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Carlos Fernández Dorador

Biografía

Fernández Dorador, Carlos. Granada, 21.V.1905 – 19.IX.1975. Jesuita (SI), fundador de los Hermanos Obreros de María (HOM).

Del matrimonio Francisco Fernández Santaella y Remedios Dorador Sevilla, con domicilio en Granada, calle de la Almona del Picón, n.º 3, nacieron once hijos. El 31 de mayo de 1915 hizo su primera comunión preparado por su madrina y hermana, la que poco después fue la religiosa de la Compañía de María, madre Consuelo.

A principios de 1931 se decidió por su ingreso como religioso en la Compañía de Jesús. Dado que en aquella fecha los jesuitas habían sido expulsados de España, el padre provincial decidió enviarlo a Bélgica, donde hizo el período de formación o noviciado. Sin embargo, el hermano Carlos tantas cuantas veces había hablado con el padre provincial, maestro de novicios, le había dicho que ni pretendía hacerse sacerdote, ni tampoco permanecer en la Compañía de Jesús más tiempo del que fuera necesario para completar lo más posible su formación integral en el campo cristiano y social del apostolado.

Tras dieciocho años consigue el permiso de sus superiores para salir de la Compañía y dedicarse a los Hermanos Obreros de María. Después de un año de descanso en Cartuja (Granada) para que hiciese oración y meditase todo, sin tener otro cargo que cuidar del Observatorio de Cartuja, recibió una carta del padre general de la Compañía de Jesús en la que le daba el tan deseado permiso, cosa que agradeció al padre general.

Antes de que el hermano Carlos se marchase del Colegio de San Estanislao, del Palo (Málaga), donde estuvo de prefecto de empleados durante nueve años, para descansar en Cartuja como le había ordenado el provincial, y antes de que diese comienzo a la fundación, conoció, en 1947, a unos jóvenes de aquella capital y les expuso la idea de la fundación que se iba a comenzar no sabía si en Jaén, en Málaga o Granada.

Uno de ellos, Agustín Parra Sánchez, fue el primero en aceptar la propuesta. Durante su permanencia en la provincia de Jaén, hizo amistad con otro joven, Luis Ramírez Olivares, que estudiaba Derecho y que luego, una vez terminada la carrera, se hizo sacerdote; y que tenía destino de capellán como funcionario de la Diputación Provincial de Granada, en el Orfelinato del Niño Jesús, en Armilla. Como ya estaba en antecedentes de lo que pensaba realizar el hermano Carlos, le ofreció hacerse cargo del pabellón de niños mayores, con lo que al menos tendría dónde poner en marcha la Fundación de Hermanos.

El 31 de mayo de 1959, el hermano Carlos se trasladó de la Cartuja al Orfanato del Niño Jesús de Armilla y tres días después se unía el hermano Parra. Misioneros Siervos de María era el nombre que quería llevase la fundación y con el que fue reconocida oficialmente.

El cambio a Hermanos Obreros de María, se debe a que el de Misioneros Siervos de María era confundido con relativa frecuencia con el de las Religiosas Siervas de María; razón por la que optó el hermano Carlos por llamar Hermanos Obreros de María a su fundación, que deseaba estuviera ligada de una forma especial a la Santísima Virgen María. Una vez instalados en el primer domicilio que tuvieron, se les unieron en colaboración los sacerdotes Francisco Antiñolo Márquez, como asesor religioso, y Luis Ramírez Olivares, como director espiritual de niños y jóvenes y colaborador en lo económico, ya que cuando salió de Cartuja, había tenido el hermano Carlos que pedir prestados para trasladarse a Armilla cien pesetas, las que luego devolvió a quien se las prestó, el padre rector de la Facultad de Teología de Cartuja, padre Juan Ponce.

En los primeros días del mes de junio visitó el hermano Carlos al arzobispo de Granada, Balbino Santos y Oliveras, quien ya estaba informado del proyecto que tenía el hermano y le dio autorización para que comenzase y que, una vez en funcionamiento, le fuese a visitar para encauzar la obra como congregación religiosa de la Iglesia católica, que fueron en todo momento las pretensiones del hermano Carlos para darle solidez continuada a lo que siempre creyó era para lo que Dios Nuestro Señor quería servirse de él. Una vez producido el primer contacto del hermano Carlos con Balbino Santos y Oliveras, se comenzó a elaborar la constitución propia de la fundación. Aunque el hermano Carlos ya la tenía escrita antes de salir de Málaga, tuvo que adaptarla para que la congregación fuese reconocida como Pía Unión.

En el período de espera, el hermano Carlos creyó necesario que la fundación tuviese casa propia, y buscándola, en uno de esos viajes le hablaron del convento de Santa Inés. Lo visitó y, a pesar de estar declarado en ruinas, al hermano le pareció bien y habló con las religiosas propietarias del inmueble. A la inauguración del convento de Santa Inés, en 1953, convertido en el colegio internado para niños pobres, no asistió Balbino Santos y Oliveras, quien envió al vicario general, Paulino Cobos. Asistieron también autoridades civiles y militares y un considerable número de benefactores y colaboradores de la Obra. Al quedarse pequeño el convento, el hermano Carlos piensa en la construcción de un gran internado para acoger y formar niños con dificultades familiares, y el 26 de octubre de 1965 se inaugura el centro Ciudad de los Niños, con asistencia de las primeras autoridades eclesiásticas y civiles de Granada.

La salud del hermano Carlos era frágil desde 1946, cuando le dio el primer infarto de miocardio, lo que no le impedía desarrollar toda actividad que exigiese la fundación y dirección de una labor como la que realizan los Hermanos Obreros de María. En 1970 tuvo el segundo infarto y fue entonces cuando se puso en tratamiento médico. Según decía a los hermanos, había pedido al Señor que le prolongase la vida cinco años más.

Al cuarto infarto, que le repitió el 16 de septiembre de 1975, fue trasladado al servicio de cuidados intensivos del Hospital de San Cecilio de Granada, donde falleció el 19 del mismo mes y año, a las seis de la mañana.

Los fines a los que se orienta esta congregación, que mantiene casas en Granada, Huelva y Málaga, pasan por la santificación de sus miembros, procurar acogida familiar y formación adecuada a los niños y jóvenes marginados que carecen de un ambiente familiar normal, y el dar cauce a cuantos se sienten llamados a este apostolado en la Iglesia sin tener vocación sacerdotal.

 

Fuentes y bibl.: Testimonio-comunicación Superior General, Hermanos Obreros de María, julio de 2007.

Diputación Provincial de Granada, Festival a beneficio de los Hermanos Obreros de Maria. 16 de diciembre de 1988 (cartel), Granada, Ayuntamiento-Diputación Provincial, 1988.

 

José Martín Brocos Fernández y Rodolfo Vargas Rubio

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