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Vicente Trueba Pérez

Biografía

Trueba Pérez, Vicente. La Pulga de Torrelavega. Sierrapando, Torrelavega (Cantabria), 16.X.1905 – Santander (Cantabria), 10.XI.1986. Ciclista.

Hijo de José Trueba Sañudo y de Victoria Pérez García, labradores acomodados, Vicentuco fue el tercero de nueve hermanos. Sembrando y vendiendo patatas, los tres hermanos mayores compraron una bicicleta de uso común con la que Vicentuco dio sus primeras pedaladas, pero fue su hermano José, dos años y algunos meses mayor, quien le orientó hacia la disciplina del ciclismo. Años más tarde, en 1924, en Torrelavega, disputó la Prueba Otero, su primera carrera ciclista. Jinete de una máquina “Favor” que pesaba sus buenos dieciséis kilos, Vicentuco quedó segundo, ganando una maquinilla de afeitar, marca Gillette, cuyo valor ascendía a una peseta y cincuenta céntimos.

Compaginando su trabajo como carpintero con el ciclismo, pues el deporte no le daba para vivir, fue participando en no pocas carreras hasta que 1926, habida cuenta de sus méritos, la Federación le promocionó a la categoría de Profesionales. Incorporado a filas en febrero de 1927, cumplió su servicio militar en el Regimiento de Infantería Valencia nº 23, en Santander. Licenciado del mismo, volvió a competir, siendo  segundo en el Gran Premio de Torrelavega y cuarto en la Vuelta a Asturias, ambas en 1928, mientras que al año siguiente consiguió dos victorias en la máxima categoría al imponerse en el IV Circuito del Jalón y el Campeonato Vasco-Montañés en pista, formando pareja en la modalidad de puntuación junto a Victorino Otero.

1930 resultó un año decisivo en su vida, pues tras ganar el Circuito de Pamplona y el Gran Premio Ciudad de Burgos, participó en su primer Tour de Francia, formando parte del equipo nacional español, que componían Cardona, Riera, Mateu, Cepeda, Dermit y su hermano José Trueba. Tras no pocas penalidades y destacando en las etapas de montaña, terminó 24º en la clasificación general de aquella prueba en la que Desgrange, su organizador, le bautizó como La Pulga, dado su peculiar estilo de marchar a saltos sobre los pedales. Recibido como un héroe a su retorno a España, ganó luego el Circuito de Sodupe y quedó tercero en el Campeonato Vasco Montañés. Sin embargo, en 1931, desilusionado por su experiencia del año anterior, declinó correr el Tour, pero volvió a repetir en 1932, espoleado por un rumor que en la época se consideraba infamante, y que aseguraba que no participaba por estar tuberculoso. Tras destacar nuevamente en la montaña —pues coronó en primera posición los cols de Aubisque y Bayard; en segunda posición Tourmalet, Braus, Castillon y Allos; en tercera posición Postet d´Aspet y Faucille; mientras que fue quinto en el Galibier— finalizó en 27ª posición de la general, consiguiendo el primer puesto, oficioso, en la Clasificación de la montaña. Aquella actuación le valió numerosos contratos para disputar diversas pruebas internacionales como el Criterium de Escaladores de Monte Klausen, en Suiza, en donde fue 10º, o, el Criterium de Argel, en donde quedó 3º, entre otras.

En 1933, reclamado por los numerosos organizadores europeos, Trueba realizó una campaña más internacional y, entre otras grandes carreras, disputó la París-Niza, abandonó tras ser atropellado por un vehículo seguidor, y el Giro de Italia, que acabó en 43ª posición. Pero, también corrió la Vuelta a Cataluña, prueba en la que se consagró definitivamente al imponerse en una de sus etapas y ser el mejor español en su general. Tras aquella victoria viajó a Francia a disputar el Tour, donde se mostró nuevamente intratable en la alta montaña. Con sus 1,59 metros de estatura y sus 54 kilogramos de peso, Trueba fue primero en nueve de los quince puertos puntuables, consiguiendo la primera clasificación oficial de la montaña en la prueba francesa mientras que finalizaba sexto en la general final. Tras el Tour le llovieron nuevamente los contratos, disputando el Gran Premio de las Naciones, en el que hizo 3º, los criteriums de Le Havre y Casablanca, que ganó, y los de Lyon y Gante, en los que quedó en segundo lugar.

