García-Tuñón y Quirós, Elías. Salas (Asturias), 21.I.1811 – Bailén (Jaén), 23.II.1885. Militar y escritor.
Era hijo de Teresa Bernaldo de Quirós y Cienfuegos y de Joaquín García-Tuñón y Posada, voluntario en el “Ejército asturiano” contra la invasión napoleónica, que ejerció como juez. Por línea paterna se acreditó su condición de nobleza de sangre e hijodalgo notorio.
En sus etapas iniciales hay que suponerle una buena formación académica, acorde a su estatus social, tal como indican su desenvolvimiento en la gramática latina y el estudio de tres años de Filosofía.
Ingresó en el Ejército el 1 de mayo de 1830, cuando contaba diecinueve años. Participó activamente en la Primera Guerra Carlista (1833-1840), en la que cayó prisionero (1836) y sufrió heridas (1835 y 1837). Ascendió a teniente de Infantería en 1838. Se adhirió al pronunciamiento (1843) que acabó con la regencia de Espartero. Fue ascendido a capitán en 1849 y se retiró con el grado de comandante en 1861. Estaba en posesión de un escudo de distinción (1830), de las Cruces MYL (María Isabel Luisa) (1834), batalla de Mendigorría y del levantamiento del sitio de Bilbao (1835) y de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo (1849 y 1860).
Sus inquietudes intelectuales sobre agricultura, arqueología, astronomía, comercio, economía, filosofía, física, geografía, historia y política se plasman en numerosas colaboraciones en el periódico El Faro Asturiano (1860-1865) y en una colección de trabajos encuadernados hacia 1875 en un volumen conservado en el Real Instituto de Estudios Asturianos bajo el título Derecho Civil. Protasio González Solís, que lo trató personalmente, valoró tanto su mucho saber, como su sentido patriótico y su bondadosa humanidad.
Fue académico correspondiente por Bailen (Jaén) de la Real Academia de la Historia, en cuyo boletín informó sobre el descubrimiento de unos sepulcros romanos en el término jienense de La Toscana. También se le conocen una decena de colaboraciones —cartas, calcos y adquisiciones— entre 1870 y 1877.
Su dedicación a la arqueología le llevó al descubrimiento y primeros estudios del campamento romano de La Carisa (Lena, Asturias), de los que dejó constancia en su obra Memoria sobre las Guerras que los romanos hicieron en Asturias, publicada en 1858. En cláusula testamentaria, legó al instituto de enseñanza pública de Oviedo una colección de monedas, estatuas y objetos antiguos, entre ellas novecientas acuñaciones romanas de cobre y plata, hoy desaparecidas.
Casó con Catalina Vicente Aguilar Rodríguez, de la que tuvo una hija llamada Amalia.
Obras de ~: Teoría de la causa de la gravedad, comprobada por fenómenos físicos, astronómicos y geológicos, Granada, Imprenta de Benavides, 1856; Memoria sobre las Guerras que los romanos hicieron en Asturias, Oviedo, Est. Tipográfico Francisco Pedregal, 1858; Memoria sobre las familias o razas humanas que se hallan establecidas actualmente en España, Jaén, Tipografía Saturnino Largo, 1871.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exp. personal.
P. González Solís y Cabal, Memorias asturianas, Madrid, Diego Pacheco Latorre, 1890; J. Somoza, Gijón en la Historia General de Asturias, Gijón, 1908 (reed. 1971); C. Suárez, Escritores y Artistas Asturianos, índice biobibliográfico, Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos (IDEA), 1959; P. Morillas, “Del viejo Bailén. Don Elías García Tuñón y Quirós”, en Folleto de las fiestas conmemorativas de Bailén (1968); VV. AA., Gran Enciclopedia Asturiana, vol. XIV, Gijón, Silverio Cañada, 1970, pág. 55; J. Camino Mayor, R. Estrada García y Y. Viniegra Pacheco, “La ambigua historia de La Carisa”, en La Carisa. Astures y romanos frente a frente, Oviedo, Caja de Asturias, 2005, págs. 29-35.
Francisco Manuel Ramos Oliver
