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Carlos Latorre

Biografía

Latorre, Carlos. Toro (Zamora), 2.XI.1799 – Madrid, 11.X.1851. Actor y profesor.

Se trata de uno de los más reconocidos actores del romanticismo teatral español. Hijo de un intendente de rentas, por motivos políticos la familia se exilió a Francia cuando contaba catorce años de edad, estableciéndose en París; allí comenzaron sus aficiones al arte dramático asistiendo a representaciones teatrales y aprendiendo las formas de interpretación de la escuela francesa. Su dominio perfecto de la lengua francesa le permitió actuar en París años después. Regresó a España en 1823 y comenzó su carrera profesional. Se le considera heredero de la escuela de Isidoro Máiquez (1768-1820), que estudió en París con François-Joseph Talma (1763-1826). El director francés Juan Grimaldi (1796-1872), que se había afincado en España, lo postuló y dirigió en sus primeras actuaciones en Madrid, donde destacó en su interpretación del Otelo de Shakespeare. Fue contratado posteriormente para los coliseos de Granada y Sevilla, donde tuvo grandes triunfos, siendo nombrado en 1832, a los nueve años de carrera, profesor de Declamación del Conservatorio de Madrid recién creado por la reina María Cristina (1831). Entre sus numerosas creaciones de esos años, destacó en las interpretaciones de los papeles de Ruggiero en La conjuración de Venecia de Francisco Martínez de la Rosa (1834), Manrique de El trovador de Antonio García Gutiérrez (1836), Diego Mansilla de Los amantes de Teruel de Juan Eugenio Hartzenbusch (1837), papeles que se acomodaban a su genio enérgico y vigoroso, por cuya razón siempre conseguía con ellos impresionar y entusiasmar al público. En 1838 fue llamado a París para interpretar en francés, en uno de sus principales teatros, el protagonista de Hamlet de Shakespeare, lo que llevó a cabo con éxito extraordinario.

Los tres años siguientes se mantuvo retirado del teatro por motivos familiares, que aprovechó para escribir y publicar sus Noticias sobre el arte de la declamación, que pueden ser de una grande utilidad a los alumnos del Real Conservatorio (Madrid, 1839).

Regresó a los escenarios en 1841. El 29 de marzo de 1844 estrenó, en el teatro de la Cruz, Don Juan Tenorio de José Zorrilla. Latorre poseía una estatura y porte bastante notables, dominaba el arte de la esgrima y la equitación, y a todo ello se agregaba una educación y modales que le conferían unas dotes personales en el movimiento y la presencia escénicas que le valieron la admiración de sus contemporáneos. Esta presencia y una voz poderosa y bien timbrada le procuraron halagos hasta del propio Enrique Funes en La declamación española (Sevilla, 1894), que consideraba que las escuelas de declamación eran inútiles, incluyendo el Real Conservatorio de Madrid. Aunque cultivó todos los géneros, debe principalmente su reputación a la maestría y acierto con que sabía interpretar los papeles trágicos y dramáticos.

 

Obras de ~: Noticias sobre el arte de la declamación, que pueden ser de una grande utilidad a los alumnos del Real Conservatorio, Madrid, Imprenta de Yenes, 1839.

 

Bibl.: C. Guaza y Gómez-Talavera y A. Guerra y Alarcón, Poetas y actores, Madrid, Imprenta de Maroto e Hijos, 1884; A. Vico, “Isidoro Maíquez, Carlos Latorre y Julián Romea. La escena española desde principios de siglo”, en VV. AA., Colección de conferencias históricas. Curso de 1885-1886, Madrid, Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, La España del siglo xix, 1887, págs. 134-137; E. Funes, La declamación española, Sevilla, Tipografía de Díaz y Carballo, 1894; L. Calvo Revilla, Actores célebres del Teatro del Príncipe o Español, Madrid, Imprenta Municipal, 1920; V. Tamayo, “Latorre y Delgado. Los dos mejores Tenorios”, en ABC (Madrid), 30 de octubre de 1927, págs. 82-83; M. J. de Larra, Artículos, ed., introd. y notas de C. Seco Serrano, Barcelona, Planeta, 1964; J. Yxart, El arte escénico en España, Barcelona, Alta Fulla, 1987; J. J. Granda, “Carlos Lattorre”, en J. Saura (coord.), Actores y actuación, vol. I, Madrid, Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), Editorial Fundamentos, 2006, págs. 247-250.

 

Juan José Granda Marín