luego en Caballería, alcanzando el grado de capitán. Pero en 1572 se le halla ya como jefe de la flota que desde Bilbao se dirigió a Dunkerque y cuya nave almirante se perdió en Flesinga. En 1573 participó en el combate de Ramua (Escalda), llevando el mando de la vanguardia.

Dos años después compartirá el mando de otra flota —también con destino al puerto de Dunkerque— con Pedro de Valdés.

Apreciado como uno de los mejores conocedores de las rutas atlánticas y de los derroteros del litoral europeo, se le encomendó (1579) el transporte a Irlanda de un contingente hispano-italiano que, bajo los auspicios de Gregorio XIII, habría de comenzar la conquista católica de la isla. Juan Martínez de Recalde transportó ochocientos infantes al puerto de Smerwick (Kerry), donde desembarcaron. La carencia de apoyos en el interior y la deficiente preparación logística ocasionaron la masacre de los voluntarios por las tropas isabelinas. Tal expedición permitiría a Recalde reconocer esta porción de la costa sudoeste de Irlanda, a la que regresaría años después.

En 1581 era general de Mar y, en tal calidad, recibió el encargo de comandar la escuadra naval que, desde Andalucía, había de apoyar a la armada de Álvaro de Bazán en el episodio final de la incorporación de Portugal a la Corona de España: la conquista de las islas Terceras. Su contribución a la campaña de 1582 fue impedida por las tormentas al doblar el cabo de San Vicente: la escuadra de Recalde llegaría al archipiélago el 9 de agosto, tras los combates del 26 de julio.

Con todo, el Monarca le otorgó merced de hábito de la Orden de Santiago. Sí participó, como segundo al mando del marqués de Santa Cruz, en su Consejo General de Mar y en la campaña definitiva de conquista de las Azores (1583), en cuyas aguas se mantuvo para recibir a la flota de Indias y convoyarla a la Península.

Contrajo matrimonio el 8 de enero de 1585 con Isabel de Idiáquez e Idiáquez (perteneciente a una destacada familia del patriciado guipuzcoano y sobrina del secretario de Felipe II Juan de Idiáquez), en la iglesia de Nuestra Señora de Begoña (Bilbao), matrimonio que no tendría descendencia.

El 8 de junio de 1586 se le otorgó el mando de la nueva Escuadra de Vizcaya, para la proyectada “empresa de Inglaterra” (empeño en que comprometió su fortuna personal, según manifiesta su testamento, llegando a adeudarse por valor de 1500 ducados) y, al frente de sus galeones, llegaba a Lisboa el 2 de mayo de 1587. Álvaro de Bazán le tuvo como segundo al mando en mar, función en que, tras la desaparición del marqués de Santa Cruz, le mantuvo el nuevo capitán general duque de Medina Sidonia y de la que recibiría nombramiento oficial, con título de almirante general, expedido por Felipe II el 24 de marzo de 1588, al tiempo que conservaba la jefatura de la Escuadra de Vizcaya.

El almirante Recalde izó su insignia en el navío almirante portugués San Juan Bautista (de 1050 toneladas y cincuenta cañones). A su responsabilidad estaba encomendada la retaguardia de la armada durante la navegación y, en la línea de combate, el ala derecha.

Participó activamente en los combates mantenidos con la flota inglesa entre el 31 de julio y el 10 de agosto, en los que su navío sufrió daños de consideración por la acción artillera de las naves contrarias.

Desbaratada la flota en el periplo sobre las Islas Británicas, Juan Martínez de Recalde llevaría el San Juan Bautista, bordeando Irlanda, en busca de aguada a Blasket Sound (21 de septiembre), en las proximidades de Smerwick, desde donde, tras prestar auxilio a otros navíos de la armada, hizo rumbo a La Coruña, en cuyo puerto fondeó el 7 de octubre.

Su estado de salud, que no era bueno antes de la partida (había padecido el contagio de la epidemia de ‘modorra’ —tifus posiblemente— que alcanzó a la flota en Lisboa), se venía agravando durante la travesía.

Empero, el almirante general aún dictaría unos breves avisos para conocimiento del Monarca (fechados el 9 de octubre), que permiten conocer su criterio sobre las razones del fracaso padecido por la armada: se habían producido fallos tácticos, estratégicos —el intento de enlace de la flota con las tropas de Flandes—, y de simple organización, tanto en lo que correspondía al aprovisionamiento de la flota — “que particularmente suplica a Su Magestad mande que en todas las vituallas y aguadas se tenga particular cuydado de aquí adelante” —, como en lo concerniente a la organización de la cadena de mandos: hasta tres veces insistía Recalde en este aspecto: “que aviendo de tornar a juntar Armada no permita que cerca la persona del General vayan cavalleros moços ni personas recien heredadas en su Consejo ni en otro cargo. Que los cavalleros moços vayan repartidos en compañias de capitanes viejos y no mas de dos o tres en cada una, porque por aver ydo de la manera que fueron la Jornada, han suçedido muchas moynas y miedos de la gente de los navios en que yvan. Que se haga una gran reformaçion de Capitanes moços inexpertos que tienen compañias y mandan con mucho rigor, que no se den sino a soldados viejos y conocidos, porque con el miedo que estos han tenido los Capitanes de las naves han dexado de hazer su dever”.

Y recomendaba vivamente al Monarca la depuración de responsabilidades para evitar riesgos futuros: “lo principal y primero que suplica a Su Magestad es que no permita que los errores que en el Armada ha avido y los daños de su real hazienda por pasiones particulares, queden sin castigo, porque disimulandose haran otro tanto en las ocasiones que tuvieren”.

El almirante Juan Martínez de Recalde falleció en La Coruña unos días después de su arrivada: el 23 de octubre. Su galeón insignia le sobreviviría hasta la incursión de sir Francis Drake del año siguiente, en que fue incendiado.

El vínculo de su apellido, fundado por su abuelo paterno, pasaría, a través de su hermana María de Recalde, al primogénito de ésta: Antonio de Coscojales y Recalde.

 

Bibl.: C. Fernandez Duro, La Armada Invencible, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1885; Armada española desde la unión de los Reinos de Castilla y de Aragón, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1895 (reed. anastática, Madrid. Museo Naval, 1972); T. de Guiard y Larrauri, Historia de la Noble Villa de Bilbao, Bilbao, 1905 (ed. anastática, Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1971); Historia del Consulado y Casa de Contratación de Bilbao, Bilbao, 1913; F. de Echegaray, “Galería de vizcaínos ilustres. El Almirante Recalde”, en Vida Vasca. Revista Regional Española, n.º XXIX (1952); J. R. de Iturriza y Zabala, Historia General de Vizcaya y Epítome de las Encartaciones (ed. de A. Rodríguez Herrero), Ediciones Arturo, Bilbao, 1967; E. J. de Labayru, Historia General del Señorío de Vizcaya, Bilbao, 1900 (ed. anastática, Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1968 , t. IV; M. Lambert-Gorges, Basques et navarrais dans l’Ordre de Santiago (1580-1620), Paris, CNRS, 1985; J. I. Tellechea Idígoras, Otra cara de la Invencible. La Participación vasca, San Sebastián, Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones, 1988; C. Martín y G. Parker, La Gran Armada – 1588, Madrid, Alianza Editorial, 1988, K. Larrañaga, “Recalde y Larrinaga, Juan Martínez de”, en VV. AA., Diccionario Enciclopédico Vasco, t. XL, San Sebastián, Ed. Auñamendi, 1995, págs. 144, b-145, a.

 

María de los Ángeles Larrea Sagarminaga y Rafael María Mieza y Mieg