Corrió cuatro reuniones ciclistas en Buenos Aires, en 1934, y asimismo repitió participación en el Giro de Italia, en donde fue 10º, para después acudir una vez más al Tour de Francia, que terminó en 10ª posición y segundo, tras Federico Ezquerra, en el Gran Premio de la montaña. Al año siguiente, tras ganar la Iª Subida a Aranzazu y el Gran Premio de Ataun, Vicente Trueba tomó la salida en la primera edición de la Vuelta a España, pero abandonó en su quinta etapa, víctima de una pertinaz colitis. Más adelante, tras ganar el Gran Premio de Eibar acudió de nuevo al Tour, que abandonó recibiendo no pocas críticas por ello, pero Trueba se encontraba enfermo —aseguraba que tenía la solitaria—, por lo que tampoco logró terminar la posterior Vuelta al País Vasco. Así las cosas, en 1936 fue cuarto en la exigente Escalada al Mont Faron, pero fue un espejismo, pues Trueba no volvió a rendir al nivel de los años anteriores, ya que abandonó también en la Vuelta de 1936, mientras que la Guerra Civil hizo el resto. Y, aunque en su retornó a la competición, en 1938, ganó la Carrera de los Puentes de San Sebastián, suspendió nuevamente sus participaciones hasta que decidió volver a competir en 1942, en el IV Circuito del Norte, en cuya cuarta etapa dijo su adiós definitivo a la competición, aquejado de fuertes dolores de estómago.

Una fábrica de ladrillos, un garaje de bicicletas y una cafetería fueron algunos de los negocios a los que se dedicó tras abandonar el ciclismo. En 1958 se trasladó a vivir a Madrid, volviendo años más tarde a Santander, ciudad en la que falleció este escalador de fama internacional, que fue el primer rey oficial de la montaña en el Tour de Francia, una tarde del lunes 10 de noviembre de 1986.

Obras de ~: “Yo fui ‘La pulga de Torrelavega’, Historia del primer escalador del ciclismo europeo”, en Sprint (Madrid), nº 74, 75 y 76 (noviembre de 1967-enero de 1968-febrero de 1968), págs. 6-10, 5-7, y 12-13, respect.

Bibl.: R. Jacobs (coord.), Velo Gotha, Bruselas, Presses de Belgique, 1984, págs. 525-526; A. M. De Pablos, Historia de la Vuelta Ciclista a España, Valladolid, Diputación Provincial de Valladolid, 1985, págs. 14-20; F. Chico Pérez y A. Guerra, Vuelta Ciclista a España 1935-1985, Madrid, Caja Postal, 1986, págs. 13-32; A. Viribay, “Vicente Trueba, la Pulga de Torrelavega, fue el primer rey de la montaña del Tour”, en Marca (Madrid), junio-julio de 1987; A. Viribay, “España ha dado al Tour quince reyes de la montaña”, en Ciclismo a Fondo (Bilbao), n.º 75 (julio de 1991), págs.70-82; J. Ramos (coord.), Historia del ciclismo español, Madrid, Editorial Época, 1995, págs. 12-13; A. G. Ruiz, Cantabria ciclista. Cien años de gloria del ciclismo cántabro, Santander, Federación Cántabra de Ciclismo, 1995, págs. 63-80; J. A. Díaz Sáez, La gran historia del ciclismo vizcaíno 1844-1999, Bilbao, Fundación BBK, 2000, págs. 133- 136, 140-144, 147-148, 158; C. Arribas (coord.), Locos por el Tour, Barcelona, RBA, 2003, págs. 61-65, 68-91, 94-99, 102, 106, 109, 146, 153, 345, 368, 373; A. G. Ruiz, Cantabria ciclista de la A a la Z, Santander, Federación Cántabra de Ciclismo, 2005; A. Neila-Majada, Vicente Trueba Pérez, La Pulga de Torrelavega, Santander, Ediciones Tantín, 2005.

José Antonio Díaz Sáez

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