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Pedro de Margarit

Biografía

Margarit, Pedro de. ?, s. m. s. XV – p. t. s. XVI. Capitán y comendador de la Orden de Santiago, acompañó a Cristóbal Colón en su segundo viaje (1493).

De origen aragonés y, según Pedro Mártir de Anglería, “viejo amigo del Rey” Fernando el Católico. Tenía hábito santiaguista, pero no votos, porque, a decir del propio almirante, estaba casado y tenía hijos. Participó en la Guerra de Granada y, como tantos otros, poco después decidió continuar la lucha, en territorio americano.

Se enroló en la segunda expedición descubridora de Cristóbal Colón, en 1493. Dado que se decía que era una “persona de mucha estima”, el almirante confió plenamente en él. Por ello, lo dejó al frente de la fortaleza de Santo Tomás, en el interior de la isla, con cincuenta y dos hombres a su cargo. El objetivo no era tanto defensivo como económico. Se trataba de reclutar indios y rastrear los ríos para averiguar si había oro. En cualquier caso, la situación se tornó difícil cuando supo que el cacique Caonabo y su gente se aprestaban para asaltar y destruir el fuerte. Margarit dio aviso al almirante. Éste lo puso al frente de cuatrocientos hombres para que “anduviese por la tierra y sojuzgase las gentes de la isla”. Y, después de dejarlo nominalmente como máxima autoridad militar de la isla, el 24 de abril de 1494, partió Colón para explorar la isla de Cuba.

La confianza del genovés en Margarit fue absoluta.

Incluso, el 30 de enero de 1494, en un memorial para los Reyes Católicos que entregó a Antonio de Torres informó muy favorablemente de él, pidiendo que se le proveyese alguna encomienda santiaguista para que su mujer e hijos pudiesen vivir.

Pero de nada sirvió la buena voluntad del almirante porque Margarit comenzó a enemistarse con él por los malos tratos que se infringía a los indios. Especialmente sensible fue Margarit al embarque de quinientos taínos para su venta como esclavos en el mercado peninsular. Por ese motivo, obvió las instrucciones de Colón y se negó a reprimir a los indios. Poco después, dejó a sus cuatrocientos hombres y se marchó a La Isabela para embarcarse en unos navíos que acababan de arribar a puerto. La partida se produjo el 29 de septiembre de 1494, en la flotilla de tres barcos que, poco antes, había traído Bartolomé Colón.

Una vez en la Corte, tanto Margarit como el padre Boyl acusaron abiertamente a Cristóbal Colón y a sus parientes y amigos por la injusta esclavitud a que habían sometido al aborigen. El aragonés provocó una difícil situación. Por un lado, sus hombres al verse sin su capitán se dispersaron por la isla, cometiendo todo tipo de abusos y saqueos. Por otro lado, en la Corte, se difamó el nombre de Colón, pues informaron que no había oro, ni provecho alguno “y que todo era burla cuanto el Almirante decía”. En este momento comenzó el declive del almirante que culminaría en 1501 cuando el pesquisidor Francisco de Bobadilla lo arrestó y lo envió preso a Castilla.

Los Reyes Católicos, apreciaron tanto los servicios prestados por Pedro de Margarit, en Granada y en las Indias, que, a su regreso a Castilla, le concedieron una renta vitalicia. Con ella vivió desahogadamente hasta su muerte.

 

Bibl.: B. de Las Casas, Historia de las Indias, México, Fondo de Cultura Económica, 1951; R. Marte, Santo Domingo en los manuscritos de Juan Bautista Muñoz, Santo Domingo, Fundación García Arévalo, 1981; G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1981; P. M. de Anglería, Décadas del Nuevo Mundo, Madrid, Polifemo, 1989; Décadas del Nuevo Mundo, Madrid, Polifemo, 1989; C. E. Deive, La Española y la esclavitud del indio, Santo Domingo, Fundación García Arévalo, 1995; VV. AA., Personajes de la Historia de España, Madrid, Espasa Calpe, 1999; J. M. González Ochoa, Quién es quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Acento, 2003; F. Fernández-Armesto, Colón, Madrid, Ediciones Folio, 2004.

 

Esteban Mira Caballos

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